Conchi y Ceferina se encuentran en la estación de buses.Van vestidas con un chándal de los años 80, unos playeros amarillos fosforitos y una gorra con el logotipo del bar donde todos los días jugaban ''la partida''. Están sentadas en los asientos de la sala de espera. Llegan las 12:37 y el autobús ha llegado.
- Asientos 23 y 24, ¿ van juntas?- preguntó el encargado de revisar los tickets del bus.
-¡Sí!- contestaron al unísono
Tras un duro y caluroso viaje de dos horas, por fin llegaron a la entrada del pueblo.
-Todo sigue idéntico:las casas,los contenedores...¡ hasta el gato que siempre estaba sentado en la puerta de la casa de Doña Puri!- exclamó Conchi anonadada.
-Ya tendremos tiempo de dar un voltio por aquí, ahora vamos hasta casa- replicó Ceferina seria.
De camino a la casa de Filomena (y la próxima casa de Conchi y Ceferina) se encuentra:
Plaza: La Plaza
Esa es la sede donde TODAS las ancianas del pueblo sacan sus sillas y taburetes y pasan tardes cotilleando sobre los demás habitantes del pueblo.
-¿Conchi, Ceferina?- gritaron una gran mayoría como si fueran un coro de iglesia.
-Holaaa, hablamos luego guapinas que tenemos prisa- dijo Conchi otra vez como si de una quinceañera se tratase.
Al llegar a la casa de Filomena, una mujer elegante, vestida con un abrigo de piel de zorro ártico,pantalones vaqueros ajustados , bolso de CHANNEL y zapatos de charol rosas salió por la puerta.
-Anda,ya habéis llegado churris - dijo Filomena con una sonrisa.
-Madre del amor hermoso y de la virgen de la Macarena, ¡estás macanuda!- exclamó Conchi estupefacta.
-Bueno, ahora que tengo dinerillo puedo hacerme un cambio de look.- contestó Filomena .- He estado pensando y creo que cuando llegue a Benidorm me pondré a jugar a los juegos electrónicos estos, pero bueno, no creo ahora os interese mi historia. Tal vez escriba un libro sobre mi vida.Cambiando de tema, aquí tenéis las llaves. Yo me voy ya, que mi avión privado me espera. Chaitooo jijiji.
Filomena salió disparada hacia la zona alta del pueblo. Sus pantorrillas parecían palos apunto de estallar y sus andares eran propios de una ama de casa cincuentona y divorciada
Mientras, Conchi y Ceferina entraban en el jardín de la casa.
-Bueno Conchi, aquí comienza nuestra nueva historia- dijo Ceferina emocionada.
-Sí...¡Me pido la habitación grande!- gritó Conchi mientras salía corriendo hacía el interior de la casa.
-Ay Conchi...Cuando crecerás... - suspiró Ceferina sonriendo.
Fin del Capítulo
ESTÁS LEYENDO
Las intrépidas aventuras de Conchi y Ceferina.
MizahLas aventuras de unas adorables ancianas: Conchi y Ceferina. Hartas de la vida moderna deciden irse de la gran urbe y empezar de cero en los campos de Salas de los Barrios, un pequeño pueblecito el cual les cambiara completamente la vida.