Entre el pasado y el presente, tú.

~4~

2016

"No sé cuánto tiempo estuve allí."

"Yo tampoco, pero no podía quitarte los ojos de encima."- Respondo y sonríe.

"Siempre te ha gustado mirarme, sin más, sólo mirarme."

"Mirarte siempre fue mi mejor pasatiempo."- Alzo la mano pero enseguida la bajo.-"Nunca podrás entender la paz que me daba saber que podía observarte, que podía estar cerca de ti. Ni siquiera yo podía entender lo que me provocaba que fueses mi mayor centro de atención."- Suspiro.-"No es justo que me hayas arrebatado eso."

"Lo siento."

2015

Ya ha anochecido y no hay nadie por las calles, ni siquiera en mi tienda. Sólo él. Hoy era el séptimo día consecutivo en el que él aparecía aquí, se sentaba y leía, sin más. Y hoy era el séptimo día consecutivo en el que la hora de cierre se pasaba pero yo me mantenía inmóvil tras el mostrador, sin hacer ningún tipo de ruido.

Era curioso verle, porque cada pocos minutos tenía el mismo tic, y era que tocaba su ceja derecha. Le observaba demasiado, pero me estaba aprendiendo cada uno de los detalles que mi vista alcanzaba a ver sin problema, como que por mucho que echase su pelo hacia atrás, siempre había un mechón sobre su frente.

Como que su pelo era rubio pero se mezclaba con un tono castaño.

Como que mordía su labio inferior cada dos por tres, manteniéndolo entre sus dientes durante unos segundos antes de soltarlo, sólo para poder volver a retenerlo poco después.

Como que sus manos eran bastante grandes y algo delgadas, y podía ver sin problema una marca en su mano derecha, lo que parecía una cicatriz que prácticamente le cruzaba toda la piel de ésta.

Como que sus mejillas se mantenían rosadas durante bastante tiempo cuando pasaba del frío de la calle al calor de este lugar.

Como que aún no había encontrado algo en él que no captase mi interés.

Y era entonces, como cada día, que cuanto más metida estaba en mis pensamientos y cuanto más atenta estaba de él... Henrik cerraba el libro y me miraba, y aunque no hubiese dicho nada, estaba totalmente segura de que se daba cuenta.

"Siempre cierras tarde, ¿no es así?"- Pregunta acercándose al mostrador y asiento.-"No deberías ir sola por aquí."

"No salgo ahora."

"Suponía que te gustaban los libros, pero ¿tanto como para dormir aquí?"- Sube una ceja y esboza una ligera sonrisa.

"Este sitio tiene dos plantas."- Señalo una puerta que siempre mantenía cerrada.-"Ahí hay unas escaleras. Restauré la parte de arriba y vivo ahí."

"Eso no me lo esperaba."- Abre los ojos y asiente despacio.-"Entonces no tendré que ofrecerte mi compañía por estas calles."

"¿Qué?"

"Mi madre solía decir que nunca dejase a una chica ir sola por la calle porque podía ser peligroso, y que eso es lo que un hombre debe hacer. Y creo que debería haberlo propuesto antes a pesar de todo."- Responde sin dejar de mirarme.-"Aunque yo siempre he pensado que antes de educar a un hombre a acompañar a una chica, deberían ser educados a no hacer de las calles algo peligroso para ellas."- Se encoge de hombros.

Analizo sus palabras y me quedo en silencio durante unos segundos, siendo bastantes como para que él decidiese hablar de nuevo.

"¿Irás mañana a la charla?"

"Voy siempre."- Respondo con voz calmada.

"Bien."- Mira por el escaparate.-"Te veré mañana entonces. Las calles también pueden ser peligrosas para alguien como yo."- Me dedica una última mirada y sale de la tienda, dándome libertad para recuperar mi aliento.