Prefacio

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Terrible.

Es la palabra que describe a la perfección el destino de ellos.

Puedo decir que el destino se encarga de poner obstáculos grandes para al final obtener una jugosa y satisfactoria recompensa, pero la verdad es que muchas veces no es asi.

Algún veces, los finales trágico son parte de ti, y ese es tu destino hasta el final de tus días.

Esta familia siempre estuvo rodeada de secretos y misterios, lo que a simple vista podría pasar como una familia feliz era en realidad una cárcel emocional para ellos para los integrantes.

Y es que, no puedo decir que que era una familia común y corriente que pasaba desapercibida por que la vedad es que un matrimonio con septillizos jamas lo haría.
Aunque quisieran intentarlo, el simple hecho de que los niños fueran parte un embarazo poco común los hacia interesantes y atrayentes para los curiosos de la comunidad y los vecinos.

Como dije al inicio, aparentaban ser una familia común, feliz, pero en realidad lo que ocultaban eran mucho mas grande que cualquier simple apariencia.

El matrimonio que ante la sociedad perfecto en realidad se la pasaba constantemente peleando por diferencia de ideas, opiniones y creencias.

Mientras Belle siempre apoyaba a sus hijos en cualquier actividad que a ellos les gustara y quisieras hacer, su esposo se la pasaba constantemente juzgándolos, burlándose e incluso se llegaba a enfurecer cuando llegaban a mencionar algo en lo que no estaba de acuerdo.

En cambio, los septillizos del matrimonio, a pesar de ser físicamente identicos, eran totalmente diferentes; con sus rostros angelicales y tan bellos como sus padres o incluso mas, algunos de ellos eran unos niños extraños para su edad.

Mientras otros niños se la pasaban jugando, saltando y riendo todo el dia haciendo amiguitos, ellos casi no salían.

No solían interactuar con otros niños del lugar, eran tímidos, algunos eran fríos y distantes, solo tres niños cabían en el concepto de normalidad.

Mientras unos se mantenían en las sombras evitando cualquier interacción con el exterior, los demás eran extrovertidos de manera increible.

Tenían un encanto que hacia quede estar con ellos todo el día.

A pesar de que no todos los hermanos eran idénticos y tenian la misma personalidad, si habia una cosa que todos compartían: su inteligencia.

Con increíbles notas, promedios y calificaciones, destacaban en casi cualquier cosa que ellos quisieran hacer por su extrema inteligencia y manera de aprender.

Eran increiblemente buenos para cualquier cosa y eso hacia aumentar el interés hacia ellos.

No había cosa que ellos no supieran y mucho menos habia manera de que ellos pudieran fallar en algo, nunca lo habían hecho.

Una de las septillizas superaba la inteligencia de los demás, pudiendo brincarse varios años escolares.

Era considerada una niña bastante consiente de la realidad y mucho madura para su edad.

Razonaba igual que un adulto, despertando el coraje de otra de sus hermanas.

Atraían miradas por lo que eran, simplemente pasando cerca de ellas sentías que algo en ellas no era completamente normal.

Y tenían razón.

Poseían habilidades especiales que ningún otro ser vivo normal poseía, y por supuesto claro, las reprimían bastante.

Su madre estaba enterada de los dones que sus hijos poseían, pero su padre, un testarudos de mente cerrada jamas lo aceptaría, para él era estupideces inventadas por ellos.

El no era alguien que escuchara a los demás, y claro, no era una persona con la que quisieras discutir.

Lo mantenían entre ellos como un secreto destructiva e importante.

Pero un día, algo cambiara.

Todo cambiara.

Pagaran inocentes por pecadores.

Y pues bueno, asi es como se empieza toda esta historia.

Katastropheia. © 💀🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora