Entrevista [ Bodonín ]

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Cuando el ascensor abrió sus puertas pudo ver a Juan carlos algo despeinado y con su chaqueta corrida y agitado, de seguro bajo la escalera.

- déjame explicarlo, Harry.

« no me digas así. » respondió mentalmente.
El albino ni si quiera se limitó a mirarle a los ojos y paso por un lado, no se merecía ni su mirada.

— Juanín... Por favor. – sujetó la mano de Harry con unas lagrimas saliendo de sus mejillas tapando su ojos con sus flequillo rojo.

– Rapido. No tengo tiempo. – le dio una oportunidad secamente El albino haciendo que el contrario se alegrase un poco.

Juan Carlos suspiro y hablo;

– estaba debastado, ya me conoces, alcohol, apuestas. Ya sabes.– otra sonrisa presumida salio de el.

– no, no lo sé, Juan Carlos.– una mueca de " TE ODIO, PUTA" . ¿Por que no? Lo pillo con una chica cuando "tenían" algo. O bueno, así le gustaba pensarlo a Juanín.

— lo siento ,me desvíe del tema. – su rostro reflejaba una tristeza gigante.

— ¿puedes dejar de pensar en ti? Por solo unos 5 minutos.–

— Lo siento, lo siento.– se arrepintió.– lo que trato de decir, Juanín.– tomo las pálidas manos de este.– no es lo que tú piensas, lo prometo.

Sonaba creíble, sí, pero no del todo. Juanín tenía en corazón roto, más de lo que piensan. No entendía como en tan poco tiempo podía amar a aquel conejo presumido.

Bodoque tomó sus delicadas manos con las uñas mordisqueadas por aquel nerviosismo que invadía a Juanín algunas veces y corrió su flequillo albino, dejando ver sus ojos negros.

– Juanín, me gustas demasiado.

Juanín no discutió solo miro al piso algo inseguro y saco la mano de Juan Carlos de su cara.

– ¿que le digo a Tulio?

– ¿que me dices a mí? ¿Que tiene que ver Tulio en todo esto? .

– tengo que decirle porque no vas a el estudio. - respondió arisco

– oh, eso. Sólo dile que estuve con una depresión severa.

Juanín asintió y camino hacia la salida del recinto.

– ¡Juanín!

Este volteo dudoso y algo nervioso. Bodoque quedó confundido por la actitud de su "algo" y saboreó el momento con chasquidos para mirar el techo y pensar brevemente.

– ¡¿te gusto?! – preguntó el conejo rojo seriamente, gritando a lo lejos.

Juanín hizo como que no oyó nada (aunque su rostro sonrojado lo delataba) y siguió adelante.

Aweonao, aweonao, aweonao. Pensaba Harry en su mente aún rojo.

Estaba tan distraído que chocó con alguien sin darse cuenta y calló al suelo al igual que esa persona.

– d-disculpa. – dijo frotándose la cabeza tal anónimo.

– hmmm... no pasa nada. – rió carismática mente Juanín.

– oh, pero si es Juanín Juan Harry, del Set de 31 minutos.

– eso creo. – respondió algo extrañado el albino.

– oh, permíteme presentarme. Soy Walter.– extendió la mano cordialmente hacía Juanín para saludarlo.

– Juanín.

– Lo sé, bueno, me tengo que ir, fue un gusto y espero verte de nuevo, Albino.

Juanín levantando un poco la mano tímidamente despidiéndose de Walter.

Por unos segundos olvido que hacía allí parado en medio de un edificio y luego vio hacia todos los lados e vio un letrero enorme de Tulio con un anuncio de 31 minutos el noticiero. Su trabajo, primera vez en su vida que lo olvidaba. Salió disparado hacia el estudio hasta llegar a este e encontrarse con Tulio conversando con Mario Hugo.

– pero Juanín, ¿donde estabas? ¿Que te pasó? Cuéntamelo todo. – dijo intrigado Tulio

– tuve un problema con Bodoque.