—¿Has escuchado sobre éste caso?— me pregunta mientras sostiene su cigarro con su mano izquierda.
—No— contesto con firmeza.
Tira unas cuantas hojas sobre su escritorio enganchadas por un pequeño y maltratado clip.
—Pues, sea suerte o no... no hay mucho que hablar al respecto— voltea hacia la ventana.
—¿Qué hay con eso?— simplemente las observo.
—Es un hecho misterioso, como sé que te gustan. La desaparición de tres jóvenes— se gira hacia mí nuevamente.
—¿Y quiénes son esos jóvenes?— comienzo con mis comunes cuestionamientos.
—Lo tienes ahí, no recuerdo bien sus nombres— vuelve a ponerse su cigarro en los labios.
Tomo las hojas. Respiro profundo. Presiento algo. No sé bien el qué, pero hay algo en éste caso que no me inspira confianza.
El primer nombre era de un tal Andrés. —podría ser cualquiera— me digo.
El segundo es Sara. ¿Coincidencias? Eso espero.
Leo el último. Me quedo sin aliento. El tercero es Lutfi.
No hay más.
Las hojas no dan más información que esos nombres y algunas palabras con una caligrafía prácticamente ilegible. Puede que sea coincidencia... pero... ¿qué clase de coincidencia es esta?
Mis amigos... no los he visto en persona hace años.
Curiosamente he estado planeando reunirme con ellos hace tiempo... pero por asuntos externos a mí no fui capaz de ir y ellos tres se juntaron nada más... por algo ocurren las cosas... supongo...
—¿Y bien?— saca otro cigarro de la cajetilla.
—Los conozco...— no le dirijo la mirada.
—Oh, eso es bueno...— se traga sus palabras —perdón, entiendo... ¿qué eran... son... de usted?— intentó tapar su error con formalidades, no hace más que maximizarlo a cada palabra que dice.
—Amigos... SON mis amigos ¿dónde están sus expedientes?— digo cortante.
—Cierto, me ha faltado traerlos de la oficina— se levanta de su silla —ahora vuelvo—
—Sí...— bajé la mirada.
Sale de la habitación, cerrando la puerta tras él. Me quedo mirando la lista. Me arrepiento profundamente el no haber podido verlos por última vez. Me quedo paralizado.
—Ha dicho que han desaparecido, no que han muerto; ya te estas empezando a meter cosas en la cabeza solo— me digo para otorgarme ánimos.
Volteo a la lista. La miro tratando de darme esperanza, pero no es así. Una desaparición misteriosa no puede ser por un fin bueno para los reenes, quizás para los captores sea una oportunidad con el fin de obtener algo a cambio; dinero en todo caso.
Contando el pasado que tuvimos como influyentes de internet antes de que la plataforma desapareciera por motivos igual de misteriosos. Apareció otra, pero decidimos dejar de subir contenido por un tiempo. Por el momento llevamos ocho años sin aparecer en internet de ésta forma, ahora me he vuelto detective... y haciendo alusión al libro... Hoy Soy Un Detective... que vueltas da la vida.
Pienso ahora mismo que esa puede ser una interesante razón para que desaparecieran, algo típico entre los fans más obsesionados, los cuales nunca han logrado su cometido... o bueno... tal vez ésta sea la primera vez.
Mi jefe vuelve a entrar por la puerta. Trae consigo cuatro sobres amarillos. Deja todo sobre su escritorio y me mira en busca de algún comentario por mi parte.
—Ah... sí...— tomo el primero, lo abro y saco el contenido de su interior.
Copias de credenciales, actas, pasaportes... hay un poco de todo. Debajo de todo ese montón de papeles me encontré con una hoja que contenía una fotografía enganchada a ésta. La volteo y es el rostro de Andrés. La regreso a su sitio.
Respiro profundo. La impresión me ha dejado sin aliento. Todo es verdad. Mis amigos pueden estar en serios problemas y yo estoy siendo el encargado de ser quien los rescate de la situación en la que se hayan metido, que buen compañero soy.
—¿Está todo bien?— me observa con detenimiento —no te ves como de costumbre con estos casos— me observa a los ojos.
—Como ya se lo he dicho, éste trabajo trata sobre mis amigos... unos realmente cercanos, para serle sincero— le respondo mientras sigo revisando los papeles.
—Sí, entiendo— me mira, pero no le regreso la mirada —¿quieres que te ponga otro caso?, tengo más detectives desocupados— trata de ser comprensible.
—No... está bien... haré lo que sé con éste...— vuelvo a acomodar todo.
—Bien, si no te incomoda...—
—No, en lo absoluto...— le interrumpo —...creo que... que me haya elegido para esto...— no podía acabar la frase. Los sentimientos encontrados me estaban consumiendo por dentro. Trato de contenerme para no decir ninguna tontería en medio de la seriedad del momento.
—Esta bien...— me responde ante mi forma tan inusual de actuar —desahógate, entiendo, vuelve a casa si lo necesitas... tienes todo el papeleo que hemos conseguido de ellos allí, recuerda—
—S... sí— parece que estuviese al borde del llanto. Nunca creí que una situación lograra volverme tan débil. Es muy malo, sobretodo para mi trabajo. Ser débil puede destruirte, literalmente, éste mundo ya no es tan bueno como el que existía hace años. La debilidad ante el miedo a que algo les ocurra puede hacerme caer en una trampa... una mortal, sí así lo desean.
—Tranquilo...— me puso su mano en mi hombro —te conozco, sé que serás totalmente capaz de resolverlo, tengo fe en ti—
—Gracias...— le digo, me doy media vuelta, tomo el pomo de la puerta tembloroso.
—No te preocupes por lo demás, sé lo importante que es eso para ti— regresa a su asiento y comienza a revisar un montón de papeles que se encontraban en un extremo del escritorio.
No le contesto, ya no sé que más decir. Tomo todos los sobres con cuidado. Giro el pomo, abro la puerta y salgo sin hacer ruido.
—¿Está todo bien?— me pregunta la secretaria de turno de la oficina. Una chica pelirroja. Ojos verdes, usa lentes. Por algo he elegido éste turno, está claro.
—Sí... Un nuevo o caso... Ya sabes...— sigo caminando, no quiero tener una conversación con ella en este momento.
—Ah... lo sé... debe ser agotador...— se acomoda sus lentes nuevamente —Seguramente lo resuelvas rápido, he escuchado muchos rumores positivos sobre ti—
—Gracias... espero que sean ciertos...— y salgo de la oficina sin mencionar nada más.
»Continuará«
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El Detective Detrás de La Lupa
Mistério / SuspenseUn detective, que tiene por nombre Gonzalo le será encomendada una misión: Decifrar el misterio de la desaparición de tres personas. Personas muy importantes para él. Hará todo lo que le sea posible para lograr encontrarlos con vida y descubrir quie...