Dos.
Aquella noche Harry no pudo dormir, su madre había venido a su habitación horas antes para tener una "conversación de chicas", ignorando olímpicamente que tenía un hijo, Harry escucho atentamente el relato de la joven madre ignorando el hecho de que era una conversación algo inapropiada para hablar con tu hijo pero sin embargo hizo silencio, tal parecía que su madre había caído por los hechizantes encantos del señor Tomlinson, no la culpaba, él había caído por el hijo.
Había caído bochornosamente por el hijo, aquellos ojos azules aún estaban presentes en su mente y no podía pasar por alto su pequeña apuesta con el chico, había dejado que el chico de ojos azules certificara que llevaba bragas bajo el vestido y luego había celebrado mentalmente cuando perdió, tendría una cita con aquel hermoso chico, él se lo había pedido, él lo había cortejado.
–Tenemos una cita, princesa. –Había susurrado el chico contra su oído, ambos estaban demasiado cerca del otro, el pequeño chico de ojos verdes parecía derretirse ante el tacto del contrario, ambos estaban simplemente pensando en el otro, tal vez de diferentes maneras pero era así.
Rodé sobre la cama con las mejillas encendidas y hundí mi rostro contra la almohada de color rosa pastel, por primera vez no estaba pensando en lo horrible que era mi habitación o en lo horrible que se sentían las bragas al rozar demasiado, sólo pensaba en la cita y en las horas que faltaban para ver a aquél chico, no sabía su nombre pero sin embargo cuando pensaba en el chico, pensaba en un amigo de años, en una relación de años.
El señor Tomlinson volvió al día siguiente pero sin rastro de su hijo, me sentí avergonzado porque me había preparado con muchas horas de anticipación e incluso me había asegurado de verme bonito para él, quería que él pensara que era bonito, subí de regreso a la habitación, mamá menciono que estaría con el señor Tomlinson en su habitación y no pregunte más, simplemente desaparecí de su vista.
–Genial, Harry. –Murmure por lo bajo quitando el ridículo lazo de mi cabello, solté los rulos de mi cabello y empecé a quitar el molesto vestido, mamá tardaría un par de horas y dudaba que viniera a asegurarse que fuera una señorita educada, deslice todo lo rosa y bonito fuera de mi cuerpo quedándome casi desnudo.
–Cuando dije una cita no pensaba en una de esa clase, Harry. –Rápidamente me agache tomando el vestido del suelo tratando de tapar un poco mi descubierto cuerpo, mantuve la mirada sobre él y me pregunte cuándo había subido a mi ventana y cómo no lo había notado.– No lo sé, planeaba ir a caminar pero si deseas esa clase de cita...
Mierda y más mierda.
– ¡No digas más! –Lo señale con mi dedo índice caminando de espaldas hacia el baño de la habitación, no podía darme el lujo de darle la espalda a él.– Ju-juro que no tardaré nada, espera aquí, por favor.
Rápidamente cerré la puerta del baño tras de mí, necesitaba un plan ahora mismo, miré las repisas del baño, detrás de todos aquellos productos de chicas había escondido una bolsa, una bolsa con ropa normal, me subí a la tapa del retrete moviendo todos los artículos hacia un lado antes de festejar mentalmente que la bolsa siguiera ahí, él había mencionado que saldríamos a caminar y realmente odiaría hacerlo sentir avergonzado de salir con un anormal como yo, no quería que tuviera vergüenza de salir conmigo.
– Oye, ¿estás cosas ajustadas son tuyas?
Abrí los ojos como platos al escuchar aquello, le rogué a Dios y todos los santos que conocía que no fuera lo que creía, apresure mis manos tratando de deslizar los ajustados pantalones por mis piernas, celebre la victoria frente al espejo mientras acomodaba un poco los desordenados rulos sobre mi cabeza, me veía como un chico, no podía creer lo que usaba en este momento. Habían pasado meses desde que había usado pantalones, o unos zapatos normales, me sentía tan cómodamente ordinario a los demás chicos.
Extrañaba esto.
–Oh mi Dios, suelta esa cosa. –Fue lo primero que dije cuando encontré al chico revisando el cajón de ropa interior, mamá se había asegurado que mi cajón fuera el cajón de una prostituta, ¿Quién demonios compraba esas cosas? Oh sí, mi madre, mi loca madre.
Le quite aquella cosa de las manos y la tiré de vuelta al cajón, el chico parecía aún no notar que llevaba ropa similar a la suya y que por primera vez no parecía un maldito anormal, sin embargo cuando él me miró, me sentí avergonzado de nuevo.
– ¿Qué pasó con tu ropa?
No esperaba ese tipo de reacción exactamente.
–Y-yo... Creí que íbamos a salir a caminar y, y no quería parecer un anormal, ya sabes. –Murmure apretujando mis dedos, el chico me observo por lo que fue demasiado tiempo antes de abrazarme, fruncí el ceño ante aquella muestra de afecto hacia mí.
–No tienes que cambiar por mí, Harry.

ESTÁS LEYENDO
Little girl. {l.s}
Fiksi Penggemar"La infancia de Harry Styles había sido difícil para no decir horrible, a sus diez años había sido golpeado incontables veces por su madre, madre que lo odiaba por haber sido un niño, madre que lo obligaba a comportarse y vestirse como una niña, mad...