Ya había pasado un año y medio desde que no veía a aquella chica que había cambiado su vida.
Veía el techo de su habitación con añoranza. Recordaba el sonido acompasado que producía su corazón y que se podía sentir cuando ella se agarraba de su brazo derecho cuando se acostaban. La extrañaba demasiado. Extrañaba el sentir su cabello suave y ligero. Aunque nunca se lo soltaba.
Quería gritar a los cuatro vientos: ¡Korra, te amo!, Y que después de eso sintiera su estómago arder y revolverse de la emoción. Sentir como sus manos pasaban por una metamorfosis alegórica, dónde estás se hacían pequeñas y todo un conjunto de emociones recorría su columna vertebral, desde su coxis hasta su última cervical.
La amaba, demasiado, pero el ya no poder estar sintiendo su cuerpo cerca de él, le estaba dañando, o no sólo su cuerpo, con una sonrisa sincera bastaba.
El día de mañana ella llegaría, y de nuevo podría llenarse de su olor a frescura cálida, ese olor a menta dulce. Y ver sus ojos, que al parecer eran igual de puros que su alma, que contrastan a la perfección con su piel, haciéndola de una extraña manera única y bellísima.
-_-
Recordaba un día cuando él estaba viendo a la Avatar entrenando, y de repente, por detrás suyo, Pema le dijo — No eres la primera persona que piensa que el color de sus ojos se desvaneció, dejando a la vista ese tierno azul para que todos pudieran ver su alma pura, noble y terca. — se sentó a un lado de él y la observabaron por un buen rato. No sabía cómo lo había hecho para que ella supiera lo que en realidad estaba pensando en ese preciso momento.
-_-
Trataba de dormirse, pero las ansias de que la vería no lo dejaban. Se removía entre sus sábanas, con algo de frustración, por ser tan débil ante un deseo, especialmente entre uno de los más maravillosos que podría haber pensado.
Ya no podía más, estaba cansado, pero solo recuerdos de ella venían a su mente.
.
.
.
—¡Mierda!
— Esas palabras jovencita. —Le dijo de forma burlona, apenas iba llegando y lo único que recibió respecto a su comentario fue un ataque de fuego, muy potente.
Dirigió su mirada hacia Korra, sus ojos y apesar de que fueran azules, se podía ver que ardía de rabia. Al parecer todavía se le complicaba el aire control.
— Mako, ahorita no estoy de humor para tus malas bromas. — dijo con una seriedad que ya casi no desconocía, pues a duras penas descansaba de sus entrenamientos.
Él respiró hondo y cuando vió que ella empezaría de nuevo a entrenar con el fuego control, se abalanzó hacia su espalda impidiendo que moviera sus manos, pero siendo el Avatar, con maestría le mando unas cuantas llamas por su molestia.
Él no tuvo de otra y la soltó.
— Korra, ven. Tus padres, Tenzin y yo queremos hablar contigo.
Korra arqueo los ojos con molestía y se dirigieron a la casa de ella.
.†.†.
Antes de que pasaran, anunciaron su entrada, después movieron la cortina y pasaron.
Tenzin y sus padres estaban ahí.
Ellos todavía discutían sobre que le dirían y quién iniciaría. Mako en el momento que vió que no se habían puesto de acuerdo con total libertad, habló por ellos, —Tenzin quiere que te vayas a entrenar con él por todos los templos de aire. — dijo esto con un poco de dolor, pues esto en un principio arruinaba sus planes con Korra, pero si eso era lo mejor para ella, no renegaria nada.

ESTÁS LEYENDO
[Legend Of Korra] «Cabello suelto» Mako X Korra
FanfictionNo la ha visto desde hace un año y medio. Tenzin le ha dicho que ha cambiado demasiado, que sigue siendo testaruda, pero al estilo Korra. Historia Makorra.