Capitulo 1: "¿Dónde esta victor?"

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Esta Creepypasta tiene un video que si lo abren directamente con YouTube podrán verlo como AudioLibro con una buena voz, imágenes y una muy buena música ambiental >:)  

La luna brilla redonda y grande en esta noche tan fresca, el olor del escape de un montón de automóviles, no hace más que ponerme a reflexionar. Con un pie apoyado en las almenas del edificio y con los brazos cruzados sobre el pecho; con el viento haciendo ondear mi larga y oscura gabardina, de manera dramática, si les he de ser sincero, nunca esperé que nada de esto ocurriera. Sin embargo, esta situación ya tiene un año desde que comenzó...

Conocí a Víctor en la preparatoria, e incluso fuimos juntos a la universidad. Siempre nos reuníamos a Pasar el rato por las tardes luego de la escuela, en nuestro pasatiempo favorito, aunque con la universidad lo tuvimos que hacer solo en los sábados. En ese entonces él era un muchacho de unos 17 o 18 años, de complexión robusta sin estar gordo, solo era más corpulento, de cabello lacio de color negro, con piel blanca y ojos color miel. Terminamos estudiando criminología juntos y no tardamos en hacernos amigos.

Él era más reservado con todos, pero nunca me imaginé que era un criminal. Cuando lo arrestaron yo me llevé una gran sorpresa. Yo era su amigo y debía creer en que era inocente, pero las evidencias eran irrefutables.

No lo podía creer....

Estaba preso. El chico con el que me peleaba por diversión en el parque los sábados en la tarde; eso era lo que nosotros llamábamos, nuestro club de la pelea.

Salíamos con golpes y, al menos yo, con un ojo morado. Pero siempre nos quitábamos tenciones. Nunca supe mucho de su vida o su pasado, ni él del mío, pero no importaba, éramos amigos a fin de cuentas.

Y gracias a él, ahora la ciudad es terreno de guerra a gran escala...

La policía municipal, estatal y federal; luchan contra 2 mafias de la droga. Y en niveles pequeños las pandillas de delincuentes, asaltantes, violadores y anarquistas han tomado las calles; los criminales hacen de su voluntad todos los días. Y la policía apenas puede contenerlos.

No puedo creer lo que estoy a punto de hacer. Parado desde lo alto del tejado de un edificio de apartamentos, contemplo la ciudad; fuera de su habitual ajetreo, todo parece en calma, incluso las incontables luces de los edificios y casas que se pierden a la lejanía, hacen parecer que todo está en paz, pero siento el caos...

Siento que el viento frío que me pega directo en el rostro, me lo dice al oído y los rumores que he investigado, sé que hay cosas que no encajan con el inicio de esta catástrofe.

En general, todo lo relacionado con Víctor.

Muchos han dicho que vieron a un hombre con una máscara de esqueleto combatir desde las sombras a otros criminales, desde los más insignificantes como pandilleros hasta los más grandes como narcotraficantes; si no me equivoco, Víctor está tras esa máscara.

Y ¿qué haré al respecto?

Simple.

Detendré todo este pandemonio...

Desde niño he soñado con esto. Y mi madre me decía:

"Gerardo, la bondad y el honor ponen a los hombres al mismo nivel que los dioses". En su momento no entendía a qué se refería con eso. Pero hoy sí... esta ciudad necesita algo y yo, seré ese algo. Y aparte salvaré al que consideré mi amigo, aun si tengo que salvarle de sí mismo llevándolo ante la justicia.

"¿Dónde te escondes Víctor?", pienso mientras contemplo la ciudad:

—Esta ciudad, ya tuvo suficiente de vengadores—. dije en un susurro. —Hoy yo seré lo que nadie espera y aun así todos necesitan... yo seré... un héroe.

Con nada más que un pasa montañas, un chaleco blindado, unos guanteletes de quebrar que se extienden desde mis nudillos hasta mis codos, con sendas novilleras puntiagudas de hierro en los mismos, un metálico bastón de duelo como de mi altura y un par de artilugios más por si acaso. Me siento preparado para empezar.

Bajé del edificio por las escaleras para incendios y en el último tramo lo bajé de un salto, directo a un callejón. Los callejones se han vuelto un peligro en estos días, pero yo estoy buscando peligro y no tardé en encontrarlo.

Al fondo del callejón encontré lo que se le conoce como un intermediario. Era un hombre que portaba un maletín del que les ofrecía diferentes tipos de jeringas, cajas y frascos a un par de drogadictos. No me molesté en ser sigiloso pues el sujeto supuso que yo debía de ser otro cliente en potencia. Me acerqué y con una sonrisa de relaciones comerciales, el tipo me mostró el contenido del maletín:

—Eso era todo lo que necesitaba ver—. dije al ver toda la variedad de droga que tenía. El hombre y los drogadictos, repararon en el largo bastón metálico que traía colgado en la espalda, pero no hicieron ni dijeron nada.

Presto saqué mi primer artilugio, una macana eléctrica pegándola en el cuello del drogadicto más cercano; al presionar un botón, la macana zumbo y vibró mientras el drogadicto emitía un grito ahogado, para luego desplomarse inconsciente en el suelo. Su compañero al ver esto trató de escapar, pero echando mano del bastón de duelo, alcancé a darle un golpe tras la rodilla que lo tumbó y tomando el bastón como una espada, arremetí contra el atónito intermediario, dándole un golpe en la quijada que lo hizo soltar el maletín, desparramando su contenido por todo el callejón. Luego tomé impulso para darle otro golpe, trazando un arco el extremo del bastón le pegó de lleno en el mentón, y para derribarle le propine una certera patada en los testículos; el hombre se dobló de dolor y dándole un codazo en el rostro acabé de someterlo. Él estaba arrodillado a mis pies yo me incline para estar a su altura y tomándolo del cuello comencé a interrogarle:

¡¿Quién es tu proveedor?!

Yo... trabajo para Don García. Pero nunca trato directamente con él. Solo me dan la mercancía para que yo la venda, lo juro-. el sujeto parecía honesto, pero no me iba a conformar con solo eso.

—Muy bien—. dije y luego le azote la cabeza contra la pared. Noqueándole al instante.

Entonces, sacando mi teléfono llamé a la policía reportando una pelea en el callejón y ahí estuve esperando hasta escuchar el lejano rumor de las sirenas; me retiré como había llegado, lo único que tomé era el dinero que tenían los sujetos que estaban noqueados pues el tercero se escapó, cuando no lo veía. Pero no importaba tenía que empezar a hacerme de temer en el bajo mundo y ese... era solo el comienzo.

LA VENGANZA | Ciudad de MáscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora