Nueva Escuela

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Sufrí un estremecimiento al contemplar la fachada de la escuela, realmente daba miedo, era una gran y única construcción de color grisáceo, tenia tres pisos con varias ventanas cada uno, pero estas estaban cerradas y había alambres de púas en sus alfeizares, unas arcadas ovaladas en la parte baja del edificio me permitieron ver un gran patio trasero y despoblado, en el que solo habían unos cuantos arboles marchitos, igual que en el patio delantero, y todo esto estaba rodeado por altas y solidas paredes de la misma tonalidad, que terminaban en alambres de púas electrificados que, imagine, era el mismo que rodeaba las ventanas. Respire hondo y me baje del auto. Helen me imitó, ambas nos paramos en frente del oxidado portón de hierro, única salida al exterior, y Helen pulso el botón del portero eléctrico que estaba en la pared, segundos mas tarde una voz ronca pregunto que queríamos. Helen dijo quien era y que venia con una nueva alumna. Con un zumbido las puertas se abrieron dejándonos entrar al lúgubre patio, avanzamos juntas por el sendero de grava que llevaba hasta la puerta de entrada. Al llegar suspiro y me miro a los ojos.

-Bueno, creo que esto es un adiós...-Dijo estirando los brazos como para darme un abrazo, no la correspondí.

-Ashe- Me dijo y tomo mi cara entre sus manos- No lo tomes así, no podía dejar que vivieras el resto de tu vida en un orfanato, piensa en esto, a fin de año vendré a buscarte, esto no es una cárcel- Sonreí de forma sarcástica y señale con la vista los grandes muros terminados en alambres de púas, de hecho si parecía una cárcel. Ella volvió a suspirar.- Es hora de dejar el pasado atrás, nadie quería que le sucediera eso a tus padres, pero de estar viéndote ellos querrían que siguieras tu vida y fueras una adolescente como las demás. Ashe, eres una persona muy buena, no dejes que tu pasado se interponga en tu futuro, y sobre todo, no olvides que hay gente que te quiere...como yo.

La verdad sus palabras me habían dado ganas de llorar, odiaba que me hablaran del accidente, de que no debería haber pasado y todo eso, lo que me dijeran no cambiaría nada, ellos estaban muertos. Finalmente deje que Helen me abrazara, luego me dio un último apretón y entre abrió la puerta, luego se alejo, no sin antes darse vuelta y sonreírme con tristeza, yo le dedique una última mirada y entre.

Burning DasiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora