Había salido de casa, la brisa fresca de otoño soplaba lentamente las hojas enrojecidas y cafés de un lado a otro, las empujaba hacia la calle, dónde casi no pasaba ningún auto. Todo estaba tan solitario y tranquilo -《Es sábado... No hay nadie por aquí los fines de semana》- pensé.
Mis amigos y yo quedamos en juntarnos en el parque. Para, ya saben, escapar un poco de la desastroza rutina de todos los días. Cuándo me percaté de que estaba parado en la entrada principal, totalmente sin moverme, como si me hubiese petrificado, mirando los árboles que empezaban a quedarse calvos, cerré la puerta con llave. Giré sobre mí y empecé la trayectoria directo al encuentro con los chicos.Puse los auriculares en mis oídos, saqué el reproductor MP3 del bolsillo derecho de mi chaqueta azul marino, y sin pensarlo ni una sola vez, presioné el botón de "reproducir". Caminaba sin preocupaciones por las veredas de color gris, admirando a esos extraños pajaritos cantar. Siempre me he preguntado qué cantan las aves, ¿Serán como las canciones de amor o tristeza que escuchamos los humanos a diario? Quizás era así, pero nadie se daría cuenta, la gran mayoría de las personas no le prestan atención a los pequeños detalles que tal vez sean fantásticos. Siempre están preocupados en sus teléfonos, sus maletines repletos de pepeles en su interior, terminar sus proyectos para alguna presentación en el trabajo, y, posiblemente, tomar litros y litros de café para poder concentrarse en algún pedido que haya solicitado algún superior. Sin embargo, deberían saber que en algún tiempo lejano, o cercano, todas las cosas que hicieron... Ya no significará nada en lo absoluto y creo que muchos se arrepentiran de no haber disfrutado la vida escuchando a los pájaros cantar, una cena familiar, caminatas serenas por la playa, el olor de la comida de mamá y la abuela, el aire fresco que hace sentir que te purifica interiormente, abrazar a su persona especial... Extrañaran las diminutas cosas de la vida, que la verdad, son realmente hermosas.
Estaba llegando al parque, el sitio perfecto en verano, el reino del hielo en invierno, la ciudad de las flores en primavera y en otoño, la temporada perfecta para juntar todas las hojitas caídas, apilarlas en una torre y tirarse sobre ellas. Aunque ya no queríamos hacer lo que solíamos realizar siempre en la época de otoño.
Vi a un grupo de chicos jugando y riéndose. Supe que eran mis amigos cuando observé la silla de ruedas color negro. Allí estaban, Louis, Alex y Bruno. Eran tan distintos que te preguntabas cómo es que son los mejores amigos. Alex, el típico galán de la escuela, capitán del equipo de lacrosse, súper popular y el más admirado por todas las chicas. Rubio con ojos verde esmeralda, y una dentadura igual a perlas muy bien pulidas. Pero, a pesar de tener un gran rango social altísimo, no solía salir a fiestas ni nada por el estilo, simplemente se quedaba con nosotros.
Bruno, el mejor estudiante, con las calificaciones más sobresalientes del salón, un coeficiente intelectual que ponía en duda toda tu inteligencia. Un castaño con algunos mechones violetas en su cabello alocado, cubría siempre sus ojos azules detrás de unas gruesas gafas color negro y unas tres lineas doradas en las patillas de estos.
Louis, el discapacitado. Verán, la historia de mi amigo nos ha dejado boquiabiertos a todos. Su padre y él iban a hacer las compras, como era de costumbre todos los sábados por el mediodía. Esta vez, llegaban tarde para el almuerzo en casa de la tía de Louis. Su padre, no quería estar atrasado para la comida, por ende, comenzó a aumentar la velocidad, no tuvieron tiempo de abrocharse el cinturón de seguridad. Cada segundo, aceleraba más y más. El auto empezaba a perder estabilidad. Todo pasó de un momento al otro, de dos personas con buena salud, a dos personas en estado crítico, de un auto recién lavado y nuevo, a un auto destrozado que había chocado contra un árbol. Sirenas de ambulancias sonaban sin cesar, carros de policías por doquier, podías sentir el aire tenso, tu cuerpo pesado al ver a Louis y a su padre con respiradores y practicándoles RCP. En el hospital, el mundo entero estaba demasiado alterado, hasta que ricibimos las buenas y malas noticias. ¿La buena? Louis había sobrevivido a las operaciones que necesitaba. ¿Las malas? Quedó paralítico de la cadera para abajo, pero según él, luego de que le quitaran los sedantes, seguir con vida era lo que importaba... Su padre, bueno, los golpes fueron muy fuertes y lo afectaron muchísimo. Murió desangrado una hora después de haber llegado a la clínica médica. Louis es el joven más mravilloso y amable con quien puedas toparte algún día. En su cabellera morena habían unos que otros rulitos rebeldes, su miraba era totalemnte azabache y bastante profunda.
Y por último, yo, Dylan Mayer... ¿Qué decir de mí? Soy un chico absolutamente normal. Mi cabello es castaño, ojos color marrón muy claro. Bastante observador, según dicen las personas a mi entorno. Sin nadie especial en mi vida, y creo que jamás llegará la chica que haga sentir las supuestas mariposas en mi estómago, o el "tan famoso" nudo en la carganda. Seguramente estoy destinado a permanecer solo.
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Nuestra Lucha
Teen FictionUna decisión puede cambiar toda tu vida, y el amor juega un roll importante en esta ocasión. ¿Qué harías tú por él? Muchas personas caminarían sobre brasas al fuego vivo, otras cruzarían el Océano Pacífico nadando. El amor nos ciega, hacemos cualqui...