Cuatro años después.

Lauren caminaba hacía la escuela como todas las mañanas. Miraba las casas vecinas a medida que se acercaba al colegio. Se detuvo afuera de la casa de su amiga. Era una casa bonita, era algo más pequeña que la suya, pero era acogedora en el interior. Le daba esa sensación de calor, de familia; que su casa no tenía. Se acercó al porche con cuidado de no pisar las flores y tocó a la puerta. La menor de los Cabello la abrió.

—Hola Lo. —La pequeña dejó entrar a la amiga de su hermana. Al mismo tiempo, Camila bajaba de las escaleras con su mochila al hombro.

—Primer día, Camz. —Lauren le dijo a su amiga, mientras esta la saludaba con un beso en la mejilla, como siempre.

—Primer día. —Repitió Camila, algo emocionada. No era que llegara alguien nuevo, pero la emocionaba iniciar otro año con nuevas experiencias. Se despidieron de Sinu y de la pequeña Sofi, y se fueron.

Hubo silencio por el principio del camino, pero un rato después, Camila habló.

—Otro año, eh. —Le sonrió. —Recuerdo cuando llegaste. Estabas tan nerviosa. —La morena rió recordando los primeros meses de su amiga en la escuela. Desde que había llegado, Camila sabía que Lauren y ella se harían amigas pronto. Desde entonces, habían sido casi inseparables. Camila atesoraba cada momento que había sido importante para su amistad. Tenían muchos, pero los más importantes habían sido cuatro.

El primero, cuando Lauren la llamó mejor amiga por primera vez.

Tal vez esto no suene como mucho, pero a la ojiverde le costó muchísimo tiempo atreverse a llamar a Camila de esa forma. Fue a fines del primer año de Lauren en la escuela. Ellas estaban en la casa de la morena, sólo ellas dos, ya que Dinah estaba enferma, y Normani y Ally tenían cosas que hacer.

Ellas hablaban sobre el colegio anterior de Lauren. Hace meses, ella le había contado la verdad sobre su escuela –omitiendo la parte sobre su supuesta "confusión sexual"–, y desde ese día, se volvieron más cercanas.

—No había tenido amigas hasta entonces... —La pequeña Lauren contaba, tal vez algo emocionada.

¿Alguna vez han estado en la situación de considerar a alguien como tu mejor amigo o amiga, pero temer a que esa persona no te considere de la misma manera? Ya saben, porque tal vez ya tenga otra mejor amiga.

Pues, Lauren se sentía de esa forma.

—Y yo no había conocido a alguien con ojos tan lindos antes, Lau. —La morena rió. Desde que se habían ido conociendo, Camila bromeaba sobre los ojos de Lauren, tonteando con apodos como "ojitos".

Lauren sonrió, y Camila también. Al ver la sonrisa de la morena, se le olvidó todo. No le interesó que ella tal vez no la consideraría así, sólo se le soltó.

—Tengo a la mejor amiga del mundo. —Lauren sonrió, un segundo después impresionándose de que lo había dicho sin preocuparse.

—No. No la tienes. —Camila negó pareciendo seria, y Lauren no entendía. —No la tienes, porque yo la tengo. —Dijo sonriendo y rodeando el cuello de su amiga con sus brazos. Lauren la abrazó de vuelta. Y ahí empezó todo.

Lo que resultaba gracioso, era que Camila también quería empezar a llamarla así, y también tenía algo de miedo. Si, por si se confundieron o se les olvidó, estamos hablando de "amistad", nada más. Cualquier parecido con otro sentimiento es pura coincidencia.

El segundo momento. Cuando Lauren le contó sobre su situación familiar.

Tenían doce y trece años. Estaban en el segundo año de que Lauren había llegado. La ojiverde le había prácticamente rogado a su amiga por teléfono para que la dejara quedarse a dormir. Al llegar a la casa de Camila, tenía los ojos rojos de tanto llorar. La menor estaba muy preocupada por el estado de su amiga. Después de insistirle muchísimo rato, y prometerle que nunca le contaría a nadie, Lauren accedió a contarle.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2017 ⏰

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