○●Capítulo Final●○

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-¿Cómo se declara el acusado?

Allí estoy, parado, mirándola firmemente a la juez quién espera mi respuesta; bueno todos los que están en la sala lo esperan. Una palabra nada más ¿cambiará algo? Supongo que sí. O supongo que no.
El juicio había empezado y la mayoría estaban en mi contra. Los familiares de las víctimas que he matado en estos años se encuentran detrás de mi sentados conteniendo las lágrimas, el dolor, algo de odio y rencor también. Y no los juzgo, sinceramente puedo sentir su frustración y enojo.
Afuera hace frío, por la ventana noto como los copos de nieve comienzan a caer. Suspiro y dirijo mi mirada hacia atrás y lo veo.

Le sonrío y él también lo hace.

-Culpable su señoría.
Todos se alborotan y se miran confundidos. La juez grita "orden" mientras golpea con el martillo. Creo que el juicio terminó. Todo terminó, al fin.

Al fin...

[...]


Luego de que el FBI investigara a fondo todo el tema de aquel Mercado Negro me enteré que fue Bambam quién les dio a los policías y detectives información valiosa. Desde quiénes eras los involucrados hasta las victimas que fueron sometidas a trabajar en ese lugar.
Pero como Bambam también participó de algún modo en el negocio fue encarcelado y estará allí por 5 años, 2 si tiene buena conducta.

Por lo que supe; él estará bien, me dijo que cuando salga estudiaría y volvería a ser una persona normal. Ya nada de traficar, ya nada de dolor.
Pero llevará años quizás volver a ver aquella sonrisa traviesa que él siempre llevaba.
Mark volvió a Los Angeles luego de velar a Jackson. Supo que desde que se fue,  sus padres nunca dejaron de buscarlo.
Está en terapia y si todo sale bien en Abril comenzará a cursar en una academia de baile.

Solo espero que aquel pequeño pueda seguir viviendo con la promesa que le hizo a Jackson: Ser feliz cumpliendo su sueño.

De JinYoung no supe nada desde la última vez que lo vi. Me enteré que desde hace ya varios años el FBI lo seguían buscando. Aún lo hacen.
Nadie sabe su verdadera identidad, su pasado. Nada. Desapareció de la faz de la tierra por así decirlo.
Pero me alegro por él. Ahora donde quiera que esté espero que sea feliz.

Junior...Donde quieras que estés...Gracias por todo.

Aquel edificio de ladrillos ha quedado vacío luego del que el FBI terminara con la investigación poniendo bajo arresto a muchas personas involucradas en el Mercado Negro y en el tráfico de drogas.
Y fue en una mañana fría de diciembre en donde fui a juicio y me declaré culpable. Porque vamos, lo era.
Aunque hayan pasado dos años antes de que me diera cuenta que podría ser feliz de otra manera sé que en otras partes del mundo hay todavía más gente que pasa por lo mismo que nosotros pasamos.
Pero el mundo es así, no puedes escapar de la oscuridad pero si enfrentarla.
Creo que la historia está llegando a su fin, creo que ya está todo solucionado. Solo falta decir adiós.
Todavía recuerdo como llegué a aquel edificio de ladrillos, aún recuerdo cuando conocí a Bambam en los baños y cómo aquella vez me había sonreído tan simpático.
Recuerdo como en una primavera conocí a Junior en aquella plaza donde siempre charlábamos. Se había sentado en la misma banca que yo y desde ahí empezamos a ser más cercanos.
Puedo recordar muy bien cómo fue nuestra primera plática.

-Eres un tonto por meterte al Mercado. Pero a la vez eres muy valiente tratando de iluminar algo que está muy oscuro.

Siempre admiraré las sabias palabras que me daba JinYoung.

También recuerdo la primera vez que vi a Mark. Estaba en una de las esquina trabajando. Ése día llovía fuerte y noté como temblaba por el frío.

Me acerqué y le di mi chamarra. Desde aquella noche no volví a dejar que pasara por necesidades.
Pero entonces llegó Jackson, aquel chico rebelde que por más orgulloso que era sé que en el fondo era un chico asustadizo dispuesto a proteger lo que más amaba.
Y lo hizo.
Y como olvidar a mi mejor amigo, a mi hermano del alma. A YuGyeom, a la persona que siempre me hacía reír.
Pero no puedo dejar atrás a aquella persona, aquella en donde siempre andaba con su celular color rosa.
Cómo olvidar a la razón de mi vida y de mi felicidad. A YoungJae.
Todo lo que pasé en esos dos meses, todo lo que pasamos a lo largo de los años desde que cada uno había llegado al Mercado. Todo aquello que supimos cargar y solo porque aún creíamos que en una pequeña parte del mundo había aunque sea un rayo de luz.
Creo que valió la pena haber esperado.
Sé que dos no llegaron a lograrlo. No, no es verdad. Sí lo lograron.
Pudieron ser felices; Jackson y YuGyeom lograron ser felices aunque sea en tan poco tiempo y eso les bastó para darse cuenta que aunque el mundo esté podrido se puede salir adelante y ser feliz.

"Puedes ser feliz siempre y cuando creas que es posible serlo"

[...]


Me condenaron a pasar 25 años en la cárcel del estado por matar a 30 personas durante 2 años.No sé si es justa la condena o qué pero me la merezco y no me quejo de eso.

Hace frío y hoy es 15 de diciembre, a unos días de Navidad. La nieve cae despacio y la ciudad se tornó en un blanco majestuoso.

Las personas caminan como de costumbre, yendo al trabajo o a sus casas para pasar un rato con sus familias.
Taxis que van de un lado a otro aun habiendo nieve en las calles.
Todo muy normal en el mundo.
El guardia me despertó diciendo que tenía visita. Salí de la celda y caminé por el largo pasillo pasando por las demás celdas lleno de prisioneros.
Y fue cuando llegué ahí y lo vi.
Juro que me volví a enamorar como la primera vez.
Estaba del otro lado. Una ventana de vidrio era lo que nos separaba, solo eso.
Me sonrió y yo igual. Agarré el teléfono para hablar con él.

-Hace mucho frío hoy, abrígate bien.

-No me digas que hacer JaeBum. -Río. -Te extraño.

-Lo sé, yo igual y dios, si es una tortura estar en este lugar.

-Pues ya te acostumbrarás.

Hay un silencio en toda la sala. Soy el único prisionero en la sala de visita. Sólo un guardia que vigilaba la puerta y nosotros dos.
Afuera, por la ventana, notaba como la nieva caía despacio.
Lo miré y él suspiró. Le sonrío.
Me mira, lo miro. Llora.
Un nudo en la garganta aparece y trato de no llorar. Rompería aquel vidrio solo para ir y abrazarlo. Lo necesita, y yo lo necesito.
Apoyo mi mano izquierda en el vidrio y él también haciendo que nuestras manos se unan a pesar de aquella "barrera".
Le sonrío y él me sonríe leve.
Es hora de decir adiós...

[...]

-Dime Chico del celular rosa... ¿Te volveré a ver cuando salga?

Me mira y sus ojos se vuelven aguados. Sonríe.

-Tal vez... -Dijo- Sí.

-Fin-


Mercado Negro ⇀2Jae | Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora