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—Yo te lo advertí —habló mi mejor amigo.

—¿Qué puedo hacer?

—Terminar con ella.

—No puedo hacer eso, me gusta demasiado como para dejarla ir.

—Y lo superarás. Jos, no puedes vivir aferrado toda tu vida a esa chica.

Ese es el problema, estoy enamorado profundamente de ella. Rebeca y yo llevamos tres años de relación, le pedí matrimonio hace un mes, porque realmente quería una vida junto a ella, pero a veces las cosas no salen como quieres. Últimamente tenemos muchos problemas, trató de resolver mis errores para verla feliz, sin embargo ella no parece tener algún interés. Freddy, a quien le he contado todos mis problemas, me aconseja que termine con ella, pero, se que dolerá.
Freddy, tuvo la brillante idea de venir a la cafetería 1989 que hace dos semanas había sido inaugurada, estaba cerca de mi departamento. Entramos, nos dirigimos a una mesa cercana a la puerta. Una chica demasiado pálida se acerco a nosotros, supuse que es mesera. No tenia apetito de nada, así que solo ordeno él. Mire la ventana que estaba a un lado de nosotros, la vista es el parque que se encontraba enfrente, lleno de familias felices disfrutando de un día soleado, perfecto.

—No quiero que estés de amargado.

—Ya no lo estaré, hablaré con Rebeca, e intentaré arreglar las cosas en nuestra relación.

—Ya no tienes nada de que hablar con ella Jos, abre los ojos, su relación esta por la cuerda floja, y lo mejor es que terminen.

—Sabes, no te necesito Alfredo, tus estúpidos consejos no sirven para nada.

Me levanté y salí hecho furia de la cafetería, yo tengo la esperanza de que puedo arreglar las cosas con ella sin tener que terminar. Llegué a mi departamento, pero me encontré con una sorpresa, me alegré demasiado al verla, pero inmediatamente se esfumo al verla con una expresión seria.

—Amor, ¿qué haces aquí? ¿por qué no me avisaste que vendrías?

—José, quiero hablar contigo.

—Adelante, te escuchó.

—He pasado maravillosos momentos contigo, me has hecho feliz, pero todo tiene un final. Ya no siento aquella chispa contigo como antes...

—¿A qué te refieres?

Se acerco lentamente a mi, tomó mi mano, y en ella dejo caer el anillo de compromiso que le di. Me miro. De sus ojos caen pequeñas gotas. Ahora lo entendía.

—¿De verdad quieres esto, Rebeca?

—Es lo mejor para ambos.

Dicho eso, salió de mi departamento.

The reason is you «Jos Canela»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora