*Los siguientes hechos se narran dos años después de lo sucedido en el prólogo.
El sonido de la madera agrietada que había por suelo en esta inhóspita casa solo provocaba que los corredores tuviesen una pista de mi posición. Reuní todo el aire que pude en mis pulmones y guardé silencio, necesitaba conseguir suministros como fuera, y esperaba que aquí al menos hubiese comida, ya que en el resto de casas que he registrado no había absolutamente nada y el hambre se comenzaba a hacer notar.
Me encontraba oculta tras un enorme armario tirado en el suelo, con la suficiente altura para cubrirme por completo. La casa estaba hecha un completo desastre, el papel de la pared estaba arrancado por completo, la mayoría de muebles tirados aleatoriamente por todo el piso, en ellos se apreciaba el desgaste que habían sufrido, a parte de varias manchas de sangre, aunque no sé por qué me sorprendo, la mayoría de las casas de estos territorios están todas así; destartaladas, a punto de derrumbarse e invadidas por corredores. Esto solo ocurre en los territorios exteriores, es decir, los territorios 7, 8, 9 y 10, que son los Territorios Invadidos, o al menos así los llaman, y a ellos no se puede acceder, o mejor dicho, no se atreven, sin embargo a mí no me da miedo enfrentarme a los corredores. Luego están los Territorios Centrales, el 5 y el 6, que son los territorios de seguridad, donde los cazadores impiden que salga y entre cualquiera sin autorización para ello, si no tienes autorización, te matan, da igual que estés infectado o no. Y por último los Territorios Interiores (o Zona Segura) donde viven las personas que pueden aportar suministros a la ciudad, los que poseen conocimientos médicos y los entendidos en armas. Ahí es a donde intento llegar, a la Zona Segura, lejos de infectados y lejos de esta vida... poder vivir tranquila. No conozco a muchos que hayan conseguido llegar, pero aún así lo intentaré.
Quería asegurarme de cuantos corredores había en la casa, de momento contaba dos en el oscuro salón, por el cual asomaban vagamente un par de rayos de sol a través de los tablones de madera puestos contra las ventanas, aún es de día. No conseguí ver a ningún otro infectado, así que me confié de que solo habría dos y comencé a planear una estrategia de ataque; había dos opciones viables, una era buscar suministros con el máximo sigilo posible y luego marcharme, la segunda era encargarme de los infectados y luego buscar con calma suministros. ¿Qué era más sencillo? ¿Cuál de las dos la más difícil? Tal vez ambas opciones me resultasen complicadas, pero creo que me sería más complicado buscar suministros con dos infectados merodeando por la casa. Mejor será que me encargue de ellos. Saco mi navaja de mango rojo del bosillo de mi chaqueta azul vaquera y echo un vistazo por encima de la madera del armario, al haber bastante oscuridad apenas hay buena visibilidad, pero distingo a un infectado en el centro del lugar. Salgo de mi escondite con mucho cuidado de no hacer ningún ruido (ya que los corredores tienen un oído bastante agudo) y me dirijo hacia su posición, acercándome a su espalda. Cuando creo estar lo suficientemente cerca me abalanzo sobre él y clavo repetidas veces la navaja en su cráneo hasta que este deja de moverse.
—Uno menos— susurro.
Al parecer el otro infectado ha escuchado el enfrentamiento, cosa que yo no quería. Corro detrás de una pared para evitar que me vea, mientras que yo lo observo por el reflejo de una ventana que se encuentra delante de mí y me ofrece una visión completa del salón. La infección de este corredor es reciente, apenas se le ve tan demacrado como al resto, aunque su ropa está harapienta y desgarrada, eso sí. Está bastante delgado y no es que esté en su mejor momento, no habrá conseguido alimentarse, seguramente esté débil, no será ninguna amenaza. Me dejo ver y el infectado en seguida viene a por mí, doy un empujón a una pequeña mesa que estaba en frente y hago que tropiece con ella, cuando está en el suelo aplasto su cabeza proporcionándole una fuerte pisada.
—Que asco— digo mientras limpio un poco mis tenis en el sofá verde —Ahora a ver si hay algo que nos sirva por aquí— comencé a abrir cajones con la esperanza de encontrar algo de utilidad, pero nada, en esta primera planta no había nada, así que subí las escaleras que me llevarían hasta la segunda y entré en la primera habitación que vi, parecía ser la habitación de una niña pequeña, ya que estaba llena de muñecas, peluches y otros juguetes, la decoración era toda rosa, aunque apenas se apreciaba bien el color por el polvo y la sangre. En esta habitación lo único que encontré fueron unas tijeras, imaginé que en algún momento me servirían, así que las guardé en mi mochila. En la otra habitación, que parecía ser la de matrimonio, había bastantes más cosas. En el armario había ropa de mujer de mi talla (creo que mi talla era una S, no lo recuerdo bien), cogí un par de chaquetas, algunas camisas y las guardé. Registré en los cajones, pero no había nada que me sirviese y seguramente todo lo que pudiese servir ya se lo habrían llevado otros supervivientes, debí haber venido antes...
Tras una media hora buscando y registrando seguía sin haber nada, bueno, al menos he conseguido algo y no me voy con las manos vacías.
Salgo de la habitación, ya dispuesta a irme, cuando me estoy dirigiendo a las escaleras escucho un gruñido, después una mano en mi hombro y lo último soy yo cayendo por las escaleras; reboto contra los escalones y al llegar al suelo mi cabeza se lleva un fuerte golpe contra la pared.
—Hijo de puta— exclamé sintiéndome ligera, con la visión borrosa, solo era capaz de distinguir unas piernas acercándose a mí, pero no estaba dispuesta a morir después de todo. Con mi pierna derecha desestabilizo a mi enemigo haciéndolo caer al suelo, saco mi navaja para luego ponerme encima de él y clavársela por todas partes. Cuando ya está muerto, recojo mi mochila, me la cuelgo en la espalda y salgo de la casa.
Me encuentro en el Territorio 9, bastante lejos de la Zona Segura, apenas tengo suministros y no me acompaña nadie, tal vez me lleve algo de tiempo conseguir llegar a los Territorios Interiores.
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Close to Darkness [Zombies]
Ciencia FicciónAño 2014, una extraña enfermedad apodada "Virus C" se ha expandido por todo el mundo, contagiando a todo ser vivo con el que se encontrase, haciendo que estos perdiesen su capacidad de pensar y actuar como seres racionales. Ahora estos caminantes so...