Eres Tú

Nuestro (Epilogo)

           

Ya no temo a nada a tu lado, Yuzu.

Ya no temo al que dirán.

Desde el día en que hicimos público nuestro amor  hemos tenido que luchar y pasar muchas pruebas, parece que a una parte del mundo le molesta que seamos felices...

Y me enternece recordar aquella rueda de prensa, la primera como pareja, llegaste con la medalla de Sochi colgando del cuello, y con una tierna sonrisa y palabras bonitas, te enfrentaste a todos ellos. Tú me das la fuerza, Yuzu, a tu lado, ningún desafío es demasiado grande.

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Pocas son las veces me despierto antes que tú, pocas veces puedo verte dormir acurrucado entre las sabanas y mi cuerpo. Porque, aunque no lo sepas aun, hoy es un día muy especial, y estoy absurdamente nervioso. Porque esta noche, en la gala, dejare todos mis temores atrás, esta noche...será nuestro momento, Yuzu.

Pero mientras tanto, fingiré que nada pasa, mientras lentamente comienzas a despertar y me das los buenos días en un somnoliento y adorable japonés y seguiré fingiendo, mientras nos alistamos para la última práctica, antes de la gala del Grand Prix Final.

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Anuncian tu nombre y me despides con un beso antes de salir a la pista. Gracias principalmente a Evgenia y  Shoma, ya todos saben que voy a hacer, todos menos tú, claro. Contigo, la gala está a punto de terminar y el momento se acerca... Respiro hondo y trato de calmar mis nervios...Te amo tanto, mi Yuzu.

Justo al cierre, a mi señal, todos forman un círculo a nuestro alrededor, tú los miras confundido, como si temieras haber olvidado parte de la coreografía.

Y entonces, tus ojos se abren y brillan con sorpresa cuando me acerco y me arrodillo ante ti.

—   Yuzuru Hanyu — mi voz tiembla ligeramente — ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

Las lágrimas resbalan por tus mejillas cuando asientes, incapaz de hablar y te envuelvo en mis brazos, besándote y sonriendo como nunca antes, mientras a nuestro alrededor, el público aplaude a rabiar de la emoción.

Mañana nos tocara enfrentar una vez más a los medios, al mundo y sus injusticias y  a todos aquellos que se crean con el derecho a juzgarnos. Pero hoy no me podría importar menos, Yuzu, hoy soy el hombre más feliz sobre la tierra por tenerte en mis brazos, porque hoy es el primer día del resto de nuestras vidas

Porque eres todo cuanto amo. Porque eres tú, mi Yuzu.

           

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N.d.A: Y aquí está el epilogo, como regalo de san Valentín para todos mis lectores y lectoras. Pero en especial para Irady Zapata, culpable de que esto haya pasado de ser un one-shoot, a un fanfic y de que exista este epilogo. Así que ¡Gracias Irady! ¡Y gracias a todos por leer! ¡Sí, incluso a todos esos fantasmitas que se pasan por aquí sin dejar comentarios!

Espero haber reparado un poquito sus corazones con este epilogo.

¡Y ya saben que me hace muy, pero muy feliz leer todos sus comentarios!

¡Hasta pronto y nos volveremos a leer!