La Princesa

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Un estruendoso sonido estalló por todo el bosque. No era un sonido natural.

Tanto dragones como compañeros de vuelo se alertaron ante tal estruendo. La noticia de dos dragones sueltos en un hábitat desconocido podría ser muy peligrosa en estos momentos, podría estar relacionado el sonido. Era muy probable.

Victo, en un rápido giro, termino de pie, quitándose toda ramita y hojas que había quedado prendido en su ropa.

— Sería buena idea ver qué hizo es son, no suena a nada bueno— opinó Victo mirando hacia el infinito.

— No gracias, no quiero ser comida de un dragón arpón— dijo Vernon desde las alturas— sabes que son los mejores cazadores de lo que se trata en ataque sorpresa.

— ¿No eres miedoso? — se empezó a burlar

— Dudo que a ti te gustaría que te clavara sus garras por la espalda— objetó

—Ser mejor darle caza, seguramente habrá algún campesino cuyo rebaño desapareció misteriosamente, listo para pagarnos— respondió mientras escalaba— Además, quien mejor que nosotros para darle caza.

—Hay mejores cazadores más cualificados para eso, comparados con ellos, nosotros somos mejor como carnada— le tendió la mano para ayudarlo a subir

—Ajá, entonces será mejor que hagamos de carnada—se burló mientras se subía a Hielo — yo iré en búsqueda de esos dragones.

Entonces Hielo y Victo se fueron volando por los aires, mientras Coletas y Vernon se los quedaba mirando. Vernon también quería cazar dos dragones que rara vez se ven, pero no quería enfrentarse por miedo a salir herido.

Su dragón solo le pego un alazo.

— ¡Coletas!, ¿qué quieres que haga? — lo miraba enojado

El dragón señaló el cielo

— No, Coletas, es muy peligroso volar con un dragón suelto — cruzó sus brazos

El dragón lo miró incrédulo

—Oh, vamos, ya sabes a lo que me refiero, no es eso — se volteó sonrojado —si tanto quieres volar, vuela solo

El dragón aceptó. Empezó a correr sobre las copas de los árboles con agilidad, dejando a su pobre camarada atrás.

Vernon incrédulo y con dificultad empezó a perseguirlo, solo que no con la misma gracia que su dragón. Con cada tropiezo, cada rama le daba un latigazo.

— ¡Bien, déjame solo! — cansado se paró mirando hacia el vacío

Al tratar de bajarse de los árboles, un par de pequeñas garras lo levantaron de los árboles. Vernon no se sorprendió que el dragón longópodo lo hubiera atrapado, porque sabía que cada dragón no abandona nunca a su camarada, y ningún camarada a su dragón.

El dragón lo miraba. Nunca lo abandonaría.

—Yo tampoco lo haré compañero — lo comprendió y le acarició— pero será mejor que cargues, no quieres lanzarme, verdad

Coletas asintió, lo lanzó muy alto, y con una voltereta lo hizo aterrizar en su montura. Luego ambos volaron con velocidad junto a Victo

""

— Capitán Fantino, No encontró la solución todavía— una voz melosa salió de la carroza

El capitán Fantino Mothesttia era un ser muy curioso. Oculto tras unos ojos aceitunas, una cabellera dorada y un semblante rostro que irradia confianza y orgullo, se encuentra un hombre que se desespera de manera horrible ante una situación sin solución, cosa que rara vez sucede. Portaba un níveo traje, botas altas de un azul oscuro y una capa del azul más hermoso, que tenía bordado el escudo de Virgo además de un símbolo singular dorado, además de un mosquete plateado.

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2017 ⏰

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Domagón: Viajes a Mares Bravos (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora