Xanthofobia.

the end

[nathan: ¿Que usted indiscretamente es riesgoso en suerte. se empeora raramente. manera incógnita. nuevamente osas ver inconscientemente arboles? ]

[soph: ¿¿??]

[nathan: es un mensaje encriptado]

[soph: sabes que soy horrible para esas cosas ☹
no entiendo nada ☹ ]

nathan: tienes que descifrarlo
btw, no tardes tanto :p]

Nathan mandó un último mensaje a Soph antes de acomodar sus lentes y caminar lo más rápido posible a casa de Dereck, se sentía un poco enfermo, era principios de Verano y el Sol comenzaba a ser demasiado para él, y aunque prefería no salir de casa, esa tarde prometía ser excelente.

Suspiró de alivio en cuanto cruzó la puerta de su amigo y se dirigió al patio trasero. Agradecía enormemente que la casa de dereck tuviera un techado bastante amplio en el patio porque así evitaba el sol, y no era que el color del sol lo asustara(ya que era casi imposible verlo) pero si llegaba a irritarlo un poco.

Dereck se movía muy enérgicamente al ritmo de la música, una canción que no conocía sonaba en el reproductor y se propagaba por todo el lugar. Su amigo siempre lograba animar todo a su alrededor. Con pasos totalmente ridículos se unió a su baile, Soph y Sab no tardaron en llegar y unirse riendo a carcajadas.

Los cuatro se habían vuelto muy muy cercanos, salían y pasaban el rato juntos haciendo cualquier cosa, no importaba si un día salían a algún lugar o al día siguiente estaban tirados en el pasto sin hacer nada, el lugar o la actividad era lo de menos, sus compañías eran muy agradables y podía afirmar sin temor a equivocarse que en ellos había encontrado una amistad para toda la vida.

Hoy habían quedado en verse en casa de Dereck para planear que hacer, eran los últimos días de clases y ya no tenían que asistir a todas las clases, por lo que aprovechaban el tiempo que tenían libre, puesto que después en vacaciones sería más complicado verse si sus familias decidían salir a vacacionar.

—¿Y si vamos a un parque? —preguntó sab a todos cuando la música dejó de sonar y pararon de bailar.

—Hay que ir a la playa —opino Dereck. 

—¿Por qué no me desagrada tu idea? —le contestó Sab.

—Porque me amas —se burló Dereck en respuesta. Sab solo le sonrió.

—Hay que comer esquites y algodón de azúcar—dijo él con un puchero.

—Mmmmm, podemos hacer todo eso, amigos —contestó alegremente soph. Y sí, tenía razón, existían varios parques cerca de la playa y en el malecón habitualmente vendían una cantidad inimaginable de cosas para comer. Emocionados, Dereck y Sab corrieron a buscar sus cosas, Soph dispuesta a seguir a su amiga se detuvo por un momento al notarlo dudoso.

—Hey, si no te sientes cómodo podemos idear otro plan —se acercó.

—No sé... creo que puedo soportarlo, llevaré lentes oscuros y sombrero —se encogió él de hombros.

—¿Seguro? —le preguntó, acercándose más para abrazarlo.

—Sí —le sonrió y la abrazó.

—De acuerdo, nos vemos afuera —se soltó Soph y corrió tras de Sab que se había detenido a esperarla.

[...]

Cuando llegaron a la playa, pasaba un poco de las 6 de la tarde por lo que el sol comenzaba a ocultarse, lo que resultó un alivio para todos porque comenzó a refrescar enseguida y el ambiente se mostró más agradable.