Capítulo 3: De la rutina al infierno.

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Los días pasaron, antes de que me diera cuenta ya habían pasado tres meses desde que me transforme en Ladybug por primera vez, cuando Tikki mencionó aquella amenaza que se cernía sobre París tuve miedo, pero al final había pasado tres meses combatiendo únicamente criminales con ayuda de cierto gato rubio. La escuela se volvió mejor, seguí el consejo de Chat Noir y le di una oportunidad al chico nuevo y a pesar de que todavía me daba escalofríos su mirada, pude notar que en el fondo era una buena persona y no uno de los amigos de Chloé como pensé la primera vez que lo ví, de hecho él nos mencionó que Chloé era la única chica que conocía en esos momentos por lo que había sido quien se había encargado de enseñarle la escuela, pero aun así, algo en su persona me hacía sentir nerviosa a su lado, así que no había tenido la oportunidad de terminar de conocerlo, hasta ese día.

El cielo de París amaneció nublado; amenazaba con lluvia, pero ni una sola gota había caído en toda la mañana, durante la última clase el clima parecía haber afectado a toda la clase que se encontraba aletargada esperando la hora de la salida, cuando faltaban cinco minutos para dar terminada la clase la maestra decidió ponerle fin a la lección y mientras guardábamos los cuadernos nos dio un anunció.

- Quiero encargarles un trabajo en parejas, tendrán una semana completa para hacerlo. Tendrán que escoger un libro de una lista que les asignare y hacer un reporte de dicho libro -

El ánimo de todos era tan bajo que la reacción no fue ninguna en especial, empezó a repartir al grupo en parejas y mi mente, tan distraída con mis pendientes que tenía que hacer antes del patrullaje de esa noche, no escuchó nada salvo algunas quejas por aquí y por allá, hasta que escuche mi apellido.

- Dupain, ya que eres la presidenta de la clase te asignare con el chico nuevo -

Otras dos voces exclamaron con sorpresa y reproche al mismo tiempo que la mía, cuando volteé pude ver que eran Lila y Chloé.

- Pero maestra, yo estaría encantada de ayudar al chico nuevo a adaptarse - dijo la castaña con un presumido movimiento de sus manos.

- Estoy segura de que Adrien preferiría trabajar conmigo - repuso la rubia.

- No estoy pidiendo su opinión señoritas - respondió la maestra con reproche mientras continuaba con la lista.

Mire a mi compañero con quien ahora tenia que trabajar en equipo y me dedicó una de sus sonrisas que me erizaban la piel, por lo que me limité a guardar mis cosas y salir rápidamente del salón y huir a mi casa. Tenía tantos pendientes para la tarde, pero finalmente no logre concentrarme en nada, Adrien ocupaba todos mis pensamientos. Cuando caí en cuenta que mi lista de deberes no se vería reducida esa tarde decidí empezar mi patrullaje, un poco más temprano que de costumbre, pero sabía que era lo único que podía despejarme la mente.

Me balanceé por la ciudad un par de minutos antes de dar con mi primer trabajo de la tarde, un sujeto estaba asaltando unos turistas y lo detuve, después hubo un pequeño incendio en un restaurante del barrio italiano que no pasó a mayores gracias a mi ayuda y cuando empezaba a atardecer pude evitar el choque de un auto que iba a exceso de velocidad. Acababa de hacer esto último y mientras me alejaba del lugar, pude escuchar una voz que ya me era familiar.

- Parece que has estado ocupada, mi lady - me saludó Chat Noir, con el cariñoso apodo con el que empezaba a llamarme - Ni siquiera me esperaste. -

- Lo siento, Chat - me disculpe mientras trataba de restarle importancia - tuve un mal día y solo quería distraerme -

- ¿Qué sucedió? - me preguntó y en su rostro pude notar genuino interés.

- Oh, no es nada. Solo un asunto con mi escuela -

Ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora