Epilogo. ¡Caos! despues de la calma

12 1 0
                                    

Solo en la parte mas oscura, solitaria, vacía, insignificante y abstracta de mi habitación; me encontraba yo muy triste.
Ay! pero que triste estaba, mi tristeza era tanta que una mosca que por hay volaba me miro y no tubo mas remedio que ponerse a llorar conmigo.
Mientras estaba en esa soledad, en esa oscuridad solo veía sombras, demonios, mis demonios, los suyos, esos recuerdos que habían quedado grabados en mi mente, en mi memoria; me acordaba de todo aunque nunca fui bueno para recordar nada, a duras penas recordaba mi fecha de cumpleaños, mi nombre, el numero al que pocas veces llamaban a preguntar por mi pero lo sabia en caso de una emergencia y mi numero de identificación.
Pero con ella todo era distinto me acordaba de todo, de su sonrisa, sus gestos, sus manos, su piel, su labios, su mirada , su voz yo me acordaba de todo.
Esas sombras en mi habitación solo hacían mis recuerdos mas vivos, mas reales, mas verdaderos; sobretodo llegaban a mi mente imágenes, recuerdos  de sus labios, aquellos labios rojos y del recuerdo de sus labios rojos solo podían llegar a mi mente un instante , una memorias mas. El sabor  de sus besos dulces como la miel, lentos, suaves, amorosos. Me acordaba de sus besos y sobre todo de ese primer beso, como olvidar esos besos, ese  beso, es ahora y aun lo recuerdo el primer beso fuerte, especial, el beso que inicio todo, el beso el día de mi cumpleaños, el regalo mas valioso que ella me pudo haber dado, ese beso que aunque con miedo ella olvido todo por un momento y sin pensar ni dudar me dio.
Luego de ese recuerdo las sombras atacaban de nuevo a mi memoria y traían consigo el pasar  de las horas, los minutos y los momentos que estuve con ella, horas en las que podía solo quedarme viéndola, admirándola, horas que era feliz, se me olvidaba todo. Minutos en los que escuchaba su voz, esa voz angelical y sus conversaciones en las que no podía hacer mas que escuchar y opinar.
Que conversaciones? me preguntas, ok, Te lo diré.
No pudieron ser las conversaciones mas complejas, mas sabias ni nada por el estilo, eran conversaciones sencillas, pero en esa sencillez estaba la magia, el morbo, la pasión; eran conversaciones suaves y apacibles, aun me acuerdo de algunas, para no decir que me acuerdo de todas.
Por ejemplo la vez que me pregunto.
-Oye, Enserio te gusto?
-Pues gustarme, gustarme-
Hice una pausa, tome aire y retome mi respuesta. -SI. Y mucho- Y a ti, Yo te gusto?
- Claro me encantas!, respondió ella sin titubear.
Luego de escuchar esa respuesta llegaron a mi mente más  preguntas y la única que pude hacer fue la siguiente:
-Que me viste a mi, un chico tan feo, tan flaco, tan olvidadizo y muchos tan, tan tan... que ya empezaba a parecer el repicar de una campana. Para que te guste tanto?
-No se- Dijo ella -Créeme yo también me lo pregunto y aun una pregunta que no e podido dar respuesta- concluyo ella de responder.
Justo en el momento que ella termino de responder en mi solo pudo brotar una sonrisa y una pequeña lagrima que de inmediato me limpie para que ella no me viera e inevitablemente solo pude besarle.
Luego de ese recuerdo, volví a mi habitación como si acabara de salir de una realidad alterna y de repente llegaron a mi memoria momentos e inevitablemente ¡Llore!
Llore amargamente, porque ella no estaba, porque no sabia si ella me quería, llore a mar, llore hasta dormir y llore hasta el amanecer.
Desperté con los ojos inundados  en lagrimas salí de mi habitación, entre al cuarto de baño como animal al que le acaban de fumigar su madriguera, como alma que lleva el diablo así corrí yo hasta el cuarto de baño, entre , cerré la puerta y frente al espejo no pude evitar  ver mi rostro, mis ojos, mis lagrimas, esas lagrimas que no sabia si eran de dolor o de ira.
-¿Ira de que?- me pregunte.
ira de todo y de nada, ira hacia mi, ira hacia mi humanidad, ira hacia mi estupidez, ira hacia mi forma de ser e ira que me causaba llorar.
Y hay frente al espejo hacia esa ventana que muestra el ser y el no ser me lave el rostro tratando de lavar mis pesares, mi dolor; salí del cuarto de baño y regrese corriendo a mi habitación, a mi oscuridad, a mi soledad, a mi nada y en mi nada estuve por horas, por días, y así paso una semana, una semana en la que estuve en mi habitación, solo con mi oscuridad, con mi soledad, con mi mala vida, con mi fría existencia, a medio morir pero sin muerte alguna, a medio vivir pero sin vida alguna.
trate de olvidar, pero ¿Olvidar que? lo mejor que me pudo haberle pasado a mi vida? lo mejor que pudo haber llegado a mi vida? NO, yo solo quería olvidar mi estupidez, mi amargura, mi no valor, mi existencia, quería olvidar que yo solo era yo y ese yo era sin ELLA!!!

"Pd: los epilogos no tienen nada que ver con la historia principal"

"A salvo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora