Una historia extraordinaria

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Capítulo 3:

Akemy PV

--¿Mi padre?, ¿Qué relación tiene mi padre con todo esto?-- dije señalando al collar que apareció en mi cuello.
--Pueees, tiene relación, créeme y espero que no mucho.-- dijo mi madre mientras sacó una especie de ¿pistola?.Disparó a un árbol del cual salieron tres personas.
--¿Quienes son ustedes y porqué me siguen?-- dijo mi mamá con una cara muy seria y parecía molesta. Uno de esos hombres avanza, se saca los lentes de sol, aunque no sé por qué lo llevaba.

-- Tú sabes quien soy y entiendes porqué las persigo.-- Dijo un hombre alto, bien agraciado, fuerte, delgado con una mirada encantadora, sonriendo.

--¿Estás con tú padre?-- le dijo mi madre muy seria a aquel hombre que se acercaba. Le acomodó el cabello detrás de la oreja y le dijo algo a la oreja que hasta a las justas llegué a oír.

--Claro que no-- susurró y le dio un gran beso a mi madre en los labios. Mi madre se dejó llevar, dejándose caer en sus brazos. Pero al darse cuenta de la situación se apartó.

-- Mamá, ¿Quien es él? -- dije muy confundida, es decir, besó a mi madre.

--Bueno...él es...-- dijo mi mamá como si no me quisiera decir algo.

--Tu padre...soy tu papá-- dijo el hombre que beso a mi mamá, aunque ahora tiene sentido.

--¿Eso es cierto?-- le pregunté a mi mamá y ella asintió.
Mi papá se acercó con una sonrisa y nos dimos un tierno abrazo.
Ahora que lo veo bien sí se parece a él.Recuerdo que cuando era pequeña, a escondidas de mi mamá, nos encontrábamos para intercambiar cartas. Nadie lo sabe.

Regresamos todos a casa y me empezaron a contar todo.

Todo esto empezó cuando la raza de los heart taker decidieron atacar a un continente, todos los que sabían de ellos les tenían miedo, menos un reino al que todavía no habían atacado llamado Magic Land, todo estaba bien hasta que el jefe de los Heart Taker decidió vivir allí pero a escondidas; aprovechando las noches oscuras para atraer a sus presas y así no levantar sospechas.-- dijo mi madre.

Pero aquel día en el que cometieron el error de despreciar a los Heart Taker, haciendo despertar el odio hacia ellos, decidieron atacar pero esta vez no a escondidas sino que esta vez iba a ser una guerra que no se iba a acabar hasta que alguno haga notar su bandera blanca humillándose frente al otro o cayendo presa de espadas, flechas y lanzas que se volvían color carmesí.

--En aquel tiempo la reina estaba embarazada de su única hija a la que le llamaron Kobayashi Aimy y en aquella guerra, justo después de nacer, unos Heart Taker le quitaron la esencia del corazón a la reina sin dejar rastro, dejando a la única heredera, su hija Aimy-- dijo mi papá.

--Aun después del atentado hacia la reina, la guerra no termino; los dos contrincantes estaban dispuestos a defender sus principios y honores, pero en un momento de descuido del jefe, unas balas le rosaron las piernas, haciéndoles ver la única debilidad de los Heart Taker, el metal; aunque el jefe estaba adolorido por estar en contacto con el metal, dio la orden de retirarse, mostrando claramente su cara lleno de odio por haber perdido la primera batalla, como si dijera con su rostro: te matare. Al regresar el rey al palacio, encuentra a su esposa a punto de morir susurrando su último deseo a la oreja del rey, después de eso la reina murió-- continuó mi madre.

--Al día siguiente se levantaron muros a los alrededores del palacio con el único propósito de no dejar salir a la pequeña Aimy para evitar que se encuentre en peligro y que le pase lo mismo que a su madre.--dijo mi papá y después empezó a sonreír al decir.--Aimy creció hermosa como su madre y valiente como su padre, a ella no le gustaba ser atendida todo el tiempo, más le gustaba trabajar, ser desobediente y alocada, pero su padre no la dejaba, así que ella se disfrazaba para que no la descubran y no la castiguen. Una tarde Aimy estaba disfrazada de sirvienta plantando sus flores favoritas, las rosas, cuando de pronto un chico pasó el muro y dijo
–-miren que tenemos aquí una rosa blanca –- la princesa Aimy no tenía amigos , ya que su padre le prohibió salir ,pero se llevaron tan bien que se hicieron los mejores amigos. Durante años, todas las tardes a la misma hora, se encontraban para planear sus inocentes travesuras, como poner una cubeta con agua en la puerta que hiciera que los sirvientes se mojen al entrar o hacer que pareciera que había un fantasma en las noches. Pero un día, al cumplir los trece Kuroda Takeru (el chico), se tenía que ir por tres años para en entrenar en otro país y ser más fuerte pero cuando Aimy escucho la noticia de su propia boca, sin pensarlo le rogó que se quedara hasta quedarse sin voz, pero él no podía desobedecer.

El verdadero poder del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora