31

5.3K 230 43
                                    

Sí hoy era San Valentín y yo aquí solísima mientras mi novio está en París, ¿que divertido no? Encima tenía que ver a las parejas por aquí todas dándose amor, patético... Que a mi me gustan los mimos, pero de forma moderada. Daba vueltas por Vinovo mientras veía a algunos hablando por teléfono de manera amorosa. Sergi me había mandado un mensaje muy soso "Feliz San Valentín amor", ya está...

-Buongiorno amore. -me dijo Marko acercándose.

-Sì, tu sei il mio amore. -dije cuando pasó un brazo por mis hombros.

-Por supuesto que sí. ¿Sergi no te ha mandado nada? -le enseñé el móvil con su mensaje -Que puto soso...

-Eso dije yo.

-Y sobre, el otro día, lo del bebé. -me dijo más bajito y dejando de andar.

-Hubieras preferido no estar en casa. Se estuvieron gritando durante unas dos horas, creo que Paulo acabó durmiendo en el sofá.

-¿Pero sólo gritos?

-Sí, debieron quedar de buenas al final porque hoy por la mañana andaban a los mimos, así que...

-Entonces...

-Tenemos que hablar. -dijo apareciendo Daniele y tirando de mí.

Tiraba de mi brazo pero sin llegar a hacerme daño, llegamos a las gradas e hizo que me sentara. Los chicos estaban dando vueltas por el campo. Me quedé mirándole para que me contara pero espera un momento. Miré su cara fijamente y noté que algo rojo estaba comenzando a aparecer en su pómulo.

-¿Qué te ha pasado ahí? -dije cogiéndole de la cara y mirándole.

-Digamos que alguien se ha enfadado.

-¿Paulo?

-No, ¿cómo lo sabes? -me dijo con ironía
-Al parecer se ha enterado de que no solo él podría ser el padre del bebé...

-Sí, en cuanto a eso...

-No hace falta que me digas que se lo dijiste tú, ya lo sé.

-En realidad yo no le dije nada, él escuchó mi conversación. Se enteró el solo.

-Sí, ¿pero quién estaba hablando del tema en un mal momento? -me volvió a atacar.

-Vale, tú ganas. Culpa mía -dije rindiéndome -¿Y ahora?

-Bueno me ha dejado bastante claro que no quiere que me acerque a Sarah o a ti. -dijo despreocupado.

-¿Y estás aquí hablando conmigo como si nada? ¡Te acaba de pegar! -dije mirando que no estuviera cerca.

-Sí, creo que soy un poco masoca -se levantó y me miró -. Creo que debería irme antes de que me asesine.

Miré hacia donde él miraba y vi a Dybala con la mirada fija en nosotros. Creo que era mejor si se iba, no quería que volviera a pegarle. No había vuelto a hablar con Paulo desde lo del domingo, es más, hoy Sarah me había dejado el coche y cada uno vino por sus propios medios. Espera, ahora que caigo, hoy juega el Barça contra el PSG, creo que habrá partido para ver en casa. Bajé las escaleras para dirigirme al campo de entrenamiento y me acerqué hasta Marko, él empezó a calentar y le tuve que seguir durante todo el tiempo porque no quería quedarse quieto ni un momento.

-¿Por qué no te vienes hoy a casa? Hay partido y no quiero estar sola con mi hermana y Dybala.

-¿Dybala? -dijo riendo.

-Tengo la manía de llamar a la gente por su apellido cuando estoy enfadada.

-Entonces a Sergi, le llamas Roberto.

Torino |Paulo Dybala|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora