Prólogo

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NOTA DE AUTORA: Como veréis acabo de empezar una nueva historia la cual espero que os guste mucho. Os agradecería bastante que si tenéis algo que decir, dejéis un comentario con vuestra opinión sobre mis obras ya que para un escritor es imposible mejorar sin la opinión de sus lectores. Ya sin más os dejo con el prólogo.

Cuánto silencio... demasiado. Todo está en calma y tranquilo, ni un solo ruido se puede escuchar esta noche... Como ya había dicho antes, hay demasiado silencio.

Me revuelvo una vez más en mi cama, tratando de encontrar una postura que me sea cómoda para descansar, pero no puedo, este ensordecedor silencio me incomoda y hace que me estremezca y se me ponga la piel de gallina. Algo va mal, lo sé, soy capaz de sentirlo. 

Suspiro lentamente, abro los ojos y observo la oscuridad presente en mi habitación, es decir, no estoy observando absolutamente nada, y me quedo sumergida en mis pensamientos.

Tras varios minutos haciendo nada me levanto y me dirijo al baño, enciendo la luz y me observo en el espejo; somnolienta y despeinada. Deshago un par de nudos de mi cabello color cobrizo, que normalmente llevo recogido en una coleta baja, aunque ahora por simple vagancia lo llevo completamente suelto. Me echo algo de agua en la cara y en la nuca para despejarme un poco, veo que mis ojos castaños se hayan rodeados de unas enormes ojeras, consecuencia del imsomnio, últimamente no estoy durmiendo casi nada y me paso el día muerta del cansancio.

Cuando salgo del baño miro hacia la cama, pensando en intentar dormir de nuevo, pero sé bien que ahora que estoy completamente despierta resultaría inútil. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras torpemente, llego hasta la cocina y cojo un paquete de galletas de la despensa que apenas dura en mis manos, ya que me lo como bastante rápido. De pronto unos gritos hacen que que suelte el paquete y lo deje caer al suelo del susto. Estos sonaron por fuera de mi casa, así que me asomo a la ventana para ver lo que ocurre, pero lo único que puedo ver es el tranquilo vecindario en el que vivo completamente a oscuras. Aún por muy tranquilo que parezca todo, sigo escuchando gritos y golpes; cristales cayendo, mesas, sillas...

Me aparto de la ventana algo atemorizada, en eso bajan mis padres alarmados.

—Cariño, ¿estás bien? ¿Qué ocurre?— Pregunta mi madre apartándome más todavía de la ventana.

—No lo sé, creo que los vecinos están teniendo una pelea o algo— dije tratando de abrirme paso entre mi padre y mi madre, pero no me dejaban ver nada.

Mi padre abre la puerta y sale a ver lo que ocurre, en pocos segundos se ve embestido por alguien completamente fuera de control. Mi madre y yo gritamos del susto, mientras que mi padre trata de zafarse de quien le estaba atacando. Instintivamente cojo lo primero que veo y golpeo al hombre que se encuentra desfigurado y manchado de sangre por todas partes, su ropa está rota y deshilachada y su cuerpo lleno de ronchas y cicatrices. Es una imagen desagradable de ver, apenas digerible, daba ganas de vomitar.

Vuelvo a golpear a aquel hombre, esta vez en la cara, echándolo fuera de la casa.

—¡Andrew! ¿Estás bien?— Grita de nuevo mi madre corriendo hacia mi padre.

—Sí, sí, no te preocupes, ahora date prisa y cierra todas las puertas y ventanas, corre.

Hago lo mismo que ella y bloqueo cualquier tipo de entrada con lo que resultase más pesado. Pusimos el sofá contra la puerta de la entrada principal, mientras que mi madre está arriba bloqueando ventanas y habitaciones, entonces oigo de nuevo el sonido de unos cristales estallando, segundos después aparece mi madre cayendo por las escaleras seguida de tres tíos con el mismo aspecto que el anterior que había entrado.

—¡Mamá!— Exclamo mientras trato de apartar junto con mi padre a los agresores de mi madre. Les golpeo todo lo fuerte que puedo con una barandilla bastante pesada, lo cual hace que uno de ellos centre su atención en mí y venga directo a atacarme. Este me tira al suelo y posa sus manos en mi cuello apretando con fuerza, lo que conlleva a que comience a quedarme sin aire y entonces comienzo a desesperarme. Trato de quitar sus ásperas manos de mí pero no puedo y cada vez tengo menos fuerza, ya comienzo a escuchar en estéreo, pero no pienso dejar que acabe conmigo, no lo voy a permitir; saco fuerzas de flaqueza y golpeo con la barandilla en su cuello, que por el sonido que emite parece que se lo he partido.

Tomo grandes bocanadas de aire, tratando de recuperar todo el que había perdido y veo que el hombre aún sigue vivo como si nada le hubiera pasado. "Joder" pienso, retomando de nuevo la barandilla en mis manos, cojo impulso y le golpeo con todas mis fuerzas en la cabeza, creándole un enorme boquete, este cae al suelo sin realizar un solo movimiento más... Tal vez le haya matado... ¡Mierda! ¡Joder! Bueno, era o él o yo... ¡Coño! ¿Qué acabo de hacer? 

—¡Ellie, vámonos!— Grita mi padre apartando velozmente el sofá de la puerta, para luego abrirla. Salimos todos de la casa y fuimos directos al coche, entré en la parte de atrás, luego mi padre y mi madre, aunque ella no consiguió entrar, uno de aquellos tres tíos la cogió por detrás y le pegó un mordisco en el cuello. Traté de salir en su ayuda con desesperación, pero antes de poder hacer nada mi padre arrancó y nos alejó de donde nos encontrábamos.

—¿Qué cojones has hecho?— Le grité notando como comenzaban a caer las lágrimas por mi cara.

—Mantenernos a salvo.

—¿A costa de su vida? ¡Da la vuelta!— Le exigí golpeando su hombro.

—Dar la vuelta significa exponer nuestras vidas, no sé lo que está ocurriendo, pero no es normal y esa gente está loca, nos matarían sin dudarlo— explicó acelerando cada vez más, dando bruscos giros y hablando cada vez más nervioso.

—¡Dar la vuelta significa salvarle la vida a mamá, así que da la vuelta de una puta vez!— Le volví a gritar.

—¡Tu madre ya debe estar muerta!— Me respondió gritando más alto que yo, lo cual hizo que me callase. Los ojos se me rallaron y comenzaron a salir más lágrimas, yo me mostraba inmóvil y asustada, sin saber qué hacer ni qué decir. Veía por las ventanas del coche como más gente extraña atacaba a todo el mundo, los... mordían, solo querían eso, morderles. Varias de esas personas extrañas chocaban de vez en cuando contra el coche, dejando en los cristales marcas de sangre. Todo esto era muy fuerte, lo estaban destrozando todo, habían varias casas quemadas, ardiendo en llamas, y otras destrozadas por completo, era lo único que se veía, a parte de personas huyendo y corriendo para salvar sus vidas, aunque no me veía capaz de distinguir quienes eran las presas y quienes los depredadores, aunque estos últimos se distinguían por sus desfigurados rostros y cicatrices yo estaba demasiado aturdida como para fijarme en eso; en menos de media hora he asesinado a una persona y he visto morir a mi madre, toda mi vida ha dado un giro de 360 grados en una sola noche y quiero comprender el por qué, pero no hay respuesta, solo preguntas.

Algo ha cambiado hoy, el mundo en el que vivo, o en el que creía vivir ya no es el mismo, es agresivo y tortuoso. Ellie... sé fuerte.

Close to Darkness [Zombies]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora