¿Amigas de nuevo?

0 0 0
                                    

Al principio me pareció haber visto mal, pensé que tanta droga y alcohol mezclados habían afectado mi visión severamente, no podía ser, como es que esa persona estaba en el mismo país que yo, en el mismo departamento, en el mismo lugar, a la misma hora, en el mismo minuto, segundo que pasaba. Después de tantos años sigue igual, la reconocés sin problema, mismo look, misma mirada, misma sonrisa, pero cinco años más tarde, me parecía increible. Se ve que lo único que cambió es el estilo de musica que escucha, porque esa persona de hace cinco años atrás, no tenía ni una canción de electrónica en su mp3, disco, computadora, nada de nada, nunca me hubiera imaginado encontrarmela en este boliche, pero bueno, dicen que las personas cambian. Era Sofía, estaba radiante, feliz, bailando con un grupo de chicos y chicas, bebiendo como si no hubiera un mañana, que por supuesto no se había dado cuenta que la venía mirando hace unos cuantos minutos.
¿Destino?, ¿Casualidad? No sé, ella estaba en el mismo boliche que yo, en la misma pista, uff que difícil, no la quería ver, pero al mismo tiempo me quería acercar a preguntarle un millón de cosas y aclarar mis dudas, llenar ese vacío que me hacia sentir tan mal, tan miserable, tan... nada. Cuando por fin decidí levantarme, ella se da vuelta y me mira fijo. Me patalizo, la miro fijo a los ojos y se me vienen a la cabeza miles de recuerdos, estoy a punto de llorar, quiero correr, quiero gritar, quiero acercarme a ella y a la vez escapar. Me quedo quieta, y es ella la que se acerca, pronuncia mi nombre, pero mi nombre real, ese que solo ella y mi familia saben.
Las drogas y el alcohol empiezan a hacer efecto, no podía pensar con claridad y no podía dejar que justo ella me viera en ese estado. Así que me voy sin decir nada, pego media vuelta y empiezo a caminar lo más rapido que puedo, bueno, lo más rápido que mi cuerpo me permite en ese momento, por el estado en el que me encuentro. Como conozco ese boliche, casi como la palma de mi mano, pude llegar hasta la salida, creo que podría hacerlo con los ojos cerrados. Llego hasta ahí y me siento, al rato llega un amigo y le pido que me saque del lugar, entonces me acompaña a casa.

Anne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora