oscuridad

Era una noche helada, la luna se había posado en el nublado cielo. Aquel rubio buscaba por cada uno de los rincones de aquel dan departamento después de recibir la llamada de Katsuki.

—"Yurio te... necesito".- la voz de este sonó muy quebrada y temerosa.

Los sollozos se escucharon de la habitación principal eran unos amargos se notaban la frustración y dolor que emitían.
El menor tocó a la puerta solo se escuchó un pequeño Pasé.

-Yurio él lo hizo, lo hizo adelante mío...- habló con la voz quebrada el pelinegro.

-De que hablas cer..digo Yuri.- pregunto Yurio era la primera vez que lo llamaba por su nombre un pequeño sonrojo se apreciaron en sus mejillas por la vergüenza.

-Él la beso, no le importo que yo.- este se auto interrumpió soltando un gemido de dolor.- n-no le importo que yo estuviera adelante, él igual lo hizo...

Las lágrimas salían de sus ojos almendrados, el ruso sintió una opresión en su pecho, no quería qué él lloraba por el idiota de Viktor, solo quería que las lágrimas del japonés sean suyas que no llore de pena si no de felicidad.

-No llores.-
-No quiero que llores por el idiota.- el menor se acercó quedando cara a cara con su mayor.

Pocos centímetros esa era la última jugada del ruso, si fallaba se acabó el juego, no hay vuelta atrás no hay botón de reinicio.
Usaría el último peón...

En un rápido movimiento el menor junto los labios con el japonés entregándose un beso lento y dulce, aquellos que nunca dejarías terminar aún así por la falta de aire se tuvieron que separar, el menor entre bufidos maldijo al oxígeno, mientras que el mayor se quedó quieto sin saber cómo reaccionar o que hacer no puede ser que el este deseando los labios del ruso o talvez si...
Pero eso estaría mal, él no quería usar a Yurio como segunda opción el quería amarlo de verdad él no quería que el ruso sea la oscuridad de la luz.

¿Acaso estaba haciendo algo mal? Él no quería ser un Viktor el no quería dañar a nadie...

-Yurio yo no creo que debemos hacer esto.-

-¿Porque?-

-Porque no quiero utiliza..- el pelinegro fue interrumpido por el grito de su menor.

-¡Yo quiero ser utilizado, quiero que juegues conmigo hasta que te aburras!-

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Ambos jóvenes trayendo en la tentación pasaron la noche juntos ambos estuvieron conectados, ambos se sintieron uno.
Ambos eran la oscuridad que fue perdida por la luz.

-Te amo..- murmuró el menor para caer en brazos de Morfeo, parece que mañana ni se podrá parar...