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Un segundo intento era lo que necesitaba para dejar de sentirse culpable. Solo esperaba poder llegar a tiempo para explicarle bien lo que había sucedido a Teyon y no cruzarse con Suga en el camino.

El timbre del fin de clases había sonado hace menos de cinco minutos. Corrió para no perder ni un solo segundo, lo que no sirvió para nada, pues al asomarse por la puerta habían solo dos chicas besándose en un rincón.

Justo cuando pensaba que esta escuela no podía ser más gay.

Sin saber que tenía que hacer en un momento así, se quedó de pie mirando a su alrededor. No supo cuanto tiempo se le fue de las manos al no querer interrimpir a las chicas que ni habían notado su presencia. ¡Tenía que averiguar donde estaba Teyon!

-¡Oigan!- ambas chicas se separaron con la cara ardiendo ante el grito de HoSeok- ¿Saben si Teyon ya se fue?

La de cabello más corto negó suavemente con la cabeza y se giró hacia la otra.

-¿Tu sabes de quién habla, Nayeon?

- Creo que de Taehyung - Nayeon le contestó a la otra en un susurro-. Todos se fueron hace un instante. Supongo que él también.

- Gracias-respondió HoSeok sin estar completamente seguro de que eso fuera lo que tenía que decir.

-No hay de que - la castaña contestó y tomó la mano de la otra-. Jeongyeon, será mejor que nos vayamos.

Ambas tomaron sus cosas y se fueron dejando a HoSeok algo nervioso en el mismo lugar.

¡No había tiempo que perder!

Movió sus pies lo más rápido que pudo y rezó para poder alcanzar a Teyon. No sabía como todo el lugar se había vaciado tan rápido, al parecer todos odiaban estar allí tanto como él. Si no encontraba al chico raro, se iría a tomar un helado. Por alguna razón- se le había antojado uno.

Para su suerte, entre los pasillos desiertos encontró a quién tanto buscaba. Por el otro lado, su suerte no era tanta como hubiera querido.

Suga estaba allí. Al menos no estaban los idiotas que lo seguían de un lado a otro, sino habría huido y se habría rendido completamente en cambiar la visión que tenía Teyon sobre su amigo. No valía la pena si él se veía afectado también.

Se escondió tras un pilar para no ser visto. No quería meterse y tener que pelear con Suga. Solo se quedó allí escuchando cada lamento de Teyon una y otra vez, tal como había pasado esa mañana. ¿Acaso Suga nunca se aburría? No podía creer que alguien pudiera hacer eso, pero él era igual de malo por no ayudar al indefenso chico.

Cuando dejó de escuchar a Suga y oyó pasos alejarse hasta desaparecer, supo que era su momento de actuar. Salió de su escondite y, fingiendo no haber visto nada, se acercó a Teyon.

Las lágrimas manchaban el hermoso rostro del otro, y el corazón de Hoseok se comprimió en su pecho. De un segundo a otro, se encontraba en el piso limpiando su cara con suavidad. ¿Por qué no detuvo a Suga cuando pudo? ¿Por qué dejó que eso siguiera? Ah, claro. Porque era un cobarde.

La mirada llena de sorpresa de Teyon le hizo detenerse y separarse de él algo avergonzado por su reacción.

-¿Qué te pasó? -Hoseok siguió su papel de desentendido y comenzó a recoger las cosas de Teyon que se encontraban esparcidas por el piso.

-Nada importante- Teyon se puso de pie y le arrebató sus cosas a Hoseok. Una punzada atravesó su pecho por la respuesta que le dieron.

-¿Teyon, verdad?

-No, soy Taehyung.

-Es lo mismo -comenzó a caminar a su lado a la vez que caminaban hacia la entrada de la institución -. Me mandaron a decirte algo, la verdad. De parte de Namjoon.

Dios Destructor [NamJin] DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora