Capítulo 2: ¿Amigos o borrachos empredernidos?

46 3 0
                                    

Me pongo una sudadera, unos jeans ajustados, mis pulseras de pinchos, pinto mis uñas de negro, espero a que se sequen y salgo a la calle.

A lo lejos diviso a mi amiga Daura, un bonito nombre por cierto, a Clara y a su novio Delex, con su usual sonrisa de oreja a oreja.

Daura me da un cigarro y lo sujeto entre el dedo índice y el dedo mayor, lo acerco a mi boca y lo enciendo. Una vez encedido, inhalo y automáticamente siento como se calma mi ansiedad y me tranquilizo. Exhalo el humo y sacudo las cenizas.

Vámonos —Digo con cansancio.

Llevamos diez minutos esperándote, mariquita. —Me dice Delex intentando chincharme.

Llegamos a un parque cuyo nombre sé, pero no quiero recordar. Con una cerveza en mi mano y Daura medio borracha saludamos a gente que está allí. A lo lejos oigo un frío ensordecedor:

¡Ay mi niño! —Es lo que escucho. Y enseguida tengo a alguien tirándose encima mío, haciéndome tambalearme. Petra. Me da un abrazo, y bebe de mi botella.

¿Nos vamos al parque y debemos allí? —Dice Dura que ahora está como una cuba.

Aunque nos negaramos ella insistiría, por lo que nos dirigimos hacia allí.

Saco un cigarro y ofrezco, al igual que siempre Clara y su novio dcien que no. Daura coge uno, Petra coge el que tengo en mis manos, lo enciende y da unas caladas.

Lucido de por vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora