Han pasado siete años desde la última vez que le vi, que hablé con él. Han pasado siete años desde que yo, Aria Montgomery, me cerré de todo y de todos.
Cuando mis padres decidieron que Ezra y yo no podíamos volver a vernos dejé de hablar con ellos. Me quedaban unos meses para cumplir los 18 años y después me fui a la universidad y perdí todo el contacto con ellos. Y con todo lo que tenía que ver con Rosewood. Antes de que todo esto pasara había decidido ir a la universidad en Nueva York, pero después de un año decidí que estaba demasiado cerca de Rosewood y me cambié a una pequeña universidad en California. No era mucho, pero era suficiente para olvidarme de todo el calvario de Rosewood.
Caminé por la playa lentamente, mis sandalias en mano. Hoy se suponía que sería uno de mis días favoritos, si tan solo mis padres no lo hubiesen jodido todo. 1 de Septiembre, un día que nunca olvidaría. El día que conocí al amor de mi vida. El único amor verdadero.
-Lo siento.- Una niña se había chocado contra mis piernas. No podía tener más de 5 años. Me agaché para recogerla del suelo donde había caído después del impacto.
-¿Estás bien?- La pregunté y la miré a los ojos. Esos ojos que veía cada noche desde que tenía 16 años.
-Lo siento mucho, estábamos jugando al pilla pilla.- Una voz demasiado conocida dijo. Levanté la mirada y me encontré con los mismos ojos azules. Los mismos ojos azules que me habían cautivado la primera vez que los vi.
-¿Ezra?- Estaba en shock. Era la primera vez que le veía en tanto tiempo. No había cambiado mucho, se había cortado un poco el pelo y se había dejado un poco de barba, pero aún seguía tan apuesto como todos estos años atrás.
-Hola, Aria.- Dijo mirando a los alrededores.
-Mis padres aquí no están.- Dije.
-¿Os conocéis?- Preguntó la niña mirándonos como si fuese un partido de tenis.
-Es una amiga de cuando viví en Rosewood.- Él la contestó. Hasta donde yo sabía habíamos sido más que amigos de vuelta en Rosewood.
-Debería de marcharme.- Dije caminando por el mismo camino por el que había caminado. Supongo que ahora que sabía que él estaba aquí disfrutando de la playa con su hija y puede que con su mujer no quería estar aquí más tiempo.
-Adiós, señorita.- Dijo la niña. Yo me despedí con un gesto con la mano y fui rápidamente hasta mi coche para volver a mi apartamento.
Pasaron varios días, Ezra no salía de mi cabeza, era peor que los últimos siete años. Solo quería poder olvidarme de todo. Quería poder volver a empezar y sabía que no podía porque Ezra aún tenía todo mi corazón. Me levanté de la cama y me puse unas mallas para irme a correr y a la cafetería para tomarme un café. Necesitaba la cafeína. Después tenía que a la escuela a soportar niños de 15 años con sus hormonas y necesitaba toda la ayuda posible.
Cuando llegué a mi clase, en la que había enseñado por dos años ahora, los alumnos no habían llegado aún. Estaban charlando en las taquillas o terminándose los cigarros fuera del recinto. Después de haberme marchado de casa empecé a fumar yo también, pero ahora estaba intentándolo dejar, y todas esas personas en la puerta fumando me lo ponían difícil.
-Buenos días.- Dijo una chica entrando en la clase. Llevaba una mochila al hombro y un libro en la mano. Matar a un ruiseñor.
-Gran elección, uno de mis favoritos.- Dije señalando al libro.
-Mi tío me dijo que me gustaría.- Me respondió con una sonrisa.
-¿Y te ha gustado hasta ahora?- La pregunté mientras me sentaba sobre mi escritorio.
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Ezria One Shots (Esp)
RomansSiempre nos quedamos con ganas de más en las escenas Ezria de PLL, aquí hay algunas pequeñas historias que nos ayudan a imaginar el después de una escena Ezria. (También habrá one shot Lucian)