~*~ estas lagrimas cuentan su propia historia ~*~
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Minho se sentía morir ahí mismo, cuando ve a Taemin bostezar, luchando contra el sueño o en todo caso, resistiéndose a despertar por completo.
- Despierta bonito.
- Mmm...
Aunque fueron sólo sus quejidos los que escuchó, continuó con su tarea de verlo despertar lentamente, como si fuera un pequeño osito de felpa estirándose a sus extensas en toda la cama.
Siente que esa mañana está mucho más bonito, no sabe exactamente porqué, aunque se siente un psicópata por estar ahí pensando eso y sin estar seguro de la razón.
Verlo voltearse boca abajo fue como el detonante para que suspirara como un idiota enamorado, de esos que suspiraban las veinticuatro horas del día y sentían que extrañaban a su media naranja habiéndolo visto hace no más de una hora. Ese extraño sentimiento que le hacía sentir que no podía vivir sin él.
- Mmm...¿qué haces?
- Nada – contestó rápidamente – te traje el desayuno – subió la bandeja para mostrarle el delicioso desayuno que le había pedido, recordando cada cosa deliciosa y nutritiva que necesitaría para ese día – apresúrate, tenemos que ir a hacer las pruebas y todo, tú sabes... - se encogió de hombros como si dar su concierto en el Tokyo Dome fuera cosa cotidiana.
- Si, déjalo ahí. Gracias.
Lo ve levantarse y encaminarse hacia el cuarto de baño sin pudor alguno de mostrarse tal cual vino al mundo. En ese momento lo deseó un poco más, pero se vio empañado por ese extraño carácter que se gastaba esos días, como hastiado y harto de todo.
Hizo caso y dejó la bandeja con el desayuno sobre el velador.
Salió de la habitación y lo primero que vio fue a Kibum besándose arduamente con su novio.
- Par de sinvergüenzas, ¿y si alguien toma una foto? – interrumpe con ganas – hasta se les ve la lengua – hizo una mueca de ascos.
- ¿Cómo, si estamos en el piso 75? – gruñó Jonghyun mientras volvía a comerse a besos a su novio.
- ¡No lo sé! – chilló algo celoso de verlos tan melosos, y eran de las pocas veces en las que Kibum era tan demostrativo – ¿bien podrían saltar de un paracaídas sólo para tener la portada de sus revistas amarillistas?
- Serás idiota.
Kibum se quejó y se acercó a dejarle un beso de buenos días en la mejilla, sólo para molestarle, como hacía cada que le veía algo irritable.
Y su beso con restos de...
- ¡Puaj! – se limpió rápidamente la mejilla con la manga de su suéter – ¡me besaste con la saliva del perro! – dijo asqueado, haciendo que ambos se rieran con ganas, casi burlándose de su cara de asco.
- Fue un besito doble, para que dejes de estar quejándote por falta de cariño.
Y Minho se quedó callado.
Kibum y Jonghyun se miraron preocupados. Era Choi Minho y nunca perdía una batalla contra los dos, sabía que sobraba y bastaba para ponerlos de mal humor, pero ahora lo vieron callarse y era demasiado extraño.
Mientras ellos recibían su pedido de desayuno, Taemin salía de su habitación bostezando y yéndose directo a la habitación de Kibum, donde generalmente desayunaba doble.