Es Sábado y Anna y Jacobo van a hacer las compras, y como Sebastian no quería ir, me pidieron que lo cuide. Un rato después de buscar algo entretenido en la televisión de su cuarto, él quedó dormido y yo aburrida. Bajé un poco el volumen y salgo tratando de no hacer ruido, pero apenas cierro la puerta alguien me asusta con un simple:
- ¡Boo! -Por supuesto, era un descerebrado, y el único que hay en esta casa es Bruno.
Me trago el grito y me vuelvo hacia él con la peor cara posible.
- ¿No entendés que recién Sebastián se duerme?
- La verdad es que no lo sabía -alza los hombros, dándole muy poca importancia.
Decido terminar la conversación ahí mismo, así que voy hacia las escaleras pero él se pone delante mío tratando de no dejarme pasar.
- ¿Podes correrte? -lo miro a los ojos muy seria.
- Me mata que me mires así -sonríe.
- Ojala en serio te matará, así no tendría que soportarte.
Él ríe haciéndose el incrédulo y abre la puerta de su cuarto con el pie.
- Hay que aclarar las cosas.
- No hay nada que aclarar -le digo sarcástica, haciendo comillas con mis dedos en "aclarar".
- Emma... Me encantaría que nos llevemos bien y que volvamos a ser lo que antes eramos. En serio, sería muy lindo...
- ¿Lindo? Yo no soy la que hizo esto en la relación, si es que tenemos una. Me tratas como si fuera una desconocida y duele más de lo que pensas; y si en serio te importaría seguir como años atrás, me hubieras ido a visitar y ¡ahora no estaríamos teniendo una estúpida pelea que fue generada gracias que no te importe!
- Vos también pudiste a ver venido alguna vez.
- ¡Dios! ¿No sabías que no podía? Por lo menos una vez, porque yo no podía pagar el pasaje...
- Era un chiste, ¡qué histérica!
- No es un chiste tratarme así o ignorarme -digo negando con la cabeza.
- Por suerte tengo otros amigos y no me preocupo por uno solo, y tampoco no vivo pensando en lo que pasó -me dijo como si la equivocada fuera yo.
- Vos tenes suerte de que el pasado no te persiga.
Se corrió para dejarme pasar porque vio que estaba a punto de llorar. Nunca voy a entenderlo...
Fui a mi habitación y cerré la puerta de un portazo para después tirarme sobre la cama a llorar. No podía creerlo que me había dicho, fue muy duro conmigo. Fui a lavarme la cara al baño y marque el número de Jean. No respondió, en varios intentos. Minutos después, Bruno tocó la puerta y entró.
- Para que puedas entrar tengo que decirte que pases, ¿todavía no lo sabes? -me incorporo mirándolo de mala gana.
- Ehm, bueno, ¿tengo qué volver a tocar? -dice señalándome la puerta con aire divertido, pero yo le respondo bajando la mirada mientras niego con la cabeza- Quería venir a pedirte perdón.
- Está bien....
- ¿Me perdonas? -se sienta en mi cama sonriendo de lado.
- Sí... Con la condición de que me respetes y dejes que me adapte tranquila.
- Te entiendo. Sé que no soy el mejor en esto, pero voy a intentarlo. Cuando me mude, fue muy difícil empezar en una nueva escuela, porque estaba muy enamorado de vos en ese entonces -se ríe en un suspiro, y yo trago saliva algo nerviosa- Pero, cuando tus padres murieron, la verdad es que no supe qué hacer por vos y preferí olvidarme. Ahora estoy arrepentido -tomo mis manos con las suyas y agacho la mirada, se notaba que lo sentía.
- ¿Un abrazo? -lo miré con esperanzas y él me rodeo con sus enormes brazos. Se sentí bien ver que por lo menos íbamos a intentar progresar.
ESTÁS LEYENDO
¿Y Si Me Amas?
Teen FictionEmma es una chica que está completamente perdida después de la trágica muerte de sus padres. Luego de varios años viviendo con su tía, ella es obligada a mudarse con sus padrinos, quienes tienen un hermoso hijo que la volverá loca, de muchas maneras...