Todo lo que nunca te dije lo guardo aquí

Los adolescentes creemos que somos inmortales

Me acuerdo de ese día por el paseo al que llamábamos nuestro paseo... Y corriendo dimos con aquella inscripción en el suelo, pintada a base de grafitti barato. 8/06/ 2015 "Teniéndote a ti, me sobra todo". Nos miramos y reimos visualizando en algún rincón de nuestras mentes dos tortolitos enamorados, sellando con unas palabras un amor que parecía ser eterno. Y entonces miramos la fecha en nuestro reloj: 8/06/2016. Justamente nosotros pisamos las huellas de la pareja que por el entonces cumplía su primer año. Y entonces me pregunté; ¿seguirán juntas estas dos personas? ¿Seguirán despertándose con un buenos días y diciendose te quiero a besos? Y pensé: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a prometerle amor incondicional a otra persona? ¿Hasta qué punto podemos pensar plenamente en que cada minuto de nuestras vidas estará dedicado únicamente a esa persona que parece ser el motivo completo de nuestra felicidad? ¿Por que cuando somos adolescentes pensamos que ese primer amor sera unico y que no habra nunca nada igual? Pienso que la adolescencia es esa etapa en la que todo parece posible, en la que te enamoras de una persona y piensas que podeis enfretaros a todo, que le dedicaras todos tus dias. Creo que la adolescencia aparte de ser tiempo de ingenuidad y nuevas experiencias, de aprender y de fallar y de llorar y de reír... Pienso que es unos días en los que creemos que somos inmortales, que podemos hacer cualquier cosa y enfrentarnos a todo lo que nos venga y siempre salir ilesos. Y pienso que al madurar comprendemos que en algún momento podemos hacernos una brecha increíblemente profunda de la que no salir ilesos, creo que al madurar aprendemos que los sentimientos no están para jugar y que las decisiones no son de azar. Creo que al madurar comprendemos que no somos inmortales y que en algún momento moriremos. Que no podemos emborracharnos hasta no reconocernos ni a nosotros mismos en un espejo, andar solos en la madrugada por calles vacías y esperar que nada pueda pasar. Comprendemos que somos inmortales y que en este mundo no todo lo malo le toca "a otro". Quizá me equivoque y durante cada día de mi vida decida que mi mortalidad no tiene limites. Quien sabe.