Luna, ese es mi nombre, nunca he comprendido el porqué he de llamarme así. Nunca me han dado respuestas, de nada, asi he vivido durante 18 años. Siempre fui la hija a la que nadie pone atención. Era de esperarse, para mi padre, su vida entera fueron su esposa y su hija. Yo sólo fui la hija bastarda que quedo huérfana de madre desde el dia en que nació. Humillada y obligada a ser cómo una sirvienta durante años por su esposa, éso, a cambio de educación.
Al terminar mi último grado de preparatoria, empecé a trazar mi plan. Huir, eso necesitaba, sólo para al fin sentir mi alma libre. Tenía lo necesario, o por lo menos para mi, mis pocos ahorros de años, un boleto de autobus y poco equipaje.
Estaba en la habitación que habia tenido durante años, poniendo en orden mis cosas en una pequeña valija vieja de un cafe muy oscuro.
Escuche unos pasos que se acercaban a mi puerta, y se detenían justo delante de ésta. El sonido de unos fuertes golpes me sobre saltó y dudé en abrir o no.-Abre ahora.-Escuche del otro lado, una voz masculina y bastante ronca.
Escuchar la voz de mi padre me erizo la piel, la idea de que se hubiese enterado me aterro tanto que me hizo temblar. Tome la pequeña valija y la puse debajo de la cama.
Me acerqué a la puerta nerviosa y tome la perilla, rece en mi mente mientras la giraba.
-¿Sí?.- Dije mientras habría la puerta y miraba a un hombre maduro con precaución.
-Me ha dicho tu madrastra que no has bajado a cenar, sólo queria saber si estabas bien.-Dijo en un tono un poco cálido, me sorprendió su actitud, haciendome mirarlo desconcerta.
-Estoy bien.- Conteste con desconfíanza, esperé un momento para que dijera algo más, pero sólo abrió su boca y la cerró, después asintió y se dio la vuelta. Lo mire marcharse por el pasillo, queria gritarle, pero no pude, de mi sólo salió un sollozo que traté de cubrir con mi mano.Mi padre se detuvo y giró, antes de que me viera cerre la puerta. Las lágrimas comenzaron a picar mis ojos, traté de controlarlas.
No solía llorar, me tragaba el dolor, asi era yo. Torpe, desconfiada, insegura, toda yo era una lista de defectos. No comprendí del todo porque después de tantos años, de que el solo fuera un fantasma en mi vida, tuviera un poco de interés por mi.
La rabia salió de mí ser al recordar las injusticias que vivía, cuándo el nunca estuvo a mi lado.
Tomé la maleta de debajo de la cama y recogi la bolsa que escondia en el closet, abrí la puerta sigilosamente y sali al corredor al ver que no habia nadie.
Caminé por el corredor tratando de no ser vista, llegué a la escalera y bajé rápidamente, cuidando de no tropesarme. La entrada estaba despejada, deje la valija en el piso y abrí la puerta.
El viento frío me hizo encogerme, inhale el olor a pino y lluvia al salir, sintiendome cerca de la libertad. Tomé la valija del suelo y acomode la bolsa en mi hombro. Cerré la puerta tras de mi y corrí hasta llegar a la callé.
Llegué a la parada de autobús respirando freneticamente, el aire frio quemaba mis pulmones. Sentía cómo mi corazón palpitaba tan fuerte que hasta dolia. El sonido de un motor me hizo ponerme en alerta, al mirar al frente un gran autobus se estacionaba. Tome mis cosas y lo aborde, el chofer me miró con simpatía mientras pagaba mi pasaje, sonreí nerviosa y me senté en un asiento a lado de la ventana. Pegué mi frente al cristal helado y cerré mis ojos.
Era como un sueño, jamás pensé que un dia llegaría a este día. Seria libre al fin, iría a la universidad, tendría un empleó, una casa. Éso era lo que más me había importado hasta ahora.
Treinta minutos después el autobus llegó a la central, tomé mis cosas y bajé de éste. Era bastante tardé, cerca de las 11 de la noche. Pero aún asi, había muchas personas. Me sentía un poco más segura, alguien me podria auxiliar si me pasará algo. O al menos eso era lo que yo creía.
Caminé hasta adentrarme a la central y mezclarme entré la gente. Saque mi boleto y fui hasta la puerta que se indicaba, la numero 5 para ser exacto.
Ahi se encontraba un hombre alto y fornido que me miraba molestó.-Tú boleto.- Dijo secamente mientras alzaba la ceja y me mostraba un gafete, era un trabajador.
Lo miré enfadada por su actitud y le entregué el boleto a regañadientes, lo marcó y me lo devolvió sin mirarme.
-Sale en 15 minutos, sera mejor que te apresures.-Dijo mientras abría la puerta, una corriente de aire helado me hizo encogerme de nuevo.
Subi al autobús y tome mi asiento, el cuál era bastante cómodo, guardé mi valija y mi bolsa lo más cerca de mi y me recline en el asiento.
Exactamente 15 minutos después el motor se encendió y se puso en marcha. Saqué una manta de mi bolsa y me relaje en mi asiento.
Sonreí, no sabia que me depararia en mi nueva ciudad, pero sabía que por más lejos que estuviera de ese lugar al que habia llamado casa, mejor me sentiría.Sólo me quedaba esperar, serian muchas horas de viaje hasta mi destinó.
Empezaría al fin una nueva vida, con muchos sacrificios, sola.
Quería ser fuerte, pero dentro de mi sentía miedo. Tenía que hacer lo mejor para mí, esta vez sería yo en contra de un mundo desconocido. Por más que me costará, quería sentirme orgullosa de mi. Ser normal y tener la vida que siempre quise, sin restricciones.
Quería muchas cosas, tenia ilusiones, quería, por una ves, tener a alguien que me amara.
Pero lo más importante, queria amarme a mi misma.Mi vida cambió, desde este instante y jamás sería la misma.
~°~
Hola! Agradezco mucho que lean este primer capítulo, prometo uno nuevo mañana miercoles. Esperó que les gustará, me haría felíz si votarán. Buenas noches!!😌👍

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Luna
VampiriAlgunas veces necesitamos un nuevo comienzo, alejarnos de todo aquello que nos lástima, ser lo que siempre quisimos. Pero a veces no todo es cómo lo esperamos, hay veces en la que una decisión puede cambiarte la vida entera, para bien o para mal.