Stellae Mortiferum

Incipit prologus

Recorte de periódico:

"Año 2123"

"El avance tecnológico nos ha llevado no solo a mejoras en sanidad, educación, domótica, investigación... sino a muchos otros campos menos beneficiosos para la humanidad.

Blandientur Mortem, en alguna ubicación desconocida al norte de Nevada, es el nombre que se le está empezando a dar a el centro ASTARO.

Construido en primera instancia con la tapadera de un laboratorio de armamentística avanzada subterráneo y centro de investigación nuclear con el nombre en clave ASTARO (Agencia para la Seguridad del Tratado de las Asociaciones Referentes a Occidente), pretendía mucho menos de lo que ha llegado a ser.

Los militares destinados allí al principio no sabían lo que realmente ocultaban esas paredes. La única información que recibían era una carta que les comunicaba que habían sido llamados para un cambio de posición a la base ASTARO, que no podían comunicarle esa información a nadie excepto a sus familias, y eso después de que firmaran un contrato que les embargaría todos sus bienes de correr la voz del lugar. Tampoco se les confiaba su ubicación.

La primera tanda de traslados ocurrió en la mañana del 27 de abril septiembre del año 2110. Se les convocó en la vieja estación de Clifton en el Condado de Clifton, Arizona; donde entraron en la parte trasera de un tráiler escoltado por cuatro tanques y tres helicópteros. Nadie volvió a verlos jamás.

Hasta el día de hoy, otras diez tandas han partido de diferentes lugares de todo el país, pero nunca nadie ha sido capaz de seguirlas al ser abatido en cuestión de segundos.

Sin embargo, las fugas de prisiones se incrementaban a un ritmo alarmante. Nunca se encontraba a los prisioneros. Así que, a todo esto, la seguridad se incrementó en todo el país, debido a la falta de seguridad que sentían los ciudadanos frente a estos incidentes.

Los más paranoicos empezaron a juntar cabos entre ambos sucesos: la construcción de ASTARO y todas esas fugas. Antes de que ninguno pudiera terminar de hilar sus conjeturas, fallecían en accidentes tales como pérdidas de consciencia al volante o fugas de gas.

Esto hizo que la población dudara cada vez más de la veracidad del Gobierno. La situación llegó al límite cuando un conocido hacktivista difundió unas imágenes en las que se podía observar un tragaluz en el suelo en el cual alguien había escrito en sangre "SOS", que supuestamente estaban grabadas en la localización de ASTARO.

¿Está el Gobierno conspirando tras de sus ciudadanos con motivos que consideran más legítimos de lo que realmente son? ¿O es todo esto un complot para destruir la estabilidad de los Estados Unidos?"

Las conjeturas quedan para ustedes;

Samantha Cliff.