Capítulo 5

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Me dirigí al despacho del rector, necesitaba suerte, ¡Por que de ahí, podía salir muerta!

Entre sin tocar y lo encontré sentado de espaldas.

Era costumbre entrar así a su despacho  por que igual sabía que me gritaría, ¡vil engendro de lucifer!

Se dio vuelta al percatarse de mi presencia y sonrió falsamente

Señorita Sáenz —el gato sonriente se quedaría chico con el puto señor Rishart—  Es un gusto verla un martes por la mañana —se cruzo de brazos—

Igualmente —le copie la sonrisa y tome asiento—

Esto ya había pasado muchas veces y siempre terminaba suspendida dos días ¡sea o no mi culpa! además no la quería hacer más larga

Dígame el motivo de su maravillosa visita —burlo—

El nuevo profesor —empecé— el señor Williams  —alias el bipolar de ojos azules— me mando a su oficina por haberme quedado dormida en su clase —finalice irritada—

Viendo su ejemplar comportamiento —acomodo su apestoso trasero en su negra silla de cuero— Me veré obligado a suspenderla —se quedo pensando— ¡Una semana¡ —me quede con la boca abierta—

¡Casi me da un ataque!

Esto sobrepasaba a los límites,  ¡se pasaba y se pasaba! de verdad lo odiaba ¡LO ODIABA! y también odiaba al señor Williams, puto Williams, puto rector, ¡PUTO TODO!

Todo era una jodida injusticia, sabía que había echo mal ¡lo sabía! pero no era para tanto, y lo peor era que si me volvían a suspender una vez más, sea por un día, me iba de la universidad, ¡me iba!

Que diría mi familia, que diría Daniel, perjudicaría mi reputación futura como abogada.

Salí echa una fiera de ahí y me dirigí a mi piso

Ya no esperaría a Daniel, no estaba de humor, Choe me llamo y hablamos por horas, le conté mi problema, se sorprendió.

A nadie de la clase la suspendían una semana, ni a Carlos un mujeriego que iba a cada rato a dirección, para mi que el y el rector eran compinches ¡AH! Quería matar a alguien, quería acariciar la cara del señor Williams con una navaja.

Me acosté en mi mueble frustrada y maldiciendo al jodido Ethan Williams

Ya estaría alegre de no verme la jodida cara una semana, y no lo entendía, un día antes me había tratado bien, con felicitaciones incluidas, hasta me quería ofrecer algo, hoy me hablaba fríamente, no me dirigía la mirada, me gritaba y me mandaba donde el puto rector, ese hombre sin duda era bipolar, ¡valla que lo era!

¿Qué estaría pensando ahora? ¿Se estaría burlando de mi? ¿Estaría satisfecho con esto? no lo se, y lo peor era que me estaba empezando a interesar su opinión ¡SU JODIDA OPINIÓN!

Por Dios me estaba volviendo loca

¡TRANQUILA DENNIS!

 




Holaaaaaaaa mis lectoras, como están, yo bien, las saludaba y les dejo un nuevo capítulo plazas les guste botón y presionen en la estrellas de abajo, comenten eso me ayuda bastante, gracias, las quiero!!  ❤

Un amor inesperado (Matt Bomer) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora