El viento cálido se colaba por una ventana; los últimos resquicios de invierno se alejaban, dándole la bienvenida a la primavera. Una época de alegría y luminosidad.
Una dulce risa, seguida de balbuceos inundo el ambiente. Mikasa recién cumplía los dos años, disfrutando día a día con una burbujeante energía. A Razo le gustaba acariciar y arrullar a la niña cada noche antes de dormir, Yuu prefería escucharla parlotear y jugar con ella por las tardes; la niña solía demostrar aptitudes para las tareas del hogar a pesar de corta edad.
El tiempo había pasado desde la visita a la Ciudad Subterránea, para los adultos fue un trago amargo, para la niña, fue el descubrimiento de una palabra nueva que insistía en repetir hasta pronunciarla correctamente; desconocía el significado, pero le gustaba la sensación de cosquillas que le quedaba en la boca al decirla.
Yuu acarició la cabeza de Mikasa con melancolía; el recuerdo de Levi ardía como fuego en su memoria; dolía la impotencia de tener que esperar. Por otro lado, Razo era embargado por una incertidumbre y preocupación; temía que sus acciones repercutieran negativamente en el futuro; que alteraran el orden natural de los sucesos. Y si la tortura interna no fuera suficiente, la constante voz de Mikasa recordándole al niño no ayudaba a calmar su inquietud.
—¡Levi! —Por quinta vez en lo que iba del día, la niña repitió el nombre, empleando un tono de voz diferente, cargándolo de significado que todos, incluida la menor, desconocían.
—Aún no lo conoce y no para de decir su nombre —La broma le Yuu le sentó mal a Razo, porque existía la posibilidad de que nunca se conocieran y ese era un hecho que se negaba a aceptar.
La, ya no tan, diminuta cabaña que habitaba la familia Ackerman quedo en silencio, uno que únicamente se podía disfrutar por la lejanía de las comunidades. Después de que persiguieran a la pareja por todo lo largo y ancho de las murallas, lograron encontrar un lugar de asentamiento. Con esfuerzo construyeron una pequeña cabaña que fungía el rol de hogar; tiempo después vino al mundo Mikasa, para dar vida al lugar. El tiempo pasó y la tranquilidad les invadió, reconfortando a la familia.
Durante ese tiempo, Razo se dedicó a cuidar de su familia; y a buscarla. Extensas investigaciones sobre los Ackerman y su paradero no se hicieron esperar; la historia fue documentada en voluminosos libros que Razo escribió, contando su versión de los hechos. Si algo le apasionaba al hombre rubio, era la historia familiar; conocer sus raíces, la formación del mundo como lo conocían, el papel (fundamental) que jugaron durante su creación, su relación con la familia real y las razones por las cuales terminaron siendo perseguidos por los mismos. Con ayuda de Yuu, logró completar el rompecabezas que era la verdadera historia de los muros.
Era una ventaja que el poder de los Reiss no les afectara; por otro lado, era una desventaja que los roles fueran invertidos y que ahora tuvieran que ocultarse de las personas a las cuales juraron proteger. Para su suerte, ellos no tuvieron contacto directo con esta infame familia, de lo contario, quedarían esclavizados de por vida a seguirlos.
Vaya maldición conllevaba su poder; un guía. Debían de servir a un maldito guía por el resto de su vida. Aunque eso sólo aplicaba con determinadas situaciones que estaban fuera de la compresión de Razo.
—Papi —El golpeteo y la voz de Mikasa llamó la atención del hombre rubio.
—¿Qué pasa, pequeña? —La niña le sonrió, mostrándole los diminutos dientes. Una cálida sensación invadió a Razo. La pequeña tenía ese tranquilizador efecto.
—Hoy ha estado especialmente sonriente —comentó Yuu, continuando con el bordado; le gustaba hacerlo, le recordaba a la época en que vivía con su abuela. Esperaba poder enseñarle tan hermosa costumbre a su hija cuando fuese mayor; para mantener vivas las tradiciones de su pueblo casi extinto—. Es como si supiera que algo especial va a suceder.
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Sangre Ackerman (HIATUS INDEFINIDO)
FanfictionHace mucho tiempo, los Ackerman fueron la mano derecha de los monarcas, ahora, son prófugos de quienes juraron proteger. A cada paso que dan, la tragedia les sigue. Mikasa Ackerman, presencio el asesinato de sus padres; volviéndose huérfana y quedan...