¿Por siempre en la friend zone? (Stydia)

Capítulo 17.

Ignoré por completo el mensaje para seguir mirando a Stiles, de hecho, apagué el móvil.

Me senté sobre su regazo y tomé su rostro por ambos lados con mis manos, al instante abrió los ojos, pero no le di tiempo a reaccionar por que borré la distancia entre nosotros y lo besé.

Al principio fue un beso lento, pero luego se tornó bastante peligroso. Y a pesar de eso seguía siendo un beso totalmente puro.

Mientras él sostenía mi cintura yo jalaba un poco su cabello, pero sin hacerle daño alguno. De pronto, se giró para así quedar él encima mio.

Abandonó mis labios para empezar a besar mi cuello, mientras que con una mano acariciaba mi vientre, con la otra tiraba de mi pierna ligeramente hacia arriba, lo que instintivamente provocó que yo enrrollara ambas piernas en su cintura.

Empezó a dejar un camino de besos por mi cuerpo, primero mi cuello, luego fue bajando por mi clavícula, pasó por mi pecho y finalmente por mi vientre.

Con cada beso que me daba sentía que me iba a volver loca, así que volví a tomar su rostro entre mis manos para volverlo a besar.

Cuando sentí que me tomó firmemente de las caderas no pude evitar temblar bajo su tacto. Stiles lo tenía todo para volverme loca.

Pero quería tomar el control de la situación.

Volví a subir encima de el sin dejar de besarlo ni un solo momento. Cuando ya estuve sentada sobre él tomé los bordes de mi blusa y tiré hacía arriba de ella, sacándola totalmente, quedando solo en brasier.

La mandíbula de Stiles se abrió ligeramente mostrando notablemente sorpresa, pero al instante se formó en una sonrisa cuando impacté mis labios a los suyos.

Me apretó de la cintura como si fuese posible estar mas cerca, pero estábamos totalmente pegados el uno con el otro.

Los bellos de mi cuerpo se erizaron cuando fue bajando una de sus manos hasta mis muslos, para empezar a formar círculos en él.

Comencé a hacer lo mismo que él hace un rato, abandoné sus labios para besar y morder su cuello, mientras él seguía jugando con sus manos.

Justo cuando pensé que la situación iría más lejos, un pito de auto fuera de mi casa provocó que nos separaramos al instante.

-Es mi mamá.- dije asustada. Él lo entendió a la perfección y tomó mi blusa para ayudar a ponermela.

-¿Que hago?- preguntó algo nervioso. Pensé en la posibilidad de presentárselo a mamá, pero eso sería muy pronto.

Le iba a decir que bajara por la ventana cuando escuché a mamá subiendo por las escaleras mientras me llamaba.

-Rápido, rápido.- dije indicándole que se metiera bajo la cama.

Él rodó los ojos y dijo, -,Debe ser una broma.- pero al ver mi seriedad, me obedeció.

Me tiré sobre mi cama, no sin antes darle un corto beso en los labios.

-Hey Lyd...¿Por qué está tan desordenada tu cama?.- mi mamá sabía lo ordenada que era, y pocas veces dejaba mi apreciada cama así.
Pensé en algo rápido y dije, -Yo iba a salir, y mientras buscaba mi ropa la desordene, justo la iba a arreglar.

Ella lo pensó un segundo y luego respondió con una sonrisa, -Esta bien cariño, la cena estará lista pronto, no te demores.

Solo asentí y se fue de mi habitación.

Me acerqué a la puerta para confirmar que se había ido y la cerré con seguro. Me apoye contra la puerta y suspire.

-Ahora sí, puedes salir.- dije al fin.

Stiles salió de debajo de la cama y se acercó a mi.

-En hora buena.- dijo tomando mi mano.

Era increíble que Stilinski pudiese hacerme temblar con solo un agarre de manos.

Le sonreí tiernamente antes de besar una última vez sus labios.

-Tengo que ducharme, -dije haciendo un puchero, -, y tú debes irte.

Me sonrió maliciosamente antes de susurrar un -Puedo hacerte compañía.-

Yo solté una carcajada y al instante me tapé la boca con mis manos. No quería que mi madre pensara que podía estar loca.

-Me encantaría pero, lo último que haríamos sería ducharnos.

Él hizo un puchero y puso aquellos ojitos de borrego que tanto me hacían suspirar, yo solo rodé los ojos y lo llevé a la ventana.

-Adiós Lyds, -dijo antes de bajar por la ventana, -,¿Nos vemos mañana?.

-Stiles, estamos suspendidos.- dije rodando los ojos.

Él enarcó una ceja y dijo:

-Nadie tiene porque saberlo.

Reí ante su comentario y le dí un ultimo beso antes de que bajara.

Haber que día me espera mañana.