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Rayita bailaba sensualmente con Jackson en el centro de la "pista".

Aunque, en realidad, solo era el maldito living de la casa. Pero como siempre, Rayita hacía que las cosas suenen más cools.

"La pista de baile".

Te hace creer que hay cuadraditos de colores que brillan en el suelo como en las películas de los ochenta, pero no, es una estafa.

Hace un año atrás, mi querida amiga se quedaba plantada en el sofá apenas llegaba a las fiestas, y yo... bueno, yo bailaba como una foca drogada.

En fin, ahora todo había cambiado.

Rayita era la que bailaba descontroladamente, y yo, la que comía descontroladamente las papitas Lays que todos ignoraban al estar ocupados por sus calientes hormonas.

¿Como ocurrió este drástico cambio en el que pasé de ser la reina de las fiestas a una muerta de hambre?

Uno, siempre fui muerta de hambre.

Dos, salí con un chico.

Tres, se fue del país.

Si, ya pueden imaginarse lo traumatizado que terminó el chico que hasta se largó del país.

La verdad es que se mudó porque sus padres consiguieron un trabajo en otro lugar y bueno, adiosito novia, nueva escuela, nuevas hembras...

Aunque prefería eso a que mantener una relación a distancia y andar pendiente por lo que hacía todo el tiempo.

Lo bueno de todo es que ahora tenía un pote lleno de papas para mi sola.

Siempre debes buscar el lado positivo, por más que... a la mierda, estoy más sola que mi mamá.

Esperen, hasta mi mamá tiene esposo, maldito papá.

Alguien tomó una papa de "mi" pote. Si, ya me adueñé de él.

Miré al valiente que se había atrevido a tocar mis provisiones para toda la fiesta.

Por suerte, no era Chubaca, porque si era él iba a partirle los dientes. Levanté la mirada, a espera de que sea un dios griego dispuesto a violarme a cambio de una papa frita. Pero la vida es cruel, y me encontré con Stacey.

¿Tiene manos de hombre o qué?

-Hola -la saludé tratando de sonreír, pero terminé haciendo una mueca.

-Hola, que extraño que hayas venido -dijo llevándose mi papa a su boca -. Digo, ya que la última vez que viniste salías con Zack, y terminaste vomitando en mi baño.

-Si, lindos recuerdos, espero que hayas disfrutado limpiándolo.

-Oh no, para eso está la mucama -se encogió de hombros restándole importancia.

-Y dime... ¿Utilizas esas manos de hombre para algo? ¿o solo para escribir idioteces en Twitter?

-¿Manos de hombre? Querida, deberías mirarte al espejo.

-Lo hice antes de venir, y la verdad, soy un asco, pero esas manos no te las robo por nada del mundo -sonreí victoriosa, a los que Stacey soltó una carcajada.

-¿Crees que puedes dejarme callada? Deberías aprender de Rayita, que no se mete conmigo porque sabe que no soy la indicada para discutir.

-En realidad ella te deja en ridículo todos los días.

-Bueno... umh, eso... -miró a su alrededor -. ¡Oh! Debo irme, ese chico está haciendo pipí en el jarrón de mi mamá, adiós.

Se levantó y desapareció de mi vista en menos de dos segundos. Maldita desgraciada, jamás iba a admitir que tenía razón. Pero esto no iba a quedarse así, de ninguna manera. Salté del asiento y me metí entre la gente, en busca de la rubia. Rayita me tomó del brazo y tiró de mi, lo hizo tan bruscamente que terminamos chocando las frentes.

-¡Auch! ¡estúpida, mi frente, idiota! -me quejé.

La castaña carcajeó y apoyó sus brazos en mis hombros.

-Le pedí a Stacey que ponga nuestra canción, ahora mismo fue a buscarla en su computadora -comentó sin borrar la risa de embobada de su cara, claramente, estaba borracha. Se podía ver, y se podía oler. Tenía un aliento a alcohol tan fuerte que por poco me voltea.

-¿Que? ¿Que canción? -pregunté confundida.

Por lo que yo recordaba, no teníamos una canción en especial.

De pronto todo quedó en silencio y la canción de Dora la exploradora comenzó a sonar.

Esto tenía que ser una broma.

-¡Dora, Dora, Dora la exploradoraaa! -cantó la maldita Raya bailando -. ¡Esta canción va dedicada para mi mejor amiga, Dora! -gritó señalándome.

Varias personas se voltearon a verme soltando algunas risas. Segundos después, toda la atención estaba centrada en mi. Chicas y chicos carcajeaban sin quitarme los ojos de encima. Algunos estaban confundidos, ya que no tenían idea de que mi primer nombre era Dora.

Con toda mi furia, le quité el vaso de alcohol a un chico que pasaba por ahí y me volteé hacia Rayita, le lancé todo el contenido en la cara, consiguiendo que más gente nos mire.

-¡PERRA! -chilló Rayita secándose con la camiseta de un chico que estaba distraído.

-¡Tú eres la perra! ¡Sabías que no quería que nadie lo sepa! -respondí.

-¡¿Que demonios te pasa?! ¿Ahora eres la aguafiestas? -alzó la voz. La canción dejó de sonar y toda la sala estaba en silencio -. Oh espera, ya recordé. ¡Estás deprimida porque el único chico que se atrevió a salir contigo y aguantar tus idioteces se fue! ¿y sabes porque? ¡porque no te sorportaba más! ¡él mismo me lo dijo!

Sin pensarlo dos veces, le propiné una cachetada que no se olvidaría por un buen rato y me largué de allí, completamente humillada por la que se hacia llamar mi mejor amiga.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2017 ⏰

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La Mejor Amiga de RayitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora