LILI:
-Lili, despierta.-era la voz de Ema- Ya es lunes, tienes que despertarte.
Agarró una almohada y comenzó a golpearme la cara. Gruñí, y me revolví en las sabanas. Ella siguió golpeándome, pero traté de seguir durmiendo.
-Des-pier-ta.
Se subió a la cama y saltó sobre mí. Grité, y la corrí a un lado, fulminándola con la mirada, haciendo que caiga al piso.
-Tu hermana se va de viaje, ¿y así es como la tratas?
-No ves a tu hermana por una semana, ¿y aun así la obligas a ir a la escuela?-dije con voz dramática.
Hizo una mueca, y lanzó mi uniforme a mi cara.
-Vístete.
***
-¡Adiós mamá!-grité.-Adiós, Ema.
El autobús estaba esperándome en la entrada. Subí y el conductor me saludó. Odiaba tomar el autobús, solo los de primer año iban, o algún que otro más grande. Era vergonzoso. Mi casa quedaba a unas cuadras, era viajar en esto, o despertarme más temprano e ir caminando. Preferí lo primero.
-Hola, Blacke. Siéntate conmigo.
Era un chico de segundo año. Lo había visto algunas veces, por su llamativo afro, pero ni siquiera sabía su nombre.
-Y tú… ¿Quién eres?
-Soy Alf.- dijo mientras se corría al asiento de la ventana, y daba pequeños golpecitos en el otro, para que me sentara.
Me quedé parada.
-¿Alf? ¿Cómo la serie?
Rodó los ojos.
-Me llamo Alfredo… Sé que quieres hablar, pero mejor siéntate, preciosa.- me miró de arriba abajo, con sus antejos cuadrados de montura negra.
-Soy mayor que tú.-dije, mirándolo fijo.
Me miró confundido.
-¿Qué no estás en séptimo?
Rodé los ojos, con un gruñido. Me senté detrás de él.
-Tengo dieciséis.-le dije.
-Oh, dieciséis años, y aun viajas en autobús para ir a la escuela.
-¿Tienes algún problema?- lo miré con desprecio.
-Tranquila, tranquila, solo bromeaba.- dijo, levantando las manos a sus costados.-Yo tengo diecisiete.
Lo mire asombrada, levantando las cejas.
-¿Qué no eres de segundo?
-No, soy de cuarto. Mayor que tú.-creí que era de segundo, parecía más pequeño, por la altura. Claro, era más alto que yo, soy demasiado pequeñita. Teníamos algo en común.- Igual, llámame.-dijo, con voz lenta y baja, haciendo con la mano un teléfono falso, y giñando un ojo.
Puse los ojos en blanco, y me cambie de asiento, al de atrás de todo.
Por dios.
***
-Liliana Blacke, tu prueba.-anunció el profesor McCuven.
Me levanté lentamente. La agarré, pero no vi la nota.
-Mírala por mi.- le di la prueba a Emily, y me recosté en el banco.
Espero unos segundos y dijo:
ESTÁS LEYENDO
Amores y castigos
Teen FictionLili y Emily, son adolescentes normales, que gracias a una travesura, quedaran castigadas por el resto del semestre, de una manera que no se imaginaban: consejeras de curso. Aquello implicaba responder cartas de alumnos que necesiten apoyo o consejo...