Cómo Tolerar A Park Chanyeol 《CHANSOO FANFIC》

9: Aventuras de un pingüino nocturno

Ok, el título es poco o nada comunicativo, así que les explicaré la situación: acabo de llegar de una pregrabación y son más o menos la una de la mañana. Es decir, en otras palabras, tengo que ser como un agente super secreto para no despertar a nadie. Incluso me daría pena despertar a Chanyeol...

Entré lo más sigiloso que pude a la casa, con mis zapatos en la mano y caminando lentamente. Todas las luces estaban apagadas, como era de esperarse. 

Cuando por fin logré llegar al inicio de las escaleras, mi estómago hizo un ruido capaz de despertar a medio Corea. Tenía hambre. Mucha. Pero no me iba a poner a cocinar a esta hora. Preferí subir antes que ir a la cocina pero mi estómago me ganó y me devolví casi corriendo.

Encendí la luz, dispuesto a buscar aunque fuera unas Lay's o unos Doritos y alguna soda. Pero mis ojos captaron algo descansando en la mesa. Una pizza. Y no, no eran sobros de pizza, era una pizza mediana completa. La abrí con ilusión, sinceramente creyendo que sería una broma pero no lo era. Hongos, mi favorita. La calenté en el microondas y la comí tranquilamente. Nadie me la quitaría.

En el silencio de la habitación, vi junto a la caja una pequeña nota. Tragué fuerte. Ojalá no fuera ua nota de "Esta pizza pertenece a..." La tomé y leí:

No deberías trabajar hasta tarde, te podrías enfermar. Ninguno de los chicos sabe que te compré esto, así que intenta ocultar la evidencia.

No intentes pensar en quién soy, no te lo diré. Puedo ser uno de los chicos que vive contigo o no, considera que todo EXO tiene las llaves de esta casa.

Mánager hyung llamó diciendo que mañana tendrás que ir al salón a cortar tu cabello. Trata de que no lo corten mucho, me gusta cómo se te ve largo.

Me despido.

Releí la pequeña nota unas cinco veces. ¿Un admirador secreto? Por Dios, no. Al menos no en el grupo. ¿Una sasaeng? No habría sido tan dulce... ¿Alguno de mis compañeros, en serio? En efecto, solo ellos saben dónde vivimos ahora y solo ellos saben lo de las llaves...

Cuando me di cuenta, ya me había terminado la pizza completa. Me golpeé mentalmente. Se suponía que estaba en dieta. Tomé la caja y la boté, mezclando la basura para que no se viera. Lavé mis manos y volví a subir, esta vez lleno.

Cuando llegué a mi cuarto, me tiré sobre la cama y me di cuenta: tenía la nota fuertemente agarrada en mi puño.

Tal vez, solo tal vez... Sabía de quién era la nota. O, bueno, esperaba que fuera él.