Me pongo una sudadera, unos jeans ajustados, mis pulseras de pinchos, pinto mis uñas de negro, espero a que se sequen y salgo a la calle.
A lo lejos diviso a mi amiga Daura, un bonito nombre por cierto, a Clara y a su novio Delex, con su usual sonrisa de oreja a oreja.
Daura me da un cigarro y lo sujeto entre el dedo índice y el dedo mayor, lo acerco a mi boca y lo enciendo. Una vez encedido, inhalo y automáticamente siento como se calma mi ansiedad y me tranquilizo. Exhalo el humo y sacudo las cenizas.
— Vámonos —Digo con cansancio.
— Llevamos diez minutos esperándote, mariquita. —Me dice Delex intentando chincharme.
Llegamos a un parque cuyo nombre sé, pero no quiero recordar. Con una cerveza en mi mano y Daura medio borracha saludamos a gente que está allí. A lo lejos oigo un frío ensordecedor:
— ¡Ay mi niño! —Es lo que escucho. Y enseguida tengo a alguien tirándose encima mío, haciéndome tambalearme. Petra. Me da un abrazo, y bebe de mi botella.
— ¿Nos vamos al parque y debemos allí? —Dice Dura que ahora está como una cuba.
Aunque nos negaramos ella insistiría, por lo que nos dirigimos hacia allí.
Saco un cigarro y ofrezco, al igual que siempre Clara y su novio dcien que no. Daura coge uno, Petra coge el que tengo en mis manos, lo enciende y da unas caladas.
ESTÁS LEYENDO
Lucido de por vida
Fiksi RemajaVida de un adolescente llamado friki por unos, prostituta por otros. Un chico normal por él mismo.