Drabbles y Mini Fics Avengers (Slash)

Flores (StevexTony)

El multimillonario Tony Stark tenía una rutina ya establecida: despertar, una taza de café, ducha, desayuno con otra taza de café, subir a su automóvil, detenerse en la florería para su compra diaria, volver a subir a su automóvil y conducir hasta la oficina, donde su asistente Pepper Potts le informaría la agenda del día.

Llevaba años casi con la misma rutina, excepto la visita a la florería que era una adición reciente. Todo comenzó una mañana en que decidió deambular por la ciudad para retrasar su llegada al trabajo. Las juntas con los accionistas solían ser tan tediosas y desesperantes. Entonces al pasar frente a una florería a través de la ventana miró a un alto, fornido y atractivo rubio de ojos azules que sonreía mientras arreglaba las flores del lugar. Antes de darse cuenta, Tony había ingresado en la tienda, coqueteado sin éxito con el apuesto hombre (quien no captó sus flirteos) y comprado el primer ramo que miró, únicamente para recibir una bella sonrisa del rubio.

Desde entonces Stark se convirtió en un cliente habitual del lugar, logrando con la convivencia conocer al bello florista: Steve Rogers se había retirado del ejército luego de una lesión en el hombro, pero en lugar de lamentar el final de su carrera militar, decidió retomar el negocio de su difunta madre y por eso ahora era el encargado y dueño de esa preciosa florería.

-A tu novia realmente deben gustarle las flores –dijo el de ojos celestes un día-. Vienes prácticamente diario.

-No son para mi novia.

-Ah... ¿Esposa?

-No. Y tampoco tengo novio o esposo, si esa es tu siguiente pregunta –le guiñó un ojo-. Me gusta ver flores adornando mi oficina, alegran mi día.

-Ya veo –sonrió con dulzura-. Me da gusto escuchar que hacen más amena tu jornada, Tony.

Debería ser un crimen que ese hombre que fácilmente podría romperle el cuello resultara ser tan adorable. Tal vez era una buena señal que Steve le preguntara, aunque fuera indirectamente, si estaba soltero o comprometido (él ya había observado que el rubio no portaba ninguna sortija y también llegó a preguntarle si salía con alguien, obteniendo una hermosa negativa). Si tan sólo respondiera a sus coqueteos podría acelerar las cosas, pero no quería espantarlo. Deseaba hacer las cosas bien con Steve.

-Tony, tienes que hacer algo.

Su rubia asistente lo miraba con molestia y señaló la oficina, donde podían encontrarse todo tipo de flores en diferentes arreglos que llenaban el lugar.

-¿A qué te refieres, Pepper?

-Sabes de lo que hablo. Invita a salir al chico de la florería de una vez por todas antes de que Recursos Humanos se llene con quejas e incapacidades por alergias al polen.

-Lo dices como si fuera muy sencillo –suspiró acariciando una de las flores en su escritorio-. Steve no es como mis anteriores conquistas.

-No te estoy diciendo que debas tratarlo así. Simplemente deja de ser un cobarde, se tú mismo y pregúntale si quiere almorzar contigo. No tienes que regalarle un anillo de compromiso en la primera cita.

Haciendo caso a la voz de su conciencia (Pepper), Stark regresó a la florería poco antes de la hora en que Steve salía a comer (lo averiguó por casualidad, no era ningún acosador, gracias). El rubio se sorprendió un poco al verlo entrar, pero de inmediato le sonrió con la amabilidad de siempre.

-¡Tony!

Era tan guapo, fue lo único que pensó. Al diablo con el temor a espantarlo. Tony caminó hacia él y lo jaló de la camisa para plantarle un beso en los labios. Steve se tensó unos segundos, pero después lo rodeó con sus fuertes brazos para corresponderle. Cuando se separaron apenas unos centímetros, Tony se sonrojó por el brillo de esos ojos azules que lo miraban y la deslumbrante sonrisa dedicada sólo para él.

-Jamás hubiera esperado que un genio multimillonario como tú pudiera fijarse en alguien simple como yo –lo abrazó-. Estoy feliz, Tony.

Más tarde cuando su corazón dejara de estar tan emocionado por ser correspondido, probablemente Stark golpearía a Rogers por jamás haber entendido sus indirectas. Por el momento pensaba seguir aprovechando su cercanía para besar al rubio hasta el cansancio.