Mi compañía

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Desperté mucho mejor, me había dado cuenta que la mejor cura al estrés es la reflexión. Mientras, me levantaba escuché el grito agudo de Maggie

-A comer mi amor, Arriba!- con la simpatía que la caracteriza.
-Ya voy, espero que me hayas preparado lo que tanto deseo- Dije tratando de demostrarle que estaba mucho mejor.

Cuando fui al comedor, vi a Maggie sentada en su silla especial, la que le había comprado con el dinero que mis padres me dieron por la graduación, esperándome para empezar a desayunar el té de todos los días con las medialuna que siempre hace para mi. No podía tener una mejor compañía que alguien más que ella. Demostraba que quería alegrarme, y eso no lo lograba disimular.

-¿Por qué no has ido a un taller de teatro? Porque por lo que veo, actuar no es uno de tus fuertes- Dije.
-Y tú por qué no fuiste a visitar al doctor, porque de la cabeza estás mal.- Dijo ella.

La miré y ella tenía una sonrisa de oreja a oreja, esas de las que penetra por dentro de la mente y te descoloca.

-Porque prefiero estar con la mujer que amo.- Le dije.

Maggie vino y la abrazé tan fuerte que sus órganos parecían querer salir volando. Ese momento, único e inolvidable. No podía creer con la persona que estaba a mi lado.

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Conoci a Maggie en el primer día de la preparatoria. Apenas había llegado al lugar en donde los profesores dictaban las clases, me senté en el fondo del salón y vi llegar a varios alumnos, cada uno con su particularidad. Pasaban chicos rudos, torpes, cancheros, etc. Había de todo tipo de chicos. Yo era el tímido. Luego llegaron algunas chicas, todas arregladas y, me atrevo a decir, casi perfectas. Luego, pasó una que alumbró a todos, ella era a quien todos los chicos miraban. Pensarás que es Maggie, pero te equivocas. Maggie fue la última en llegar, pero a mi parecer la más linda. Su hermosura no se reflejaba tanto en su apariencia, eso lo descubrí durante el paso del tiempo.

Durante los primeros días, yo trataba de acercarme a dialogar con ella, y como los demás estaban atentos a lo que hacía "Lady Lindura", (así la llamaban las chicas celosas de ella) yo estaba con Maggie.
Ella, como todas las chicas, era complicada y dura con este tema. Ella no quería saber ni un mínimo detalle sobre esto, le parecía una pérdida de tiempo el estar dando vueltas alrededor de alguien, ella sí que iba a estudiar, no como los demás... Y como yo.
Finalmente, luego de un año de preparatoria, era el turno de decidir que es lo que íbamos a estudiar, al parecer, el destino me había dado una nueva oportunidad ya que elegimos el mismo camino, Economía. A lo largo de la preparatoria, nos fuimos haciendo amigos y conociéndonos el uno al otro. Luego de que elegimos, yo, sin pensarlo, me centré en el estudio pero no podía contener lo que sentía por dentro, entonces me destapé y le demostré con cada insignificante detalle lo que sentía.
Luego de decirlo, cada uno siguió por su lado. La verdad fue duro, pero pude entender por qué, ella también sentía Amor. Una palabra tan normal pero que cuesta decir.
En esa etapa me centré en mis estudios, luego de tres años, al recibirme. Nos juntamos felizmente y en este momento nos amamos.

Cuando no te lo esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora