las reglas

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La mujer nos miro y sonrió de manera cínica y habló.

-Bienvenidos alumnos, siento la tardanza, soy su directora- Mientras que pronunciaba estas palabras su mirada no se suavizaba ni un poco- Deberán llamarme así, porque no hay un nombre en concreto por el cual puedan llamarme. Acérquense, quiero hablarles un poco de esta institución y de sus reglas.

Cuando dijo esto todos nos levantamos y nos acercamos un poco desconfiados, yo creo que todavía nadie sabe por dónde entró.

-Cuando esta institución de pupilos se creo, era una escuela como cualquier otra, muy correcta y exigente, como debe ser, la ciudad estaba orgullosa de ella, ya que gracias a esta escuela se habían formado personas importantes y respetables, pero hubo un año en el que el grupo de alumnos eran de verdad incorregibles, se saltaban las clases, maltrataban a los profesores, eran de verdad cínicos. Con el equipo directivo no tuvimos más remedio que ponerlos a prueba, y que mejor manera de castigarlos que dándoles de su propia medicina, o incluso peor...- Se le escapo una risa psicópata- Pero para hacerlo más divertido creamos el siguiente juego, que voy a pasar a explicarles... Ustedes pasaran aquí un periodo de tres meses en el que solo tendrán una clase...la de supervivencia, si la superan podrán irse a casa, pero debo anunciarles que es una clase que dura todo el día, he incluso durante la noche, en esta clase deberán ponerse a prueba para sobrevivir a las trampas que están esparcidas por toda la escuela y además deberán poner a prueba sus habilidades de deducción ya que cada cierto tiempo uno de ustedes... digamos que desaparecerá, por será asesinado suena demasiado agresivo y los demás deberán buscarlo, al encontrarlo, deberán decidir si es un cadáver real o solo un muñeco, los que acierten seguirán camino a la graduación y los que no... bueno... también desaparecerán. En ese momento escuche un ruido sordo a mis espaldas y al darme vuelta vi a una chica de pelo largo, recogido en dos coletas altas, su cara mostraba desesperación y sus ojos estaban anegados en llanto, bajo la cabeza.

-Es una broma verdad...?- Dijo con la voz quebrada

- Te parece una broma, encanto?- Dijo la directora.

La verdad no había palabras para describir el pánico que me recorría el cuerpo de punta a punta, Helen sabia de esto?, y, de ser así, porque querría dejarme en un lugar en el que sabia que iba a ser asesinada?.

-Muy bien!, ahora que todos entendimos el concepto, pasemos lista, no me gustaría empezar sin un alumno.- Saco una libreta de el bolsillo de su chaqueta y la abrió.

Burning DasiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora