Capítulo 2

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Velas, pétalos de rosas puestos en fila hacía la dirección de la habitación para indicar el camino de Victoria; todo estaba colocado para, por fin, celebrar la pedida de matrimonio ocurrida hace unas horas, en uno de los lugares favoritos de Víctor de la hermosa ciudad de Barcelona.

Todavía no sabía si era lo correcto, pero si lo que sentía desde hace unos cuantos meses, cuando decidió ir a buscar el anillo de la propuesta, aunque puede que este impulso fuera condicionado por otro elemento aislado a la relación que mantenía con Victoria, puede que ese elemento tuviera nombre y apellido, puede que tuviera un pelo azabache y uno oscuros y penetrantes ojos oscuros que le traían de cabeza desde hace muchos años y que por muchos esfuerzos no podía olvidar por más que los intentaba.

Ya estaba todo preparado en la habitación del futuro matrimonio estaba a oscuras, en si toda la casa estaba así, únicamente iluminado por el destello de unas cuantas velas esparcidas por toda la estancia al igual que los pétalos por todos los suelos y encima de la cama también estaban los pétalos colocados en forma de corazón, y en la mesilla una cubitera llena de hielos y una botella de champagne acompañada de dos copas finas y sutiles para después servirlo bien frio.

Ultimando los detalles en la habitación unos fogonazos de los faros del coche de Victoria le alertaron de que su chica ya había llegado, estaba ahora más nervioso que cuando lo hicieron por primera vez, para Victoria era su primera vez y, según lo que sabe Victoria, para Víctor también lo era; cómo no iba a serlo si llevan juntos toda la vida y, a sabiendas de la novia, no había habido nadie más en la vida ni del uno ni del otro.

Ahora Víctor recordaba punto por punto aquella noche en la que sus padres se habían ido a Madrid a pasar una semana y se habían quedado solos, recordaba como ella se desnudaba poco a poco con vergüenza, suaves embestidas y finas caricias en el cuerpo de Victoria se convirtieron en el recuerdo común de la pareja de la primera vez de Victoria.

Al entrar Victoria en casa, casi se le saltan las lágrimas al ver lo que su chico le había preparado , hizo lo propio y siguió el camino de pétalos y velas al entrar en la habitación se encontró con el resto de la decoración y a su novio únicamente con un bóxer ceñido negro, una pajarita a juego con el bóxer y una rosa roja en la mano.

-Bienvenida a casa bebe- decía Víctor a la vez que le daba la rosa en la mano a Victoria.

-Estás loco, ¿lo sabías? - le decía con una sonrisa en los labios.

-Si... Pero por ti- dijo Víctor tomando por la cintura a su chica- ahora déjame hacerte feliz por unos momentos-decía al oído de Victoria, mientras bajaba besando suavemente su cuello, mientras ella suavemente, dejándose llevar por la pasión del momento, comienza a desabrocharse los botones de la camisa. Al acabar Víctor la aparta un poco de ella, Victoria ante su mirada se ruboriza y baja su mirada, él la sube por la barbilla y la da un tierno beso en los labios, que aumenta en algo más pasional. Continúa quitándola la camisa por los hombros suavemente a la vez de dejaba pequeños besos en los mismos.

Cuando por fin consiguió deshacerse de la camisa blanca de Victoria.

Volvió a examinarla de arriba abajo, cuando deposita las manos en su nuca para acercar sus labios, sus manos descendieron de su nuca a su cuello, deteniéndose en sus clavículas, pasando por sus hombros descendiendo por la espalda y vuelta al frente para llegar al punto deseado de Víctor, sus pechos los presiona en sus manos escuchando un pequeño gemido de la boca de Victoria. Su boca descendió hacía sus pechos mientras las manos iban abriéndose paso hacia la espalda rozando suavemente y de manera juguetona la tira del sujetador provocándola más aún. Cuando por fin apresa entre sus manos el cierre del sujetador, alza su cuerpo para quedar cara a cara y la acerca hacía él cuando se dispone a desabrochar el molesto sujetador, la mano de Victoria le detiene.

-Para- le exigía.

- ¿Por qué, te pasa algo?

- No quiero seguir con esto, no puedo

- Vamos Victoria, me vas a venir a ahora con vergüenzas.

-Tengo algo rondando en la cabeza- dice sentándose en la cama.

- ¿Qué pasa a ocurrido algo comprando?

- No he ido a comprar nada, Víctor, he ido a ver a Hugo.

- Hugo, otra vez él- dijo con tono de enfado y poniendo los brazos en jarras.

- Si, y no entiendo muy bien porque te pones así, sabes quién es y cómo es mi relación con él, no entiendo por qué te pones así cada vez que te le nombro.

- ¿Con quién te vas a casar, con él o conmigo?

- Ese no es el tema Víctor, estoy así por una cosa que me ha dicho.

- ¿Y se puede saber qué coño te ha dicho?

- Deja de hablarme en ese tono, yo no te he hecho nada para que estés así.

- Muy bien me vas a decir de una vez que te ha dicho.

-Nina

- ¿Qué has dicho? - ese nombre no le sonaba de primeras.

-Nina ¿Te suena?

- ¿Por qué me debería sonar?

- Ella dice que te conoce

- ¿Has estado con ella? - Victoria noto cierto tono de preocupación y sorpresa a la vez.

- ¿Por qué te sorprende?

- Por nada, ¿Por qué me lo preguntas?

- Fue una de las "amiguitas" de Hugo- con esas palabras Víctor se tensión para sorpresa de Victoria- y Hugo me comento que te conocía que estabas obsesionado con ella.

-Basta ya Vic- dijo gritando, cortándola- a estas alturas de la película me vas a venir con celos, ¿vas a confiar más en ese imbécil que en mí?, ya no somos unos críos Victoria. Alguna vez te he dado motivos para que desconfíes.

- No, nunca me has dado motivos, pero no se...

- No sabes que, Vic te das cuenta que nunca hemos discutido y las veces que hemos discutido ha sido por culpa de ese personaje.

- No mientas, Víctor, no mientas; a Hugo le conozco no desde hace mucho, y tú y yo ya discutíamos desde entonces.

- Diciendo eso solo me das la razón, vas a confiar en una persona que conoces desde hace cuatro días y en mí no- soltó interrumpiéndola de nuevo- Me voy, necesito que me dé el aire- dicho esto se fue a vestir dejándola sola en la habitación.

- ¿Víctor me estas tomando el pelo?, ¿Enserio te vas a ir?, estamos discutiendo y la mejor manera que encuentras de arreglarlo es largarte.

- No sé si es la mejor manera o no, pero es lo que necesito en este momento.

- ¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar en que es lo que necesito yo? - dijo justo cuando salía Víctor del baño y dirigió estas palabras directamente a los ojos, que ahora estaban llenos de lágrimas.

Los ojos del uno no se apartaban de los del otro, cuando parecía justo que Víctor iba a decir algo se dio la vuelta y se fue y lo siguiente que Victoria escuchó fue la puerta de un hogar que empezaba a romperse.


Secretos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora