La escuela estaba a diez manzanas de casa por lo que a veces no valía la pena ir hasta la parada del bus amarillo, era más cómodo caminar mientras en silencio solo escuchaba mi música sin escuchar los murmullos de niños idiotas. Tenía tiempo para prepararme mentalmente antes de entrar a esa escuela de mierda de trescientos alumnos que solo sabían hablar de los demás sin preocuparse si este estaba cerca por lo que, si, no había nada más lindo que caminar esas diez manzanas en soledad relajado preparándose para el agitado ambiente. Hoy la mañana era gris, se avecinaba el invierno matador de diciembre por lo que eran mis últimos días para disfrutar la caminata matutina.
En Carfilst eran más extranjeros que pueblerinos pero más haya de todo vivíamos como los típicos palurdos de campo que se abstenian de progresar, pero al parecer a mi era al único que molestaba no vivir en progreso. Aún había salones donde los jovenes se reunían a bailar siempre las mismas canciones todos los fines de semana,todas las buenas familias iban a la iglesia, el pan estaba a las 07:30, patético pero mamá estaba enamorada de este pueblo retrasado aúnque entiendo que en Seúl la gente parece robots sin pensamientos propios no tendríamos que haber mudado a este lugar, son cosas que no comprendo de los adultos por momentos no conocen un "entre medio" solo una opción o otra, blanco ó negro nada de grises, como el cielo en el día de hoy.
La puerta de la escuela se asomó en mi vista junto con varios alumnos dando vueltas por todos lados guardé mis auriculares sin dejar que la canción que estaba escuchando terminara mientras pasaba el umbral de la puerta de madera me baje la capucha roja de la campera para agitar mi cabello aplastado, la verdad no era muy popular en la escuela pues era fácil darse cuenta mientras caminaba por los pasillos los murmullos y miradas mal disimuladas me perseguían digamos que tuve varios comportamientos extraños que no le agradaron a todo el mundo, cuando llego a mi casillero veo que tiene una bella decoración seguramente hecha por el hijo del alcalde las palabras "fenómeno" y "chino" quedan muy simpáticas en rojo.
-¡Oh Jeon! -risas se escucharon mientras yo metía la mochila dentro del casillero -veo que has llegado ¿te gusta la nueva perspectiva?
-¡Oh Seamus! -me giré para verlo junto a su séquito y un par de chusmas -pues debo admitir que el arte no es lo tuyo además ¿soy coreano recuerdas? Tal vez no, lo comprendo pero quédate tranquilo tú que nadie nota la diferencia igual -dije riendo mientras palmeaba su hombro.
-¿Eso fue un insulto? ¿Me insultó? -pregunto a las personas que lo rodeaban provocando que solo pudiera seguir riendo aún más fuerte que antes pero las risas que salían de mi garganta derepente se detuvieron para que mi boca formará una "o" junto a la exaltación de dolor por el puñetazo que me había dado en el abdomen el idiota era el capitán de hockey sobre hielo de la escuela mientras que yo era un sabiondo más, otro puñetazo, tu brazo parecía tener el grosor de mi cabeza instintivamente me apoye sobre los casilleros para no caer al piso -fenómeno desaparece -exclamó limpiandose el sudor de la cara ¡estabamos en invierno! ¡y cerca de la entrada! ¿quién podía sudar como un cerdo? solo Seamus.
Cuando vi que desaparecieron de mi vista periférica me levanté como pude aún sintiendo el peso de una piedra sobre mi estómago y fuí al baño, de seguro llegaría tarde a clases pero en este momento me daba igual la verdad me quedaría toda la clase allí al final a todos les importaba poco y nada si el rarito de la clase no estaba. Como pude me senté en uno de los batter para simplemente dormir porque anoche había estado viendo un maratón de películas viejas de terror, hablé con Jimin un amigo de Busan y terminé llendome a dormir a las 7:00 am pero mi bendita madre creyó oportuno levantarme media hora más tarde para ir a la escuela evadiendo todas mis excusas así que dormí como si nada importara.
El timbre del receso me desperto junto con las voces de algunos chicos comentando que su chica había dejado que la manoseara por aquí y por allá hasta que llegué a la cafetería seguía bostezando por el sueño con una manzana en la mano me senté en el único lugar que me permitían allí el piso, ni siquiera el nerd gordito de primero quería que me sentará con él pero que va prefiero estar solo que junto a todos esos idiotas la verdad, saqué mi celular para teclearle a Jimin comentandole todo lo sucedido hasta lo de quedarme dormido en el baño por suerte a los cinco minutos llego la respuesta de mi amigo.
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in the forest ; jjk
FanfictionEn las afueras de la "gran ciudad" como llaman a Toronto algunos niños del pequeño pueblo Carfilst hay muchas leyendas y viejas tradiciones que se han pasado de abuelos a nietos desde hace siglos rompiendo las costumbres desde 1980 el pueblo a recib...