Uno.

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Mamá se aseguró de poner el lazo en mi cabeza lo suficientemente fuerte para que no se saliera por el resto de la noche, como dijo ella, pero la verdad es que tenía miedo que me lo quitara frente a sus visitas, cuando la puerta se abrió y un chico de ojos azules entro acompañado de otro visitante quise morirme ahí mismo, aquel chico era hermoso y dudaba aún de su propósito en este lugar, ¿Desde cuándo mamá conocía lindos chicos?

–Oh, bienvenidos.

Mamá corrió hacia ambos dándoles un abrazo delicado, ninguna de las visitas había tirado la mirada hacia mí, lo cual me salvaba de la vergüenza por un par de segundos, lleve mis dedos hacia el final del vestido arrugando un poco la tela entre ellos, sentía mis piernas temblar y mis mejillas ponerse de un color rojo terriblemente llamativo.

Fue ahí cuando el chico de los ojos azules volteo hacia mí, mierda y más mierda.

–Ella es mi hija.

El chico de ojos azules tragó saliva algo fuerte haciendo que lo escuchara desde mi lugar y aparto la mirada hacia otro lado, sentí un pequeño nudo en mi estómago ante eso, el otro señor visitante sólo me dio una sonrisa amigable y se acercó dando un sonoro beso en mis mejillas, a plena vista se podía notar el parecido con el chico de ojos azules, debían ser padre e hijo.

– ¿Por qué no van los niños a conocerse un rato? El señor Tomlinson y yo estaremos preparando la cena, princesa. –Mamá me miro con esa mirada, sabía perfectamente que sólo debía perderme de su vista.

– Yo, creo que podría esperar aquí abajo. –Menciono el chico de ojos azules metiendo sus manos en los bolsillos de sus ajustados pantalones, ¿Qué demonios hago viendo hacía sus pantalones? Relamí mis labios rápidamente, mamá me dio una mirada rápida y entendí que ella quería estar a solas con el padre del chico.

– Sé que no soy la mejor compañía pero podría mostrarte algo en mi habitación, vamos. –Me acerque hacia el chico y con la vergüenza siendo palpable, tome su mano entre las mías tirando de su cuerpo antes de poder recibir una respuesta de su parte, su padre no pareció enojarse en absoluto y se perdió con mi madre en uno de los cuartos.

Sentía sus pisadas detrás de las mías, estaba demasiado cerca, abrí la puerta de mi habitación dándole la vista en primera fila de mi estúpida habitación, perfecto, el chico iba a creer que soy algún tipo de enfermo que adora vestirse como niña, fingir que es una niña, dormir en una habitación de niña. Todo me hacía sentir más avergonzado.

–No hace falta que digas nada, de verdad. –Me apresure a decir cuando el chico me miró, sabía que estaba buscando las palabras justas para no lastimarme o tal vez sí quería hacerlo, tal vez él sería como los demás.

–No, no, está bien. –El siguió observando mi habitación, mirando cada pequeño detalle de ella, llevo su labio inferior a sus dientes evitando soltar una sonrisa, ¿Qué?

– ¿Qué da tanta risa?

–No, nada, sólo que no deberías dejar eso a la vista. –Con su dedo índice señalo un par de bragas negras que se encontraban libremente colocadas sobre el tocador, rápidamente solté un sonidito algo extraño para mí y corrí hacia ellas escondiéndolas detrás de mi espalda.

– ¡Juro que no son mías! –Repetí con las mejillas coloradas, el chico comenzó a reírse colocando su mano sobre su pecho un par de veces.– ¡No te rías!

–Ya... –Estruje las bragas entre mis dedos mientras veía al mayor acercarse con una sonrisa de lado, eso no podría ser bueno.– ¿Estás seguro que esas bragas no son tuyas, princesa?

Trague saliva algo fuerte.

– N-no.

–Muy bien, hagamos una apuesta, debes saber que adoro apostar con lindos chicos como tú. –Llevo sus dedos hacia mis mejillas y dibujo suaves círculos en ellas, dudaba que pudiera estar más rojo en mi vida, su aliento chocaba contra mi oído peligrosamente y mi corazón latía demasiado fuerte, estaba siendo demasiado ruidoso y tenía miedo que él supiera lo que causa en mí.– Si tienes unas bragas debajo de éste lindo vestido.. Mm, tendrás una cita conmigo, ¿vale?

Louis Tomlinson sabía ser original, eso debía reconocer la vida, pero no se podía decir que fuera el chico de los sueños de todas, era más complicado que una simple historia cliché.


Little girl.  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora