Era calmo, el sonido del viento moviendo las copas de los arboles se colaba por la ventana, los rayos de luz eran atenuados por las cortinas y el olor a granos de café en el aire hacían que esa tarde de domingo fuera particularmente calma. Algo embriagador, algo casi tan perfecto que podría arrullar a un niño travieso.
Pero las únicas dos personas en aquella alejada cabaña estaban lejos de ser niños y mucho mas lejos de poder ser arrullados por cualquier cosa. Eran personas rotas y prácticamente vacías. Ambos disgustados con sus propias familias, por sus propias decisiones unilaterales y egoístas.
Siembra vientos y cosecharas tormentas -solían decirse el uno al otro.
Gideon se había limitado a acompañarla ocasionalmente en su retiro auto impuesto. Y ella por su parte solo se limitaba a escuchar sus historias y a absorber todo sobre Psicólogia criminal. En secreto lo admiraba, pero no estaba dispuesta a decirlo.
Su tiempo juntos era limitado, el debía liderar uno de los mejores equipos de perfiladores del pais y eso no era fácil. Ambos lo sabían, así que era algo normal que el llevara el trabajo hasta su puerta.- ¿Oíste sobre el asesino del sendero? -pregunto el mientras movía una de sus fichas rojas para comer una de las negras de ella.
- Algo -admitió moviendo una ficha- Debe ser un idiota acomplejado por un defecto físico. Tartamudeo -respondió sin rodeos -el la miro esperando que siguiera- Un varón blanco, no cruzó las líneas raciales, pero ya lo sabias.
- Lograste deducirlo solo con la información que maneja la prensa, ¿Tienes idea de cuantas personas pueden armar un perfil con tan poca información? -cuestiono divertido por el talento que ella se empeñaba en desperdiciar en esa cabaña.
- Lo se, no voy a decirte que no me jacto de ello, pero eso no quiere decir que me guste la idea de pasearme por el pais en un jet.
- La primera vez que tu padre y yo hablamos, solo pudimos estar de acuerdo en que tienes el terrible habito de limitar tu potencial -dijo y ella no pudo evitar levantar la mirada del tablero. Jamás soporto que el y su padre estuvieran de acuerdo en nada, porque siempre que lo hacían era sobre ella- Eres una excelente tiradora, pero no quieres ser la mejor. Te apasiona la jurisprudencia pero en mas de dos años no has mostrado el mas mínimo interés en volver a ejercer. Ni hablar sobre las proyecciones y lecturas de mercado que puedes hacer y aun así, aquí estas -enumero cansado, no era la primera vez que iniciaban esa conversación y sabia que tampoco seria la ultima.
- Te falto mencionar mis habilidades de extracción, negociación y mi muy extraordinaria y excepcional habilidad para saber cuanto dolor puede soportar un hombre antes de morir -presumió con burla sabiendo perfectamente que era lo único que no podía soportar en ella. Bueno, eso y su narcisismo auto suficiente.
Gideon la apreciaba como a pocas personas, y justo por eso no toleraba lo fácil que fue para ella enlistarse en el ejercito a sabiendas de que haciéndolo solo fastidiaría a toda su familia.
Era de las personas que estaban dispuestas a todo con tal de probar un punto y era algo agotador porque una vez que iniciaba no podía parar. Era algo enfermizo que rosaba peligrosamente con lo compulsivo. Porque para esa mujer ganar no lo era todo, era lo único.
- Desde lo de Zane ya son tres años ¿No? -cuestiono arto de escucharla presumir.
- No sabia que llevabas la cuenta -se burlo, pero el no parecía complacido por como ella insistía en desviar las conversaciones- Una de las muchas cosas que aprendí con los SEALS fue a disociarme de mis emociones, sufrir es opcional -le recordó .
- Como podría ignorarlo -ironizo- No es algo que te molestes en ocultar.
- He visto ,en una gasolinera a un costado de la ruta provincial cuatro, una colección de aves -hablo cambiando el tema, una habilidad que sin duda había logrado perfeccionar con el tiempo.
- ¿Y me lo dices por que? -inquirió tratando de adivinar si ella estaba tramando algo.
- Es una sugerencia, no hay malicia -mintió de manera tan grácil y natural que a los ojos del perfilador paso inadvertido. Era como un don, uno terrible y de mal gusto según el.
Medito un segundo sobre la sugerencia y decidió que iría a ver
El camino hasta el lugar era tranquilo, apartado, pocas personas frecuentaban la zona. El lugar era ordinario salvo por una cosa, el joven que atendía el lugar blanco y desalineado. Manos pequeñas y con las uñas sucias. Descuidaba su imagen sin duda. Pero lo que realmente llamó su atención fue la cantidad absurda fotos que había en el lugar, todas fotos de personas, algunas las reconoció como a las víctimas del asesino del sendero.Se dirigió donde el se encontraba para pagar.
Ella había vuelto a mentir, pero lo peor no era eso. Sino que lo había enviado directo con un Psicópata.
- ¿Cuánto es? -preguntó con un semblante serio, esperando poder salir vivo de ese horrible lugar.
- Eeess tttrreeiiinntaa ddoolaarres -tartamudeo con nerviosismo al dar una mirada poco discreta al arma que Guideon cargaba.
Recibió el dinero sin problema y en cuanto el volteo para irse saco una escopeta de abajo de su mostrador.
Fue cuestión de segundos para que estuviera desarmado. Una situación difícil y estresante. Si quería salir de ahí vivo tendría que pensar en algo y rápido.- ¿Quieres saber por qué tartamudeas? -preguntó mientras avanzaba por un pasillo oscuro.
El chico lo miro con curiosidad, expectante, quería saberlo más que nada.
- ¡Sssi! -exclamó tan fuerte que el federal no pudo evitar reír.
- ¿Dde qquue tte rríieees? -bramo molesto.
- Tu padre te golpeaba, mojaste la cama hasta los 12.
- ¡Pparrra! -grito el chico.
- Tu madre también te golpeaba, eres un perdedor, invisible para todos los que te rodean.
El violento forcejeo no tardo en producirse, solo uno podría salir de aquel pasillo.

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Efímero (Spencer Reid)
ФанфикNo existe mal que dure mil años y no hay nada bueno que dure para siempre.