Capítulo 2

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Después de cuatro años habían pasado, cuatro largos años para un lindo azabache y al igual que el este tiempo fue largo para un guapo rubio que se encontraba regresando desde Inglaterra a su hogar después de mucho tiempo. Mientras tanto nuestro pequeño azabache estaba entre clase y clase, hasta la médula de trabajos, tareas y proyectos, pero tenía que hacerlo si quería llegar a ser un buen rey pero en pequeños lapsos de tiempo que tenía de libertad pensaba en cuanto extrañaba a ese demonio de cabellos de color oro, de filosos pero a la vez hermosos ojos color zafiro, su piel pálida que hacía competencia con la del azabache, su sonrisa traviesa que solía tener la mayor parte del tiempo plasmada en su perfecto rostro, unos pequeños cuernos decorando la cabeza del rubio de un color carbón y unas alas iguales a las de los murciélagos o dragones del mismo tono de sus cuernos, como lo extrañaba era horrible saber que el estaría por ahí vagando en la hermosa ciudad de Inglaterra mientras que el de ojos esmeraldas se moría por verlo de nuevo y cada vez darse cuenta de la realidad de que Mikaela no regresará, le dolía y demasiado, pero tenía prohibido distraerse, solo quería enorgullecer a sus padres y cumplir todas sus metas, al igual que ser un gobernante ejemplar por el bien de su reino. Mientras el azabache iba al receso una chica pelimorada, de ojos color caoba, de estatura baja, delgada y de piel blanca, llamó al príncipe de Los Angeles que volteo a su dirección brindándole su completa atención.

- Se podría saber en qué estás pensando? –pregunto está que lo miraba fijamente y sin apartar la vista del azabache

- En nada – contestó rápidamente, pero Los Angeles casi no eran especialistas en mentir, era algo difícil para ellos mentirle a los demás.

- Si claro – contestó sarcástica – nunca has sido bueno mintiendo, además llevas rato así, que te trae tan pensativo?, a caso algún angelito por ahí captó tu atención?, oh gran príncipe de Los Angeles! – bromeó con una gran sonrisa en su cara

- No es nada Shinoa y tampoco es alguna persona, que tiene de malo pensar en mi futuro – dijo Yuu algo molesto

- Lo que digas o no estarás pensando en ese chico demonio de nuevo? – después de lo que la peli morada había dicho, Yuu se sonrojó mucho quizás demasiado, lo que hizo que Shinoa se diera cuenta que había dado en el blanco. – en serio Yuu – san, el se fue hace mucho ya supéralo –

- No puedo superarlo, el me lo prometió, prometio que volvería por mi, por mi y nadie más – contestó Yuu molesto

- Yuu el es un demonio ellos engañan y traicionan a la gente, lo más probable es que el té haya mentido – dijo Shinoa un poco más calmada

- El puede serlo pero no es igual a los demás y no es como tu dices, el siempre me cuido y protegió, nunca falto a su palabra y jamás me lastimo, el siempre decía que preferiría morirse antes de tocarme un solo cabello para lastimarme – defendió Yuu a su amado demonio

- Esas fueron puras palabras vacías Yuu – san, te lo digo por tu bien, si el té quería tanto hubiera luchado por quedarse aquí contigo, no se hubiera rendido tan fácil e irse como si nada – contra-atacó Shinoa al azabache dándole un golpe demasiado duro.

- Mentira, el me quiere – contestó Yuu

- Si te quisiera se encontraría contigo, el es el mentiroso – le gritó Shinoa tratando de hacerlo entender

- Mentira – gritó Yuu

- Yuu sabes perfectamente que el té engaño, deja de vivir en una mentira y abre los ojos – contestó Shinoa enojada

- Mentira! Mentira! Mentira! Eres una mentirosa Mika no es así – gritó Yuu sin tener total manejo de su autocontrol y acabo sacudiendo a Shinoa pero esta lo empuja lejos y cuando el azabache iba a por ella Mitsuba, Yoichi y Kimizuki la defendieron

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