Drabbles y Mini Fics Avengers (Slash)

El gran día (ThorxLoki)

*Advertencia de omegaverse y mpreg.

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Cuando era muy pequeño Loki, un omega huérfano, fue adoptado por el matrimonio de Odín y Frigga. Ellos lo criaron con amor y cariño, nunca mostrando preferencias entre él y su hijo biológico, Thor. Su hermano adoptivo resultaba ser un alfa, por ello tanto él como su padre eran bastante protectores con Loki. Vivían en un lugar donde todavía tenían ideas retrógradas sobre los derechos para los omegas, por lo que cuando varios hicieron comentarios sobre que deberían entregar a su segundo hijo a una familia con un alfa digno, Odín tomó la decisión de emigrar hacia Estados Unidos y formar una nueva vida para todos.

Conforme crecieron, comenzó a hacerse evidente que los sentimientos entre Thor y Loki se estaban volviendo más que fraternales. Al inicio su padre no estaba de acuerdo con esto, pero luego de que su siempre comprensiva y amorosa esposa sucumbiera al cáncer, les dio a ambos su bendición. Poco después Odín también murió en un accidente.

Thor y Loki trabajaron duro con la herencia dejada por sus padres y lograron formar una pequeña fortuna propia. Durante ese trayecto conocieron al grupo de amigos que se convirtió en su nueva familia: Steve Rogers, Tony Stark, Natasha Romanov, Bruce Banner y Clint Barton. Todos ellos los apoyaron cuando decidieron casarse a pesar de las críticas de muchos por crecer como hermanos adoptivos y por ello cuando Loki quedó embarazado y las hormonas de omega gestando lo hicieron desear tener a toda su familia junta, sus amigos acordaron quedarse en la mansión de Tony durante el resto de su embarazo.

Loki, a quien le encantaba mandar y ser el centro de atención (algo por lo que congeniaba y también chocaba con el alfa Stark), era feliz de tener a tantas personas listas para cumplir con sus antojos y hacer todo para que se sintiera cómodo. La primera vez que se puso a llorar por culpa de las hormonas y ya que Thor no estaba en casa, fue tarea de Clint consolarlo hasta que se calmara, lo cual resultó gracioso porque Clint estaba aterrado y no tenía idea de qué hacer.

Natasha y Bruce se encargaban de que el omega comiera cosas saludables para él y su bebé, mientras que Tony se divertía molestándolo pero en realidad también era el primero en exaltarse cuando sentía alguna molestia (instinto alfa, al parecer). Steve, el otro omega residente, era la mejor almohada para tomar la siesta ya que sus propias feromonas tranquilizaban a Loki y su hijo nonato.

Thor estaba muy agradecido con sus amigos por todo lo que hacían por ellos. Y el día del parto definitivamente su presencia fue más que bienvenida. Todos se encontraban mirando una película cuando se rompió la fuente. Loki había estado sintiendo molestias durante un rato, pero como llevaba días con dolores no les tomó importancia. Aunque ya habían trazado planes para cuando el gran momento llegara, al final entraron en pánico.

-¡La maleta! ¿Dónde dejamos la maleta? –Bruce corría en círculos

-¡Clint! ¿Y las llaves del auto? –preguntó Natasha- Olvídalo, yo las busco.

-Mejor hay que llamar a una ambulancia –respondió el mencionado-. ¡El bebé podría nacer aquí en cualquier momento!

-Tranquilo, Loki, todo saldrá bien –decía Thor, abrazándolo-. No tengas miedo, yo estaré contigo en todo momento, solo respira, cariño.

-Si es necesario comienza a pujar –habló Tony-, no importa que Clint se traume por ver un nacimiento.

Loki gruñó y maldijo de nuevo las feromonas alfa porque esos dos no estaban siendo de ayuda, aunque los otros tres betas tampoco porque seguían corriendo de un lado a otro por la mansión. Estaba a punto de insultarlos cuando el siempre confiable Steve reaccionó y comenzó a dar órdenes.

-¡Basta, todos deben tranquilizarse! –dijo en voz alta- Thor, te recuerdo que has tenido encima las llaves del auto desde hace una semana, dáselas a Natasha para que vaya a encenderlo. Clint, mejor ve con ella. Bruce, la maleta ya está ahí, tú mismo la dejaste hace unos días por si las dudas. Tony, ayuda a Thor para llevar a Loki al auto, ya que se rompió la fuente será mejor moverlo despacio. Yo llamaré al hospital para avisarle al Doctor Blake que Loki está en labor de parto y vamos para allá. Muy bien, andando todos.

Thor sujetó uno de los brazos de su esposo, pero se desconcertó cuando en vez de sujetar el otro brazo, Tony seguía observando por donde Steve se había marchado para poder hablar al hospital con calma.

-¡Maldición, Stark! –gritó Loki, sujetándose su abultado estómago- ¡Olvida tu estúpido instinto alfa que te está ordenando aparearte con ese omega aquí mismo! ¡A menos que tengas planeado atrapar a mi hijo en medio de tu mansión!

Por si semejante grito no fue suficiente, Natasha le dio un golpe en la cabeza a Tony para traerlo de regreso a la situación actual. El hombre se apresuró a sujetar el brazo libre del omega y comenzaron a salir del lugar a paso lento.

-Descuida, Tony –comentó Thor mientras se dirigían al vehículo-. Si realmente lo logras con Steve, te prometo que será nuestro turno de estar ahí para ustedes el día en que tengan un hijo.

-Cierra la boca y camina, ricitos. O tu esposo adolorido nos asesinará a ambos.

Luego de un aterrador viaje con Natasha al volante, que un generalmente tranquilo Bruce aterrorizara a un par de enfermeras para conseguir una silla de ruedas, que Steve casi tuviera que amarrar a Tony quien seguía viéndolo como si quisiera devorarlo ahí en la sala de espera y que Clint evitara que Thor (gracias a su lado alfa sobreprotector) golpeara al médico que revisaba a su esposo y que Loki gritara maldiciones y amenazas a todo el mundo durante el parto, finalmente dio a luz a una hermosa niña de cabello oscuro.

-Creo que debo disculparme por haber amenazado con castrarte –murmuró el omega a su esposo

-Está bien, Loki, sé que todo fue porque estabas pasando mucho dolor. Además valió la pena que casi me rompieras la mano, solo mira la hermosa niña que trajiste al mundo.

-Es hermosa. No podía ser para menos, es mi hija.

Thor rió ante el comentario de su poco modesta pareja y le besó la cabeza antes de seguir contemplando a la bebé. Ambos deseaban que sus padres pudieran haber estado con ellos en ese momento, seguro estarían enamorados de su nieta y listos para llenarla de mimos y regalos. Quizá ya no los tenían a ellos físicamente, pero conservaban un montón de buenos recuerdos que sin duda algún día compartirían con su hija. Además ahora tenían a ese fiel grupo de amigos que casi echan del hospital por escandalosos, ya que estaban emocionados por la nueva adición a su familia. El futuro se vislumbraba dichoso para ellos.