AL ACECHO

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Enrico Bertani miraba las fotografías extendidas sobre su escritorio.

Aquello era una especie de collage, diferentes colores, fondos, paisajes y sin embargo, en todas aparecían ellos.

- Son el resultado de las vigilancias de los últimos tres meses. - se apresuro a decir su secretaria.

- Bastante interesante - dijo con una sonrisa maliciosa mientras tomaba asiento frente a su enorme escritorio de madera fina. - Barbara a cuidado muy bien de no mencionarlo en las reuniones.... por cierto... ¿sigue sin cancelarse la del siguiente mes?

- Si, señor. Sigue en pie la reunión de la disquera. Y bueno, tal vez ella no sepa lo de los jovenes. Los encuentros se han dado en lugares un poco alejados de la ciudad y siempre con muy pocas personas. Han cuidado mucho de no llamar la atención. Es probable que ni siquiera sus familias lo sepan.

- Tal vez. Aunque es algo raro. Después de tres meses ya debería saberse algo de esto en los medios. - Enrico acaricio la barba de candado espesa que se anidaba al rededor de su boca. A ojos de su secretaria, era alto, de tez bronceada y con una presencia tan imponente que a mas de uno intimidaba.  Era el director del equipo de marketing de la disquera y el principal enemigo en ese momento de Barbara y el trio Il Volo. Habia prometido mantenerse al margen siempre y cuando las ganancias siguieran estables, pero una cosa era lo que había dicho en aquella reunión y otra muy diferente lo que había estado haciendo. Apenas habia llegado a su oficina había ordenado montar guardia a los jóvenes. - ¿Algun soborno a los medios? 

- Lo ignoro señor.

- ¿Y quienes son ellas? ¿De donde salieron? ¿Como se conocieron? ¿Son caza famas? ¿Tienen historial de algún tipo?

- Tampoco lo sabemos señor. Solo los hemos visto muy juntos y al parecer mantienen ya una relación estable. Ellos no salen con nadie mas y sus tiempos se dividen entre el trabajo, sus familias y ellas. No las hemos investigado porque las ordenes eran enfocarnos a ellos.

- Entonces averigüen quienes son. De donde salieron y a que se dedican. Quiero saberlo todo de ellas...

- ¿Todo?

- ¡Todo!. - y el tono fue sumamente molesto.

- Trabajamos en eso. - y la mujer se retiro mientras anotaba en su pequeña libreta de apuntes todas las indicaciones de su jefe.

Enrico tomo una foto de cada montón. En una se veían a Ignacio y a Gwendolyne. En otra a Piero y Marcella. Y al final a Gianluca y Nataly.
Diferentes lugares, diferentes horas, diferentes actividades.
Frunció el ceño y apretó los labios.
Esperaría los reportes de su gente.

***

Barbara se acomodaba la pañoleta al rededor del cuello con tanto fervor que cuando logro colocarla de forma perfecta tuvo que tomar un respiro, pues se había quedado exhausta por el esfuerzo.

Odiaba las reuniones de la disquera, odiaba tener que tratar con personas cerradas, odiaba a Enrico Bertani.
Para él, lo más importante era el dinero, la fama, la rentabilidad, el negocio. En vano había intentado ella exponerse el ideal del arte, de la trascendencia, la sensibilidad musical. Era un primate.

Como cada a mes, siempre y cuando no estuviera de gira, tenía que reunirse con el equipo general y rendir cuentas. Pero desde hacía cuatro meses, eran insoportables.


La sala de juntas resultaba elegante y simple a la vez; desde que la reunión había iniciado, ella fingía estar atenta a lo que el director general decía, hablaba no sólo de sus muchachos, si no de todos los artistas que la disquera tenía aun en su tutela, o eso alcanzo a escuchar; lo cierto es que Enrico no había dejado de observarla desde que había llegado, incluso había sonreído de esa forma única y maliciosa que el tiene, y ella.... bueno, se había puesto nerviosa y no había prestado atención a casi nada.

Por fin, llego el turno a ella de hablar.

- La actividad que se ha llevado a cabo desde inicios de año es totalmente local, se está trabajando en un nuevo material discográfico para ser lanzado a mediados del año que viene y....
- No nos interesan los planes a futuro Barbara - le interrumpió Enrico - háblanos sobre lo que Il VOLO esta haciendo ahora.
- Bueno, Enrico - ella intentaba mantenerse en la diplomacia - Si me dejas terminar podrás darte cuenta de que se trabaja para ver resultados a largo plazo.
- A largo plazo.... mmmm.... - todos los demás miraban a Enrico. - ¿Es decir que la rentabilidad será vista a largo plazo también?
- Por supuesto. Y eso debes saberlo mejor que nadie. - Barbara seguía firme frente a todos y con la voz cortante.
- En ese caso hay un problema que debe atenderse. No podemos sentarnos a esperar que en dos o tres años veamos el resultado de nuestra inversión de hoy.
- Acordamos que mientras se conservarán el minimo de ganancias para la disquera no meterías tus narices en mi terreno - Barbara explotó. Levanto la voz y golpeó la mesa.

- Y no lo he hecho. ¿O si? - Sonrió tan ampliamente como si se estuviese declarado triunfador de una guerra aun en proceso. - Lo único que pretendí con mi comentario era aclarar las dudas que estoy seguro, todos tienen. 

Barbara miro a los asistentes, y supo que aquella contienda Enrico la había ganado.

Unas horas después, cuando la reunión había finalizado y ella tomaba su bolso con furia y decidida a marcharse, la figura imponente de él, le obstruyo el paso.

- Sal de mi camino Enrico.
- Tus modales Barbara...tus modales...
- ¡Que te apartes! - levanto el brazo para intentar empujarlo y salir de ahí. Pero él, más fuerte y hábil, la tomo por la muñeca y mantuvo su brazo arriba - ¡Sueltame!
- Deberías tenerle más respeto a quien va a salvar de la ruina a tus niños.
- ¡Sueltame Enrico! - Barbara miraba a todos lados, pero no había nadie salvo la inseparable secretaria de aquel hombre.
- Escucha bien Barbara. - le hablo pausadamente y casi en secreto mientras le bajaba el brazo bruscamente, al punto de hacerla perder  el equilibrio - Quiero que vigiles bien a esos muchachos, no quiero que cometan una torpesa que le cueste a la disquera.
- ¿A que te refieres?
- Si van a dar de que hablar, será bajo mi supervisión y un plan premeditado de publicidad y mercadotecnia. No admitiré nada fuera de eso. ¿Entendido? Voy a vigilarlos... y eso te incluye. Todo cuanto hagan a partir de ahora pasara por mi. 

Barbara perdió el equilibrio apenas él le había soltado. Enrico se acomodo la corbata y se alejo a pasos lentos seguido de su secretaria, dejándola a ella extrañada e incomoda, confundida y enojada. 

Un momento después del shock, marco apresuradamente un numero en su teléfono.
- Reúne a los chicos. Los quiero en mi oficina ahora. ¡¡Dije ahora!!

***

Por la tarde, cuando Enrico  llego a su oficina nuevamente, sobre su escritorio se hallaban tres sobres amarillos, cerrados perfectamente y sin una sola arruga.
Abrió el primero y miro su contenido.
Abrió el segundo.
Y finalmente abrió el tercero.

Arrojo sobre el escritorio aquellos documentos y su vista se posó en el pizarrón de corcho en donde había pegado las fotos de Barbara, Ignazio, Piero, Gianluca y de aquellas tres chicas.

Cuando la joven secretaria entro unos minutos después con la botella de vino y una copa, encontró a su jefe mirando aquellas fotos todavía. 

No le dirigió ni una palabra, ni ella a él. Conocía su trabajo, sabía que hacer en casos así. Su jefe, estaba furioso.

Al inclinarse sobre el escritorio para dejar la bandeja con el licor, vio los sobres abiertos y sobre de ellos, los informes de los investigadores.
Ahora todo estaba claro. Sabia que era lo que había puesto de mal humor a su jefe.
Lo entendió de inmediato.

Los informes no contenían nada. Estaban vacíos.  

Las hojas estaban en blanco en cada uno de los tres casos, salvo por una leyenda corta de letras que decía "Información no encontrada. Persona inexistente".

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6TA. ENTREGA DE ESTA HISTORIA.

MIL GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO, ESPERO TERMINEMOS JUNTAS ESTA AVENTURA.

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RESPONDO CADA UNO DE ELLOS Y LOS MD.

NOS LEEMOS PRONTO.
WRITERROSSES ♡

IL VOLO: PARTIDAS SIMULTÁNEASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora