Capítulo Único

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El Uchiha corría lo más rápido que podía por el bosque, aún con su grande canasta hacía un máximo esfuerzo porque ésta no le estorbara, además no era como si tuviera la opción de dejarla atrás para poder correr un poco más rápido, sintiendo como las ramas arañaban levemente sus piernas descubiertas sin hacer un daño del todo grave, a lo mucho tendría que desinfectar los cortes pero no había tiempo para eso.

Sus cabellos azabaches ondeaban con el viento y su hermoso rostro de tez pálida se encontraba suave al tacto, con sus mejillas rojas por el ejercicio.

Mentalmente trató de hacer la cuenta de los días que habían pasado después de que había recorrido ese mismo camino por última vez, no sabía si había contado mal o el Dios requería de su presencia de forma inmediata, tal vez tenía una buena noticia.

Sonrió con emoción mientras finalmente llegaba al portón, sacó el pequeño cuchillo que tenía entre sus ropas y se cortó levemente la palma de su mano izquierda.

La sangre, caliente y espesa, cayó sobre el húmedo pasto y se filtró entre la tierra y las grandes puertas se abrieron para el azabache.

Entró con la respiración agitada y algunos mechones de su cabello negro en su frente adheridos por el sudor.

Cuando estuvo ante la presencia de la deidad, se sentó en el suelo de rodillas y puso la canasta en frente de él mientras se inclinaba hacia adelante, haciendo una reverencia.

La canasta apareció de repente en las manos del Dios y la revisó minuciosamente.

- Interesante - habló con su voz de potestad - Debo admitir que esta ofrenda es muy interesante y cumple con lo que me dijiste la última vez, me ha sorprendido - el Dios sacó el panecillo de nuez que había en la canasta, junto con la flauta hecha de madera - ¿Qué hace esto? - le mostró la flauta y sopló por su orificio suavemente, ganando un sonido dulce - Sin duda, uno de los magníficos inventos del hombre - lo colocó junto con las otras cosas que ya tenía; un arreglo floral, algunas páginas en conjunto que contaban una historia, alguna que otra tela, vajillas, entre otras cosas - Lamento haberte llamado de forma tan repentina pero es urgente, además, llegaste temprano - el Dios sonrió complacido - En realidad, siempre lo haces, pero dado que fue una sorpresa el que te llamara, pensé que llegarías un poco más tarde, pero siempre me sorprendes con tu puntualidad, así... sientes que tienes más tiempo con él. Y es de lo que quiero hablarte. Durante todos estos años tú me has traído estas ofrendas del mundo humano, al cual no puedo cruzar y yo traigo a tu amado para que puedan estar juntos unas horas, pero me temo... que ya no será posible.

Sasuke no pudo evitar mirarlo atónito.

- Con todo respeto, yo he cumplido, mi Señor, jamás he faltado a mi palabra y... - a pesar de que intentaba con todas sus fuerzas no demostrar el golpe que había sentido en el corazón, sus ojos se inundaron de lágrimas de puro dolor y desesperación.

- No lo hago por mí, querido. El Dios de la Tierra de los Muertos ya no puede ayudarnos, tú sabes que nosotros también tenemos reglas que cumplir y con castigos mucho más severos que los que tienen ustedes al no cumplir, así que sólo podrás verlo hoy y nunca más. No servirán de nada tus lágrimas, pues no lograrán mover el corazón de aquel que nos gobierna. Tus ofrendas tampoco te servirán, dado que tengo prohibido volver a aceptarlas de nuevo. Y tus rezos ya desde ahora son inútiles, pues ya no cuentas con el apoyo de alguien allá arriba por desobedecerlo.

El portal a la Tierra de los Muertos se abrió y un chico con hermosos cabellos rubios salió de él para ir al encuentro con su amado.

- Lo sé - le dice el rubio mientras acariciaba sus mejillas - Pero aunque no puedas verme, siempre estaré contigo - tomó las manos de su doncel y las besó.

- Pero eso no me basta - dijo temblorosa mientras se lanzaba a abrazarlo - Maldigo el día en el que te fuiste a pelear por nuestra gente, maldigo no haber escapado contigo cuando me lo pediste...

- Lo lamento - besó castamente sus labios - Pero tú siempre tendrás una parte de mí, no quiero que cometas una locura, no le quites la oportunidad de vivir - le pidió acariciando su vientre y Sasuke asintió.

- Ya me tengo que ir, mi amor - la abrazó una vez más y se miraron a los ojos por última vez mientras el hombre se desvanecía lentamente, se miraban como si hubiera sido la primera vez, tratando de memorizar el rostro del otro para llevarlo en sus recuerdos, los más cercanos a sus corazones rotos - Te amo, y te prometo que te encontraré en nuestra próxima vida y en la vida después de esa.

Naruto finalmente se desvaneció y con él, se desvaneció también el corazón roto de Sasuke.

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Los milenios habían pasado y ahora dos dioses miraban esa escena desde su cómodo reino en los cielos.

- ¿Era tan necesario separarlos de una forma tan cruel?

- No, pero aún no era su momento de estar juntos - le respondió el Dios mirando a la pareja, formando la vida que era para ellos desde que se conocieron - Después de todo, cumplí con lo que te prometí, te dije que tendrían una mejor historia al separarlos en ese entonces y ahora míralos.

Naruto y Sasuke miraban a su hijo recién nacido con una sonrisa.

- Así es, lo acepto, tú cumpliste tu palabra - le sonrió para alejarse de ahí y dejar al otro Dios mirando a la pareja con una sonrisa.

- Y ahora, sean felices.

Este capítulo está dedicado a dos personas.

Kohana_05

Gracias por todo, hermosa.
Hay varias cosas que quiero decirte y que podrían causar la diabetes.
En serio eres increíble, gracias por tanto en tan poco tiempo, te quiero mucho, amore.
Me enamoras cada día un poco más.

Me enamoras cada día un poco más

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AnaKarenUchiha

Espero que te haya gustado, te prometo otro one-shot por si hay que recompensar. xD

El próximo será más animado... espero xd

Un Amor A Prueba De MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora