-Les voy a pedir que salgan del salón en dos filas, una de hombres y otra de mujeres, no quiero que alguien articule o pregunte algo, y tampoco quiero ver que tomen un comportamiento inadecuado, o ya verán- amenazó el moreno con uniforme, que a juzgar por el color era un militar.
Al cabo de unos minutos ya todos estaban formados en el pasillo de la facultad donde estudiaban, Dorian pensó que todo era un protocolo para evitar algún tipo de accidente mientras ellos estuvieran en el centro de la ciudad, hasta que el hombre moreno aclaró las dudas que todos en sus cabezas seguían dando vueltas.
-La razón por la cual estamos acá es porque tenemos órdenes por parte del gobierno de tomar la universidad- Hizo una pausa ante las caras de incrédulos que tenían los demás chicos-No queremos tener que usar la violencia, pero tenemos permitido hacer lo que sea con ustedes- dijo finalizando en un tono malicioso.
Después de haber dicho todo esto, los nervios que todos los jóvenes sentían se convirtieron en rabia, ya que siempre esos subordinados se salían con la suya. Todos se miraron a los rostros y sus ojos solo podían plasmar una sola frase... ''Ya no más''. Al fondo se empezaron a escuchar disparos como los de hace un rato, lo cual rompió el silencio que cubría todo el pasillo.
-Sargento Cortez- Apenas se escuchaban la voz de otro militar por medio del comunicador-Los estudiantes se han concentrado, no sé cómo lo lograron, pero han conseguido desarmar a varios de nosotros y pretenden atacar- Finalizó este en un tono muy apresurado.
-¡Ataquen! Sin pensarlo, solo háganlo- Dijo sin rechistar, mientras que los alumnos de química se veían los unos a los otros con complicidad.
El sargento sintió un vuelco en su estómago por tan violenta orden, pero no le quedaba de otra. Todos estos pensamientos se vieron nublados cuando recibió un golpe en su nuca, que lo dejó inconsciente.
Dorian al ver todo esto quedó impactado por la habilidad de sus compañeros para desarmar, pero la felicidad no dura para siempre, ya que un grupo de soldados designados para revisar cada rincón de la universidad estaba llegando, los demás chicos se fueron dispuestos a luchar, unos pocos con armas, y otros tenían en sus manos objetos que habían encontrado para improvisar. Dorian apenas y podía digerir la situación, no se sentía capaz, hasta que al escuchar las primeras detonaciones de sus compañeros contra el cuerpo militar lo hicieron escapar. Sus piernas temblaban pero eso no impedía que corrieran con gran habilidad, su delgada figura se movía entre los pasillos sin pensar mucho lo que hacía, llegó hasta un arco que comunicaba con el jardín central, al llegar allá sintió como algo dentro de Él explotaba. Cuerpos inertes, restos de balas. Tanto maestros como estudiantes luchaban para defender los derechos que desde hace mucho estaban por el suelo.
El castaño intentó reprimir un grito de horror ante aquella escena, pero no se percató que ante su asombro había quedado a la vista de los militares, así que uno de ellos se le acercó pidiéndole que lo siguiera, Dorian no pensó dos veces antes de intentar esquivarlo para seguir corriendo hasta una salida que él conocía. Al llegar vio como varios militares rodeaban el lugar y sin más corrió con todas sus fuerzas hasta llegar a la facultad de ingeniería, al llegar logró esconderse en uno de los casilleros que encontró y solo se dispuso a escuchar.
-El chico debe estar escondido por acá- Dijo uno de los uniformados.
-Debe estar en un casillero, no seas idiota- le contestó el otro.
-¿Cómo, no ves que tienen candados?- Respondió.
-Aquel de allá no- Dijo el otro militar con superioridad mientras señalaba el casillero donde estaba escondido Dorian.
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El Miedo no es una Opción.
Action''LA VALENTÍA MUCHAS VECES SE TIÑE DE ROJO. '' El país cada día se fue deteriorando, el respeto ya no existía, y los valores se habían esfumado. Dorian comprendía todo esto, pero nunca lo había vivido en carne propia, tuvo que dejar sus inseguridade...